De todos es sabido que existen periodistas serios y periodistas que no lo son, medios de comunicación y medios de difamación. Un medio de comunicación serio debe informar y debe hacerlo desde la objetividad, nunca dejándose llevar por pasiones u obscuros intereses, que solo propician artículos de opinión subjetivos y en ocasiones altamente dañinos.
El medio digital mundotoro.com lleva tiempo arremetiendo contra aquellos que estamos por la abolición de la tauromaquia, ¿porqué será?. Pero es que toda lucha se puede llevar a cabo de forma seria y argumentada, o con formas y maneras zafias, insultantes, difamantes y claramente mal argumentadas. Este medio ha escogido la segunda.
Es una verdadera pena que se trate de un portal con escaso seguimiento en Cataluña, que tan solo leen los taurinos confesos, y algunos animalistas que no dejamos de alucinar con sus aseveraciones y sus argumentaciones imposibles.
Y es una pena porqué si más de una persona, de aquellas que todavía no tienen claro si es lícito prohibir la tauromaquia o no, fuese leyendo los artículos, por llamarlos de alguna manera, que van apareciendo en ese medio, sin duda despejaría muchas dudas.
Durante los últimos años el mundo taurino estaba muy tranquilo, acostumbrado a tener el soporte de una más bien escasa masa social, la indiferencia de una mayoría que no tenía el más mínimo interés por la fiesta, y unos cuantos críticos con el espectáculo y deseosos de acabar con algo que consideraban indigno de nuestra sociedad. Sin embargo estos pocos se enfrentaban a unas instituciones que mayoritariamente daban su apoyo económico a la tauromaquia, y un importante reconocimiento en forma de premios y medallas, así como manifestaciones Reales de soporte y admiración.
Pero las sociedades evolucionan, la percepción y rechazo del maltrato animal ha hecho que la tortilla se haya girado. Casi sin darse cuenta, porqué aquel que se siente bien arropado suele plantearse pocas cosas, se han encontrado con una sociedad que mayoritariamente ha pasado de la indiferencia a la crítica, de no saber ni querer saber nada de cómo muere el toro en la plaza, a recibir todo tipo de información acerca de su suplicio, y a mostrar su rechazo.
El arte, la cultura y la tradición dejaron de ser excusas válidas, argumentos más que dudosos y discutibles, pero sobre todo sumamente subjetivos, que la sociedad se ha encargado de anular. No sirven para perpetuar un maltrato a un ser vivo en una sociedad que lucha cada vez con más fuerza contra el dolor y el sufrimiento. Cuando la vida de una persona no valía apenas nada, en tiempos de la Santa Inquisición, o durante la guerra civil, propinar sufrimiento a un animal, gozar de un “arte” que llevaba implícito la tortura y muerte de un herbívoro, era algo nada censurable, era simplemente un mal menor, algo que la sociedad podía permitirse, que simplemente pasaba desapercibido. En unos tiempos, y en una sociedad, en que se considera indigna cualquier forma de explotación humana, cualquier agresión, en que se prohíben expresamente prácticas que en otras sociedades forman parte de su acerbo cultural, como la ablación de clítoris o la lapidación, la sociedad continúa en su senda evolutiva y puede fijar su atención en otros tipos de injusticias, de actos indignos del ser humano.
Las palabras de Gandhi, que fue sin duda un gran pensador y un hombre avanzado a su tiempo y a su sociedad, retumban hoy en las mentes de millones de personas, “un país, una civilización, se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales”. Y este país nuestro desea salir airoso del juicio. El líder de la resistencia pasiva nos enseñó que el ser humano, en su papel de raza dominante, tiene una gran responsabilidad: la conmiseración y empatía con los más débiles.
Los aficionados taurinos se vieron claramente superados por unos argumentos que tiraban por tierra aquello que durante años y siglos fue suficiente para seguir con su actividad, con su afición. Y en ese momento en que una importantísima parte de la sociedad daba claramente la espalda a la fiesta, llegó la puntilla, la ILP catalana.
Sonaron las alarmas y, sin plantearse nada más que la conservación de la tauromaquia, empezaron a trabajar para buscar el argumento que validase su actividad. Entonces pensaron que como la amenaza provenía de un movimiento basado en la sensibilidad por el sufrimiento del animal, tenían que demostrar a toda costa que el animal no padecía dolor ni agonía alguna. Si el toro no sufre ya no hay causa. Inventaron estudios, que por inverosímiles, no fueron publicados por ningún medio científico, tan solo los medios taurinos se hicieron eco del mismo. Veterinarios serios se encargaron de tirar por tierra la nueva argumentación. El toro sufre, no hay duda. No se trata, pues, de ninguna rara adaptación animal a la estupidez humana que haya conseguido una evolución que anule su capacidad de sentir y sufrir.
Como la ILP venía de Catalunya lo intentaron también promoviendo un discurso de falsas identidades, de falsos independentismos. Acusaciones graves y dañinas que desvirtuaban el verdadero sentido de la movilización social, y que una vez más pretendían atizar el odio hacia Cataluña, a ver si así los políticos catalanes, por aquello de no tener otro tema de discusión con el gobierno central, daban marcha atrás y se cargaban la ILP antes de ser debatida. Pero tampoco funcionó.
Entonces, momentos antes de la votación de las enmiendas, se sacaron de la manga el as definitivo, una llamada a la libertad. Libertad, mágica palabra contra la que nadie osa atentar a riesgo de ser llamado fascista. Sabemos que el arte, la cultura y la tradición no son la justificación, sabemos que el toro sufre, sabemos que la ILP nada tiene que ver con anhelos separatistas, pero déjennos que hagamos uso de nuestra libertad, que sigamos con nuestra fiesta, aunque denigre y avergüence a una parte mayoritaria de la sociedad.
No pensaron que los políticos, en el ejercicio de su actividad, están acostumbrados a promulgar leyes que constantemente limitan las libertades de unos u otros, siguiendo el avance y evolución de la propia sociedad. Porqué legislar también es educar, validar aquello que es socialmente aceptado, y prohibir aquello que ya no encuentra justificación en la sociedad.
Y ahora hemos llegado al cabo de la calle. Una vez perdidos todos los debates dialécticos e ideológicos. No pudiendo matar el mensaje. Solo queda matar al mensajero. Y mundotoro se ha lanzado a una grave espiral de periodismo basura, mintiendo constantemente, y focalizando sus iras contra uno de los promotores de la ILP, Leonardo Anselmi, sobre el que está vertiendo tanta basura, ignominia, difamación e injurias, como la mente enfermiza de los editores, y quienes haya detrás, son capaces de inventar.
Se veía venir. Ya en noviembre de 2008, viendo como la ILP daba sus primeros pasos parlamentarios, mundotoro escribió un vergonzoso artículo que no tuvo mayor reacción ya que pasó totalmente desapercibido. Pero ahora lo están enlazando desde sus nuevos vómitos escritos, en la frase “veganos y animalistas han sido considerados personajes históricos execrables”.
Se trata de un artículo en que pretenden establecer una comparación entre Hitler y los Nazis, con el movimiento animalista general, y el catalán en particular. Concretamente a los catalanes nos dedican epítetos como nazistas (concretamente lo escriben nazis-tas), incultos, catetos, provincianos vestidos de negro alternativo, iletrados y escasamente instruidos. Es vergonzoso que a un medio se le permita expresarse de esta manera, pero en cualquier caso dice mucho acerca de su catadura moral como supuestos periodistas y como personas.
Desde la admisión a trámite de la ILP en el Parlamento Catalán no han dejado de atizar su odio contra aquellos que pretendemos acabar con un espectáculo que no consideramos digno ni adecuado en pleno siglo XXI. Han llegado a verter consignas que rozan la xenofobia, en su intento de desprestigiar a uno de los promotores. No cejan en su intento de pretender ver aquello que no hay. Flujos de dinero que, sin saber ni poder explicar como ni de quien, sustentan a los animalistas en su lucha por el respeto de los animales. Tratan de secta a los veganos, aquellos que no utilizan animales para su alimentación. Están ciegos. Ciegos de odio, de ira, y ello se refleja en sus escritos. No saben que decir, dan palos de ciego intentando encontrar algo que les permita desacreditar al mensajero.
Me dan pena, mucha pena, porqué no se han dado cuenta que el veganismo, el animalismo, no es más que el fruto de una evolución social. Están entrando en la paranoia. Cualquier movimiento social que pretenda conseguir un mínimo de dignidad para los animales, es visto como un claro atentado a su fiesta, a su culta, artística y tradicional fiesta. Han perdido el norte.
Sus mentes, al igual que su fiesta, han quedado ancladas en otro tiempo. Incapaces de evolucionar se aferran a su afición y a su negocio, y todo cambio social es visto como un atentado a su modus vivendi. Pero mucho cuidado, porque están rozando, si no la han traspasado ya, la línea de lo legal. En un estado de derecho no todo vale. La difamación, la calumnia, la apología de la xenofobia, son delitos, están prohibidos. Vivimos, por mucho que les pese, en una sociedad democrática que basa en las prohibiciones la defensa de las virtudes.
Afortunadamente para ellos mundotoro es un medio de escaso impacto, artículos así en un medio de gran tirada tendrían sin duda una airada respuesta social, pero me gustaría que más de un diputado o diputada del arco parlamentario catalán los leyera, para ver como defienden su libertad a seguir torturando y matando seis toros por tarde. Tal vez tras la lectura atenta de todo cuanto este medio ha vertido en contra de un sector social en clara pujanza, les temblase menos el pulso a la hora de apretar el botón que prohíba en Cataluña la tauromaquia y cuanto esta lleva aparejada.
Carles Marco
Algunos artículos de mundotoro
Se inicia la andadura parlamentaria de la ILP y mundotoro ya deja claras sus intenciones "periodísticas"
11/11/2008 http://www.mundotoro.com/Editorial/Editorial.aspx?value=24
La ILP supera las enmiendas a la totalidad. Ante la ausencia de argumentos para matar el mensaje, van a por el mensajero
22/12/2009 http://www.mundotoro.com/noticias/noticia.aspx?value=76561
27/12/2009 http://www.mundotoro.com/noticias/noticia.aspx?value=76656
8/1/2010 http://www.mundotoro.com/noticias/noticia.aspx?value=76747
10/1/2010 http://www.mundotoro.com/noticias/noticia.aspx?value=76770
dilluns, 11 de gener del 2010
dilluns, 4 de gener del 2010
Profesiones de riesgo
Todos sabemos que existen profesiones que por sus características, por la posibilidad de que quién las ejerce pueda llegar a perder la vida, pueden denominarse de riesgo. Militares, policías, bomberos, pilotos son solo algunos ejemplos. También hay quien incluye a los toreros en este grupo, pero lo que muchos no saben es que en España ser antitaurino también puede llegar a ser una actividad de riesgo.
Y digo actividad, que no profesión, puesto que en la lucha por la abolición de las corridas de toros nadie se gana la vida, al contrario, muchos gastan parte del dinero que ganan con su trabajo para poner su grano de arena e intentar acabar con ese espectáculo.
Pero, ¿dónde está el riesgo?, se preguntarán. La tauromaquia, como cualquier actividad económica, mueve mucho dinero, y no voy ahora a detenerme en el análisis de cuanto mueve ni a cuantas personas afecta, baste con decir que en el mundo taurino hay personas con mucho dinero y muchas influencias. Y cuando alguien considera que está en juego su dinero puede llegar a gozar de reacciones poco nobles para defender aquello que es su modus vivendi.
Ello quedó patente en los días anteriores a la votación de las enmiendas de retorno de la ILP, en que la prensa, determinada prensa, nos inundó con artículos de opinión y noticias que provenían del ámbito taurino. Nunca antes se había publicado tanto en tan poco tiempo, y con argumentos tan extravagantes, acerca de lo buena que es la tauromaquia para los españoles.
Una vez rechazadas las enmiendas, con la ILP siguiendo su curso parlamentario, han aparecido en la publicación taurina mundotoro un par de artículos cargando tintas contra uno de los miembros de la comisión promotora de la ILP. Escritos, ambos, con inverosímiles explicaciones acerca de cómo fluye el dinero desde las multinacionales hasta las manos de los defensores de los derechos de los animales. Sería incluso más verosímil decir que los extraterrestres de algún planeta de la galaxia NGC 1300 están financiando la lucha para abolir la tauromaquia.
El mundo taurino, el lobby taurino, se ha movilizado para proteger la fiesta, su fiesta, de los cantos abolicionistas que se escuchan en Catalunya, pero creo que en su afán de movilización se le ha ido la mano, y ha movilizado tanto a falsos periodistas de investigación, como a mafiosos que no han dudado en amenazar de muerte a alguno de los miembros de la comisión promotora de la ILP.
De hecho, esta persona, ya ha puesto las amenazas en manos de los Mossos d’Esquadra, ha puesto en marcha acciones legales contra los difamadores, y ha tenido que adoptar medidas de seguridad en su casa para proteger a su familia.
Y esto es serio, muy serio, porqué no todo vale. Los taurinos hicieron público un manifiesto por la libertad, por su libertad, y yo pregunto ¿dónde queda la libertad de aquellos que utilizando un conducto democrático quieren hacer valer su defensa del animal?. Quienes abogan por la libertad a seguir torturando en “petit comité” a seis toros por tarde, debieran ser los primeros en respetar la libertad de aquellos que no están por la labor.
Sí, desgraciadamente ser antitaurino en España puede llegar a ser una actividad de riesgo. Una verdadera pena, una gran insensatez, y una auténtica vergüenza.
Y digo actividad, que no profesión, puesto que en la lucha por la abolición de las corridas de toros nadie se gana la vida, al contrario, muchos gastan parte del dinero que ganan con su trabajo para poner su grano de arena e intentar acabar con ese espectáculo.
Pero, ¿dónde está el riesgo?, se preguntarán. La tauromaquia, como cualquier actividad económica, mueve mucho dinero, y no voy ahora a detenerme en el análisis de cuanto mueve ni a cuantas personas afecta, baste con decir que en el mundo taurino hay personas con mucho dinero y muchas influencias. Y cuando alguien considera que está en juego su dinero puede llegar a gozar de reacciones poco nobles para defender aquello que es su modus vivendi.
Ello quedó patente en los días anteriores a la votación de las enmiendas de retorno de la ILP, en que la prensa, determinada prensa, nos inundó con artículos de opinión y noticias que provenían del ámbito taurino. Nunca antes se había publicado tanto en tan poco tiempo, y con argumentos tan extravagantes, acerca de lo buena que es la tauromaquia para los españoles.
Una vez rechazadas las enmiendas, con la ILP siguiendo su curso parlamentario, han aparecido en la publicación taurina mundotoro un par de artículos cargando tintas contra uno de los miembros de la comisión promotora de la ILP. Escritos, ambos, con inverosímiles explicaciones acerca de cómo fluye el dinero desde las multinacionales hasta las manos de los defensores de los derechos de los animales. Sería incluso más verosímil decir que los extraterrestres de algún planeta de la galaxia NGC 1300 están financiando la lucha para abolir la tauromaquia.
El mundo taurino, el lobby taurino, se ha movilizado para proteger la fiesta, su fiesta, de los cantos abolicionistas que se escuchan en Catalunya, pero creo que en su afán de movilización se le ha ido la mano, y ha movilizado tanto a falsos periodistas de investigación, como a mafiosos que no han dudado en amenazar de muerte a alguno de los miembros de la comisión promotora de la ILP.
De hecho, esta persona, ya ha puesto las amenazas en manos de los Mossos d’Esquadra, ha puesto en marcha acciones legales contra los difamadores, y ha tenido que adoptar medidas de seguridad en su casa para proteger a su familia.
Y esto es serio, muy serio, porqué no todo vale. Los taurinos hicieron público un manifiesto por la libertad, por su libertad, y yo pregunto ¿dónde queda la libertad de aquellos que utilizando un conducto democrático quieren hacer valer su defensa del animal?. Quienes abogan por la libertad a seguir torturando en “petit comité” a seis toros por tarde, debieran ser los primeros en respetar la libertad de aquellos que no están por la labor.
Sí, desgraciadamente ser antitaurino en España puede llegar a ser una actividad de riesgo. Una verdadera pena, una gran insensatez, y una auténtica vergüenza.
dijous, 31 de desembre del 2009
BON ANY! - FELIZ 2010
Quan falta ben poc per començar un any nou, tan sols unes línies per desitjar que aquest 2010 que arriba, vingui carregat de respecte vers tots els essers vius que habitem la terra, que sigui l’any en que es va prohibir a Catalunya un espectacle a on es tortura i es dona mort publica a un mamífer amb banyes, i que això encengui una metxa a d’altres territoris.
I per la gent de bona voluntat, tots els meus desitjos de felicitat, pau i amor.
Feliç 2010!
A pocas horas de iniciar un nuevo año, solo unas líneas para desear que este 2010 que se aproxima, venga cargado de respeto para todos los seres vivos que habitamos la tierra, que sea el año en que se prohibió en Cataluña un espectáculo en que se tortura y se da muerte pública a un mamífero astado, y que ello prenda una mecha en otros territorios.
Y para las personas de buena voluntad, todos mis deseos de felicidad, paz y amor.
Feliz 2010!
I per la gent de bona voluntat, tots els meus desitjos de felicitat, pau i amor.
Feliç 2010!
A pocas horas de iniciar un nuevo año, solo unas líneas para desear que este 2010 que se aproxima, venga cargado de respeto para todos los seres vivos que habitamos la tierra, que sea el año en que se prohibió en Cataluña un espectáculo en que se tortura y se da muerte pública a un mamífero astado, y que ello prenda una mecha en otros territorios.
Y para las personas de buena voluntad, todos mis deseos de felicidad, paz y amor.
Feliz 2010!
dilluns, 21 de desembre del 2009
jo també puc, oi?
Este viernes fue un gran momento, aunque con una estrechez que hace pensar que el PSC votó en bloque para abortar su trámite pese a la anunciada libertad de voto, finalmente se va a debatir sobre la tauromaquia en nuestro Parlament.
Se aproximan unos meses en que ese debate estará en el ojo del huracán. Será una dialéctica intensa. De hecho los medios de comunicación ya han dejado traslucir parte del arsenal que los taurinos tienen preparado. De entre todo lo que he leído, quizás me ha llamado la atención, por peculiar, la entrevista que El Mundo http://www.abc.es/20091220/toros-toros/catalanes-tendran-pagar-millones-20091220.html ha hecho a David Pérez del PSC, compañero de partido, aunque no de aficiones.
Y es que a diferencia de él, a mi no me gusta el futbol y no soy fan de ningún equipo, no me gusta Loquillo, y no me gusta el maltrato público que sufre el toro durante la lidia. Supongo que del mismo modo que él proclamó a modo de pregunta desde la tribuna de oradores, jo també puc, oi?
Evidentemente, al igual que otros compañeros de partido, puedo pensar que nada justifica una tortura elevada a la categoría de espectáculo público, aunque el torturado sea “solo” un animal. Pero otra cosa es que tanto estos compañeros como yo mismo estemos realmente representados en el Parlament por algunos de los diputados de nuestro grupo parlamentario. ¿Lo estamos?
A juzgar por el resultado de la votación mucho me temo que no. Tengo serias dudas de que siquiera uno solo de los diputados del PSC votase en contra de las enmiendas a la totalidad. Y ello se me antoja como una doble perversión. En primer lugar la de la libertad de voto. ¿Libertad de voto?. ¿Es posible que haya tal homogeneidad de pensamiento entre los diputados y diputadas del PSC como para que ni uno solo haya votado en contra de las enmiendas?. En segundo lugar, y creo que más grave todavía, ¿es posible que ni siquiera uno solo estuviese a favor del debate parlamentario?. ¿Tanto miedo da o tanto molesta en el PSC debatir acerca de la tauromaquia?.
El propio parlamento de David Pérez en defensa de las enmiendas, no fue tan solo a favor de la libertad, por mucho que al inicio de su discurso dijese lo contrario, fue una auténtica y vehemente defensa de las corridas. Además, ¿porqué pretendió hablar de la libertad cuando lo que se votaba eran las enmiendas a la totalidad que pretendían abortar precisamente la libertad de debate en el sí del Parlament?.
¿Porqué es precisamente David Pérez el portavoz del PSC en esta materia?, ¿se puede inferir que es su postura personal la posición de todo el partido?. Evidentemente su postura personal no es la de todo el partido, ni mucho menos. En consecuencia creo que tampoco debe ser la de todos los diputados y diputadas del PSC. Como socialista no me siento en absoluto representado por David y no estoy en absoluto de acuerdo con su discurso. Dudo que sea el único. Muchas preguntas a las que habrá que encontrar respuestas.
De la entrevista al compañero David ya podemos extraer que uno de los argumentos que van a esgrimir, una vez agotados los culturales y artísticos, y con el de la libertad en entredicho, es el económico. Ya se sabe que a los catalanes se nos tiene por peseteros, y tal vez con una espada de Damocles encima de indemnizaciones millonarias, alguno se lo piense dos veces. En cualquier caso me parece prematuro hablar de cifras, porque las cifras hay que demostrarlas primero y consensuarlas después. ¿Quién nos dice que a la tauromaquia en Barcelona le queden diez años de beneficios millonarios como para establecer una compensación basada en “presumibles” beneficios a diez años vista?. Llegado el momento habrá mucho que hablar. La ILP no es un cheque en blanco para los afectados. Igual que en las empresas cuando se venden o fusionan, habrá que hacer, antes, una auditoría de los últimos 5 años para poder establecer los 5 próximos. Y el precio no lo pondrá el empresario sino el Parlament a partir de estas investigaciones.
Pero lo que ya me parece triste, incluso llegando al esperpento, es intentar hacernos pasar por seres maleducados y violentos. Precisamente a David Pérez hay que recordarle que en las Azores nos llamase públicamente “inquisidores”. Pero también me gustaría citarle otras perlas que nos han dedicado, también de forma pública, otros personajes que defienden la “fiesta”.
El Defensor del Pueblo nos llamó “tontos”, Juan Carlos Herrera se despachó con “pandilla de imbéciles”, “golfos”, “friquis” y “bobos estúpidos”, Rosa Gil se desayunó con “chupaculos”, “indecencia de personajes” y “políticos de mierda”, y el señor Corrales nos llamó “Hitler”. Pero es que a todo ello hay que sumar las barbaridades, insultos y descalificaciones que tenemos que leer en foros de discusión cuando intentas defender y argumentar tu postura abolicionista.
En fin que no quisiera que el debate vaya por este camino porqué supongo que maleducados e impertinentes hay en todas partes, y aquí y ahora no estamos discutiendo sobre la educación y la corrección de las personas, estamos hablando del sufrimiento de un animal y de un espectáculo cuyo interés social, y cuyos valores educativos, están en tela de juicio, y en un proceso de profunda revisión.
Se aproximan unos meses en que ese debate estará en el ojo del huracán. Será una dialéctica intensa. De hecho los medios de comunicación ya han dejado traslucir parte del arsenal que los taurinos tienen preparado. De entre todo lo que he leído, quizás me ha llamado la atención, por peculiar, la entrevista que El Mundo http://www.abc.es/20091220/toros-toros/catalanes-tendran-pagar-millones-20091220.html ha hecho a David Pérez del PSC, compañero de partido, aunque no de aficiones.
Y es que a diferencia de él, a mi no me gusta el futbol y no soy fan de ningún equipo, no me gusta Loquillo, y no me gusta el maltrato público que sufre el toro durante la lidia. Supongo que del mismo modo que él proclamó a modo de pregunta desde la tribuna de oradores, jo també puc, oi?
Evidentemente, al igual que otros compañeros de partido, puedo pensar que nada justifica una tortura elevada a la categoría de espectáculo público, aunque el torturado sea “solo” un animal. Pero otra cosa es que tanto estos compañeros como yo mismo estemos realmente representados en el Parlament por algunos de los diputados de nuestro grupo parlamentario. ¿Lo estamos?
A juzgar por el resultado de la votación mucho me temo que no. Tengo serias dudas de que siquiera uno solo de los diputados del PSC votase en contra de las enmiendas a la totalidad. Y ello se me antoja como una doble perversión. En primer lugar la de la libertad de voto. ¿Libertad de voto?. ¿Es posible que haya tal homogeneidad de pensamiento entre los diputados y diputadas del PSC como para que ni uno solo haya votado en contra de las enmiendas?. En segundo lugar, y creo que más grave todavía, ¿es posible que ni siquiera uno solo estuviese a favor del debate parlamentario?. ¿Tanto miedo da o tanto molesta en el PSC debatir acerca de la tauromaquia?.
El propio parlamento de David Pérez en defensa de las enmiendas, no fue tan solo a favor de la libertad, por mucho que al inicio de su discurso dijese lo contrario, fue una auténtica y vehemente defensa de las corridas. Además, ¿porqué pretendió hablar de la libertad cuando lo que se votaba eran las enmiendas a la totalidad que pretendían abortar precisamente la libertad de debate en el sí del Parlament?.
¿Porqué es precisamente David Pérez el portavoz del PSC en esta materia?, ¿se puede inferir que es su postura personal la posición de todo el partido?. Evidentemente su postura personal no es la de todo el partido, ni mucho menos. En consecuencia creo que tampoco debe ser la de todos los diputados y diputadas del PSC. Como socialista no me siento en absoluto representado por David y no estoy en absoluto de acuerdo con su discurso. Dudo que sea el único. Muchas preguntas a las que habrá que encontrar respuestas.
De la entrevista al compañero David ya podemos extraer que uno de los argumentos que van a esgrimir, una vez agotados los culturales y artísticos, y con el de la libertad en entredicho, es el económico. Ya se sabe que a los catalanes se nos tiene por peseteros, y tal vez con una espada de Damocles encima de indemnizaciones millonarias, alguno se lo piense dos veces. En cualquier caso me parece prematuro hablar de cifras, porque las cifras hay que demostrarlas primero y consensuarlas después. ¿Quién nos dice que a la tauromaquia en Barcelona le queden diez años de beneficios millonarios como para establecer una compensación basada en “presumibles” beneficios a diez años vista?. Llegado el momento habrá mucho que hablar. La ILP no es un cheque en blanco para los afectados. Igual que en las empresas cuando se venden o fusionan, habrá que hacer, antes, una auditoría de los últimos 5 años para poder establecer los 5 próximos. Y el precio no lo pondrá el empresario sino el Parlament a partir de estas investigaciones.
Pero lo que ya me parece triste, incluso llegando al esperpento, es intentar hacernos pasar por seres maleducados y violentos. Precisamente a David Pérez hay que recordarle que en las Azores nos llamase públicamente “inquisidores”. Pero también me gustaría citarle otras perlas que nos han dedicado, también de forma pública, otros personajes que defienden la “fiesta”.
El Defensor del Pueblo nos llamó “tontos”, Juan Carlos Herrera se despachó con “pandilla de imbéciles”, “golfos”, “friquis” y “bobos estúpidos”, Rosa Gil se desayunó con “chupaculos”, “indecencia de personajes” y “políticos de mierda”, y el señor Corrales nos llamó “Hitler”. Pero es que a todo ello hay que sumar las barbaridades, insultos y descalificaciones que tenemos que leer en foros de discusión cuando intentas defender y argumentar tu postura abolicionista.
En fin que no quisiera que el debate vaya por este camino porqué supongo que maleducados e impertinentes hay en todas partes, y aquí y ahora no estamos discutiendo sobre la educación y la corrección de las personas, estamos hablando del sufrimiento de un animal y de un espectáculo cuyo interés social, y cuyos valores educativos, están en tela de juicio, y en un proceso de profunda revisión.
dijous, 17 de desembre del 2009
Carta oberta de la Plataforma PROU als Diputats del Parlament de Catalunya - Carta abierta de la Plataforma PROU a los Diputats del Parlament de Catalunya
DEBAT: LA RAÓ DE SER DELS PARLAMENTS
Cada dia la maquinària taurina fa servir nous arguments perquè la Iniciativa Legislativa Popular per abolir les 'corridas de toros' a Catalunya posada en marxa per la nostra plataforma, no rebi el suport dels parlamentaris catalans. Estan en el seu dret, sí, però volem puntualitzar que aquests arguments tenen un rerefons antidemocràtic i preocupant.
Cal deixar clara una cosa, i que ningú es confongui: el divendres 18 de desembre de 2009 no es votarà si Catalunya decideix o no prohibir les 'corridas de toros', el que es votarà és si la qüestió ha de ser debatuda o no. Que la indústria taurina no vulgui que es porti a debat la nostra proposta és una cosa que es pot entendre, tot i que no justificable; i la cobertura que aquesta postura ha trobat en alguns grups polítics – els que han presentat esmenes a la totalitat, és a dir, que s'han posicionat en contra que es debateixi la nostra ILP – posa de manifest que hi ha alguna cosa que no funciona bé.
Per què es volen negar al debat? Per què s'oposen a defensar la salut democràtica que hi hauria d'haver al Parlament? Quins són els arguments que fan servir per intentar evitar que els diputats respectin la voluntat de les més de 180.000 persones que han avalant amb la seva signatura aquesta ILP? Creiem fermament que aquestes són preguntes que mereixen una resposta, ja que es tracta de defensar el sistema democràtic, l'activitat parlamentària consubstancial a aquesta i la llibertat d'expressió.
La defensa de determinats arguments s'ha de fer, precisament, amb arguments, i no intentant de callar les veus dels que pensen diferent. El Parlament, com tots els parlaments basa la seva activitat precisament en aquesta activitat: el debat. I presentar esmenes a la totalitat perquè una proposta no sigui debatuda, és senzillament , no entendre en què consisteix la responsabilitat democràtica que recau sobre els parlaments.
La llibertat d'expressió i el debat democràtic: això és el que s'està intentant bloquejar, creiem que la societat, definitivament, no dona suport a la falta d'aquestes llibertats que ens fan involucionar cap a èpoques més obscures de la nostra històra. D'altra banda, les centenars de debats que s'estan duent a terme sobre aquesta qüestió en tots els mitjans de comunicació reflecteixen que aquest debat existeix a la societat, de manera que no s'entendria que el debat social no arribés al Parlament que ha de complir, no només en aquesta oportunitat sinó sempre, amb la seva principal funció de representativitat democràtica, ja que vetar el debat col·locaria l'activitat parlamentària en uns terrenys massa allunyats dels ciutadans i els votants, quelcom no desitjable en cap societat democràtica.
Al mateix temps, s'ha donat a conèixer un manifest fet per la indústria taurina i firmant per nombrosos personatges de diferents àmbits, un manifest que, segons ells, és a favor de les llibertats. Estem convençuts que moltes d'aquestes personalitats han estat manipulades i han firmat una cosa amb la qual no estan d'acord. Per què? Perquè si s'hagués presentat aquest manifest abans d'un debat en el qual s'anés a votar per “toros sí, toros no” hagués complert amb la seva funció; però no, el manifest es presenta ara, abans de la votació de les esmenes a la totalitat, fet que el converteix en un manifest la finalitat de la qual és la de pressionar perquè no existeixi la llibertat de debatre i la llibert d'expressió d'idees al Parlament, per molt que el titulin com “a favor de les llibertats”, el que estan fent és exactament el contrari, intentant d'empantanegar la llibertat del debat.
Per aquest motiu, creiem que els firmants del manifest taurí o han estat manipulats i no se'ls ha explicat en què consisteix la votació del pròxim 18 de desembre, o són persones a les quals la democràcia els importa ben poc pretenent minar les bases d'aquesta, evitat que es parli de tot allò que pot resultar-los individualment incòmode.
I és que hem de recordar novament que la democràcia ve de la mà del debat, i el debat afavoreix l'evolució del pensament, de les idees i de les societats. Confiem que els diputats votaran a favor de la democràcia i del debat de les idees. En conclusió, que votaran a favor de la seva pròpia raó de ser.
DEBATE: LA RAZÓN DE SER DE LOS PARLAMENTOS
Cada día la maquinaria taurina utiliza nuevos argumentos para que la Iniciativa Legislativa Popular para abolir las 'corridas de toros' a Cataluña puesta en marcha por nuestra plataforma, no reciba el apoyo de los parlamentarios catalanes. Están en su derecho, sí, pero queremos puntualizar que estos argumentos tienen un trasfondo antidemocrático y preocupante.
Hay que dejar clara una cosa, y que nadie se confunda: el viernes 18 de diciembre de 2009 no se votará si Cataluña decide o no prohibir las 'corridas de toros', lo que se votará es si la cuestión tiene que ser debatida o no. Que la industria taurina no quiera que se lleve a debate nuestra propuesta es una cosa que se puede entender, todo y que no es justificable; y la cobertura que esta postura ha encontrado en algunos grupos políticos - los que han presentado enmiendas a la totalidad, es decir, que se han posicionado en contra que se debata nuestra ILP - pone de manifiesto que hay alguna cosa que no funciona bien.
¿Por qué se quiere negar al debate? ¿Por qué se oponen a defender la salud democrática que tendría que haber en el Parlamento? ¿Cuáles son los argumentos que utilizan para intentar evitar que los diputados respeten la voluntad de las más de 180.000 personas que han avalando con su firma esta ILP? Creemos firmemente que éstas son preguntas que merecen una respuesta, ya que se trata de defender el sistema democrático, la actividad parlamentaria consustancial a ésta y la libertad de expresión.
La defensa de determinados argumentos se tiene que hacer, precisamente, con argumentos, y no intentando callar las voces de los que piensan diferente. El Parlament, como todos los parlamentos basa su actividad precisamente en esta actividad: el debate. Y presentar enmiendas a la totalidad para que una propuesta no sea debatida, es sencillamente, no entender en qué consiste la responsabilidad democrática que recae sobre los parlamentos.
La libertad de expresión y el debate democrático: eso es lo que se está intentando bloquear, creemos que la sociedad, definitivamente, no da apoyo a la falta de estas libertades que nos hacen involucionar hacia otras épocas más oscuras de nuestra històra. Por otra parte, los centenares de debates que se están llevando a cabo sobre esta cuestión en todos los medios de comunicación reflejan que este debate existe en la sociedad, de manera que no se entendería que el debate social no llegara al Parlament, que tiene que cumplir, no sólo en esta oportunidad sino siempre, con su principal función de representatividad democrática, ya que vetar el debate colocaría la actividad parlamentaria en unos terrenos demasiado alejados de los ciudadanos y los votantes, algo no deseable en ninguna sociedad democrática.
Al mismo tiempo, se ha dado a conocer un manifiesto hecho por la industria taurina y firmando por numerosos personajes de diferentes ámbitos, un manifiesto que, según ellos, es a favor de las libertades. Estamos convencidos que muchas de estas personalidades han sido manipuladas y han firmado una cosa con la cual no están de acuerdo. ¿Por qué? Porque si se hubiera presentado este manifiesto antes de un debate en el cual se fuera a votar por "toros sí, toros no” hubiera cumplido con su función; pero no, el manifiesto se presenta ahora, antes de la votación de las enmiendas a la totalidad, hecho que lo convierte en un manifiesto la finalidad de la cual es la de presionar para que no exista la libertad de debatir y la libertad de expresión de ideas en el Parlament, por mucho que lo titulen como "a favor de las libertades", lo que están haciendo es exactamente el contrario, intentando empantanar la libertad del debate.
Por este motivo, creemos que los firmants del manifiesto taurino o han sido manipulados y no se les ha explicado en qué consiste la votación del próximo 18 de diciembre, o son personas a las cuales la democracia les importa bien poco pretendiendo minar las bases de ésta, evitando que se hable de todo aquello que puede resultarles individualmente incómodo.
Y es que tenemos que recordar nuevamente que la democracia viene de la mano del debate, y el debate favorece la evolución del pensamiento, de las ideas y de las sociedades. Confiamos en que los diputados votarán a favor de la democracia y del debate de las ideas. En conclusión, que votarán a favor de su propia razón de ser.
Cada dia la maquinària taurina fa servir nous arguments perquè la Iniciativa Legislativa Popular per abolir les 'corridas de toros' a Catalunya posada en marxa per la nostra plataforma, no rebi el suport dels parlamentaris catalans. Estan en el seu dret, sí, però volem puntualitzar que aquests arguments tenen un rerefons antidemocràtic i preocupant.
Cal deixar clara una cosa, i que ningú es confongui: el divendres 18 de desembre de 2009 no es votarà si Catalunya decideix o no prohibir les 'corridas de toros', el que es votarà és si la qüestió ha de ser debatuda o no. Que la indústria taurina no vulgui que es porti a debat la nostra proposta és una cosa que es pot entendre, tot i que no justificable; i la cobertura que aquesta postura ha trobat en alguns grups polítics – els que han presentat esmenes a la totalitat, és a dir, que s'han posicionat en contra que es debateixi la nostra ILP – posa de manifest que hi ha alguna cosa que no funciona bé.
Per què es volen negar al debat? Per què s'oposen a defensar la salut democràtica que hi hauria d'haver al Parlament? Quins són els arguments que fan servir per intentar evitar que els diputats respectin la voluntat de les més de 180.000 persones que han avalant amb la seva signatura aquesta ILP? Creiem fermament que aquestes són preguntes que mereixen una resposta, ja que es tracta de defensar el sistema democràtic, l'activitat parlamentària consubstancial a aquesta i la llibertat d'expressió.
La defensa de determinats arguments s'ha de fer, precisament, amb arguments, i no intentant de callar les veus dels que pensen diferent. El Parlament, com tots els parlaments basa la seva activitat precisament en aquesta activitat: el debat. I presentar esmenes a la totalitat perquè una proposta no sigui debatuda, és senzillament , no entendre en què consisteix la responsabilitat democràtica que recau sobre els parlaments.
La llibertat d'expressió i el debat democràtic: això és el que s'està intentant bloquejar, creiem que la societat, definitivament, no dona suport a la falta d'aquestes llibertats que ens fan involucionar cap a èpoques més obscures de la nostra històra. D'altra banda, les centenars de debats que s'estan duent a terme sobre aquesta qüestió en tots els mitjans de comunicació reflecteixen que aquest debat existeix a la societat, de manera que no s'entendria que el debat social no arribés al Parlament que ha de complir, no només en aquesta oportunitat sinó sempre, amb la seva principal funció de representativitat democràtica, ja que vetar el debat col·locaria l'activitat parlamentària en uns terrenys massa allunyats dels ciutadans i els votants, quelcom no desitjable en cap societat democràtica.
Al mateix temps, s'ha donat a conèixer un manifest fet per la indústria taurina i firmant per nombrosos personatges de diferents àmbits, un manifest que, segons ells, és a favor de les llibertats. Estem convençuts que moltes d'aquestes personalitats han estat manipulades i han firmat una cosa amb la qual no estan d'acord. Per què? Perquè si s'hagués presentat aquest manifest abans d'un debat en el qual s'anés a votar per “toros sí, toros no” hagués complert amb la seva funció; però no, el manifest es presenta ara, abans de la votació de les esmenes a la totalitat, fet que el converteix en un manifest la finalitat de la qual és la de pressionar perquè no existeixi la llibertat de debatre i la llibert d'expressió d'idees al Parlament, per molt que el titulin com “a favor de les llibertats”, el que estan fent és exactament el contrari, intentant d'empantanegar la llibertat del debat.
Per aquest motiu, creiem que els firmants del manifest taurí o han estat manipulats i no se'ls ha explicat en què consisteix la votació del pròxim 18 de desembre, o són persones a les quals la democràcia els importa ben poc pretenent minar les bases d'aquesta, evitat que es parli de tot allò que pot resultar-los individualment incòmode.
I és que hem de recordar novament que la democràcia ve de la mà del debat, i el debat afavoreix l'evolució del pensament, de les idees i de les societats. Confiem que els diputats votaran a favor de la democràcia i del debat de les idees. En conclusió, que votaran a favor de la seva pròpia raó de ser.
DEBATE: LA RAZÓN DE SER DE LOS PARLAMENTOS
Cada día la maquinaria taurina utiliza nuevos argumentos para que la Iniciativa Legislativa Popular para abolir las 'corridas de toros' a Cataluña puesta en marcha por nuestra plataforma, no reciba el apoyo de los parlamentarios catalanes. Están en su derecho, sí, pero queremos puntualizar que estos argumentos tienen un trasfondo antidemocrático y preocupante.
Hay que dejar clara una cosa, y que nadie se confunda: el viernes 18 de diciembre de 2009 no se votará si Cataluña decide o no prohibir las 'corridas de toros', lo que se votará es si la cuestión tiene que ser debatida o no. Que la industria taurina no quiera que se lleve a debate nuestra propuesta es una cosa que se puede entender, todo y que no es justificable; y la cobertura que esta postura ha encontrado en algunos grupos políticos - los que han presentado enmiendas a la totalidad, es decir, que se han posicionado en contra que se debata nuestra ILP - pone de manifiesto que hay alguna cosa que no funciona bien.
¿Por qué se quiere negar al debate? ¿Por qué se oponen a defender la salud democrática que tendría que haber en el Parlamento? ¿Cuáles son los argumentos que utilizan para intentar evitar que los diputados respeten la voluntad de las más de 180.000 personas que han avalando con su firma esta ILP? Creemos firmemente que éstas son preguntas que merecen una respuesta, ya que se trata de defender el sistema democrático, la actividad parlamentaria consustancial a ésta y la libertad de expresión.
La defensa de determinados argumentos se tiene que hacer, precisamente, con argumentos, y no intentando callar las voces de los que piensan diferente. El Parlament, como todos los parlamentos basa su actividad precisamente en esta actividad: el debate. Y presentar enmiendas a la totalidad para que una propuesta no sea debatida, es sencillamente, no entender en qué consiste la responsabilidad democrática que recae sobre los parlamentos.
La libertad de expresión y el debate democrático: eso es lo que se está intentando bloquear, creemos que la sociedad, definitivamente, no da apoyo a la falta de estas libertades que nos hacen involucionar hacia otras épocas más oscuras de nuestra històra. Por otra parte, los centenares de debates que se están llevando a cabo sobre esta cuestión en todos los medios de comunicación reflejan que este debate existe en la sociedad, de manera que no se entendería que el debate social no llegara al Parlament, que tiene que cumplir, no sólo en esta oportunidad sino siempre, con su principal función de representatividad democrática, ya que vetar el debate colocaría la actividad parlamentaria en unos terrenos demasiado alejados de los ciudadanos y los votantes, algo no deseable en ninguna sociedad democrática.
Al mismo tiempo, se ha dado a conocer un manifiesto hecho por la industria taurina y firmando por numerosos personajes de diferentes ámbitos, un manifiesto que, según ellos, es a favor de las libertades. Estamos convencidos que muchas de estas personalidades han sido manipuladas y han firmado una cosa con la cual no están de acuerdo. ¿Por qué? Porque si se hubiera presentado este manifiesto antes de un debate en el cual se fuera a votar por "toros sí, toros no” hubiera cumplido con su función; pero no, el manifiesto se presenta ahora, antes de la votación de las enmiendas a la totalidad, hecho que lo convierte en un manifiesto la finalidad de la cual es la de presionar para que no exista la libertad de debatir y la libertad de expresión de ideas en el Parlament, por mucho que lo titulen como "a favor de las libertades", lo que están haciendo es exactamente el contrario, intentando empantanar la libertad del debate.
Por este motivo, creemos que los firmants del manifiesto taurino o han sido manipulados y no se les ha explicado en qué consiste la votación del próximo 18 de diciembre, o son personas a las cuales la democracia les importa bien poco pretendiendo minar las bases de ésta, evitando que se hable de todo aquello que puede resultarles individualmente incómodo.
Y es que tenemos que recordar nuevamente que la democracia viene de la mano del debate, y el debate favorece la evolución del pensamiento, de las ideas y de las sociedades. Confiamos en que los diputados votarán a favor de la democracia y del debate de las ideas. En conclusión, que votarán a favor de su propia razón de ser.
diumenge, 13 de desembre del 2009
¿És aquest el manifest amb el que se’ns anava a caure la cara de vergonya als politics? - ¿Este es el manifiesto con el que se nos iba caer la cara de vergüenza?
¿És aquest el manifest amb el que se’ns anava a caure la cara de vergonya als politics?
Rosa Gil, Presidenta de la Plataforma para la Defensa de la Fiesta, ens va avisar fa algun temps que apareixeria un manifest, i cito textualment, “de personas de valiosa valía cultura y de peso internacional para que en el momento oportuno digan dónde está esa Barcelona abierta a todos para ver si se les cae la cara de vergüenza a los políticos que tenemos por estos pagos".
Amb tots els meus respectes per aquests “il•lustres” signants del manifest, i també per Rosa Gil, que pensa que tot polític que està en contra de la tauromàquia és, i torno a citar les seves paraules, “unos chupaculos, una indecencia de personajes, y unos políticos de mierda”, aquest manifest anunciat a bombo i platet, no tan sols no és vehicle per tal que a ningú se li caigui la cara de vergonya, sinó que demostra de forma clara i contundent la falta d’arguments que tenen els afeccionats a la tauromàquia.
Estic convençut que entre els signants del manifest hi haurà veritables afeccionats a la tauromàquia, altres que defenen fonamentalment interessos econòmics, però també hi haurà aquells que han estat induïts a una creuada en pro de la defensa de les llibertats. Hi ha alguna creuada més emblemàtica que la defensa de la llibertat?
Però que ningú s’enganyi, aquí no es defensa la llibertat dels esclaus, ni la del sufragi universal, ni tan sols la d’un poble oprimit, el que aquí s’està defenent és la llibertat d’una minoria per tal que pugui continuar amb la transgressió del sentiment ètic i la moral d’una majoria.
Prohibir, “un verb que tan sovint ens ha vingut de fora”, tal i com diu el manifest. Però que aquesta vegada arriba de dins, de les mateixes entranyes de la societat civil catalana. Més de 180.000 persones de totes les professions, estatus socials, creences i colors, es varen mobilitzar en contra d’allò que consideren una barbàrie totalment anacrònica, un atemptat a la ètica, i una crueltat contra un esser viu totalment innecessària.
Entre els, un amunt un avall, 277 signants que segons Rosa Gil son “personas de valiosa valía cultural y peso internacional”, podem trobar tot tipus de professions, entre les que abunden els empresaris, advocats i metges, però a on també podem trobar algun cuiner, auditor de comptes, dissenyador gràfic, oficial de notaria, funcionari, jugador de handbol, ramader, interiorista, agent de viatges, industrial, logopeda, comerciant, viticultor i altres oficis igualment respectables, però que disten molt de ser de gran pes internacional. La vàlua cultural ja dependrà en gran mesura de la formació de cada individu, no necessariament de la seva professió.
Malauradament no es varen recollir les dades professionals dels centenars de milers de persones que varem signar la ILP. Però val a dir que a banda d’aquells que han estat les cares de la ILP per ser persones molt conegudes, han signat també un bon grapat de metges, advocats, empresaris, filòsofs, professors universitaris, jutges, artistes, cuiners, funcionaris, i també taxistes, senyores de casa seva, aturats, caixers de supermercat, en definitiva, persones que independentment del seu pes internacional o la seva valua cultural, conformen el teixit de la societat catalana i tenen tan a dir com qualsevol altre català.
No vull treure importància a cap dels signants del manifest, però es tracta de 277 persones. Menys de 300 persones que tenen el pes intrínsec que tenen 277 en front de 180.000, ni més ni menys. Suposo que fins aquesta xifra han pogut arribar en aquests mesos que porten preparant el manifest.
Els signants potser han oblidat que les baralles de gossos i galls estan ja prohibides a Catalunya per la pròpia llei catalana, de la mateixa manera que fumar a determinats indrets, o conduir sense cinturo de seguretat, i tantes i tantes coses més. Perquè la prohibició forma part de la llei i de la mateixa democràcia. Perquè quan els drets xoquen entren en vigor les prohibicions. I aquí estem discutint al voltant de dos drets o llibertats enfrontades, la d’aquells que volen fruir i gaudir amb un espectacle públic, i la d’aquells que considerem aquesta mena d’espectacles quelcom vergonyós i indigne de la nostra societat.
A aquells que han signat l’argument de que “cada cop que la llibertat d’algú es veu negada o limitada, la llibertat de tothom perd pes, es debilita, s’empetiteix”, m’agradaria preguntar-los quan petita senten la seva llibertat pel fet que jo no sigui lliure de circular sense el cinturo de seguretat, o de fumar a un espai públic. A tots ells, especialment als advocats i juristes signants, els vull dir que jo he acceptat les prohibicions com quelcom natural que porta implícita la pròpia democràcia, seran ells tan demòcrates com jo?, o s’estimen més l’argument de facis el que digui jo i no es prohibeixi el que a mi m’agrada.
Molt curts d’arguments han d’anar quan anuncien amb tant de rebombori un manifest ple de vaguetats i inconsistències. De paraules grandiloqüents sobre allò que consideren que és Barcelona, com si Barcelona deixes de ser lliure, ciutat oberta, ciutat de tots, o metròpoli europea, pel fet de deixar de banda un espectacle que avergonyeix a la majoria dels seus ciutadans.
Una cosa es ben certa, i és que un cop llegit el manifest, no tan sols no se m’ha caigut la cara de vergonya, sinó que les meves conviccions han quedat intactes, i inclús en certa mida reforçades.
¿Este es el manifiesto con el que se nos iba caer la cara de vergüenza?
Rosa Gil, Presidenta de la Plataforma para la Defensa de la Fiesta, nos avisó hace algún mes que iba a aparecer un manifiesto, y cito textualmente, “de personas de valiosa valía cultura y de peso internacional para que en el momento oportuno digan dónde está esa Barcelona abierta a todos para ver si se les cae la cara de vergüenza a los políticos que tenemos por estos pagos".
Con todos mis respetos para los “ilustres” firmantes del mismo, y para Rosa Gil, que piensa que todos los políticos que están en contra de la tauromaquia son, y cito sus palabras, “unos chupaculos, una indecencia de personajes, y unos políticos de mierda”, este manifiesto anunciado a bombo y platillo, no solo no es vehículo para que a nadie se le caiga la cara de vergüenza, sino que demuestra de una forma clara y contundente la falta de argumentos de los que adolecen los aficionados a la tauromaquia.
Estoy convencido de que entre los firmantes del manifiesto habrá verdaderos aficionados a la tauromaquia, otros que defienden fundamentalmente intereses económicos, pero también habrá aquellos que han sido inducidos a una cruzada en pro de la defensa de las libertades. ¿Hay alguna cruzada más emblemática que la defensa de la libertad?.
Pero que nadie se engañe, aquí no están defendiendo la libertad de los esclavos, ni la del sufragio universal, ni siquiera la de un pueblo oprimido, lo que aquí se está defendiendo es la libertad de una minoría para poder continuar con la transgresión del sentimiento ético y la moral de una mayoría.
Prohibir, “un verbo que tan a menudo nos ha venido de fuera”, como reza el manifiesto. Pero que esta vez llega de dentro, de las mismas entrañas de la sociedad civil catalana. Más de 180.000 personas de todas las profesiones, estatus sociales, credos y colores, se movilizaron en contra de lo que consideran una barbarie totalmente anacrónica, un atentado a la ética, y una crueldad contra un ser vivo totalmente innecesaria.
Entre los, uno arriba uno abajo, 277 firmantes que según Rosa Gil son “personas de valiosa valía cultural y peso internacional”, podemos encontrar todo tipo de profesiones, entre las que abundan los empresarios, abogados y médicos, pero donde también encontramos algún cocinero, auditor de cuentas, diseñador gráfico, oficial de notaría, funcionario, jugador de balonmano, ganadero, interiorista, agente de viajes, industrial, logopeda, comerciante, viticultor y otros oficios igualmente respetables, pero que distan mucho de ser de gran peso internacional. La valía cultural ya dependerá en mayor medida de la formación de cada individuo, no necesariamente de su profesión.
Desgraciadamente no se recogieron los datos profesionales de los centenares de miles de personas que firmamos la ILP. Sin embargo baste decir que al margen de aquellos que han sido las caras de la ILP por tratarse de personas muy conocidas, han firmado también un buen número de médicos, abogados, empresarios, filósofos, profesores universitarios, jueces, artistas, cocineros, funcionarios, y también taxistas, amas de casa, parados, cajeros de supermercado, en definitiva, personas que independientemente de su peso internacional o su valía cultural, forman el tejido de la sociedad catalana y tienen tanto que decir como cualquier otro catalán.
No pretendo restar importancia a ninguno de los firmantes del manifiesto, pero se trata de 277 personas. Menos de 300 personas que tienen el peso que intrínsecamente tienen 277 frente a 180.000, ni más ni menos. Supongo que hasta esa cifra han podido llegar en estos meses que llevan preparando el manifiesto.
Los firmantes tal vez hayan olvidado que las peleas de perros y gallos están ya prohibidas en Catalunya por la propia ley catalana, al igual que fumar en determinados espacios, o conducir sin cinturón de seguridad, y tantas y tantas cosas. Porque la prohibición forma parte de la ley y de la propia democracia. Porque cuando los derechos colisionan entran en vigor las prohibiciones. Y aquí estamos discutiendo sobre dos derechos o libertades confrontadas, la del que quiere gozar y disfrutar con un espectáculo público, y la de aquel que considera al citado espectáculo algo vergonzoso e indigno de nuestra sociedad.
A los firmantes del argumento de que “cada vez que la libertad de alguien se ve negada o limitada, la libertad de todos pierde peso, se debilita, se empequeñece”, me gustaría preguntarles cuan pequeña sienten su libertad por el hecho de que yo no sea libre de circular sin el cinturón de seguridad, o de fumar en un espacio público. A ellos, especialmente a los abogados y juristas firmantes, les quiero decir que yo he aceptado las prohibiciones como algo natural que lleva implícita la propia democracia, ¿serán ellos tan demócratas como yo?, o prefieren el argumento de hágase lo que yo digo y no se prohíba lo que a mí me gusta.
Muy escasos de argumentos andan cuando anuncian con tanto esmero un manifiesto repleto de vaguedades e inconsistencias. De palabras grandilocuentes sobre lo que consideran que es Barcelona, como si Barcelona dejase de ser libre, ciudad abierta, ciudad de todos, o metrópolis europea, por el hecho de dejar a un lado un espectáculo que avergüenza a la mayoría de sus ciudadanos.
Una cosa es cierta, y es que tras leer el manifiesto, no solo no se me ha caído la cara de vergüenza, sino que mis convicciones han quedado intactas, y en cierta medida incluso reforzadas.
Rosa Gil, Presidenta de la Plataforma para la Defensa de la Fiesta, ens va avisar fa algun temps que apareixeria un manifest, i cito textualment, “de personas de valiosa valía cultura y de peso internacional para que en el momento oportuno digan dónde está esa Barcelona abierta a todos para ver si se les cae la cara de vergüenza a los políticos que tenemos por estos pagos".
Amb tots els meus respectes per aquests “il•lustres” signants del manifest, i també per Rosa Gil, que pensa que tot polític que està en contra de la tauromàquia és, i torno a citar les seves paraules, “unos chupaculos, una indecencia de personajes, y unos políticos de mierda”, aquest manifest anunciat a bombo i platet, no tan sols no és vehicle per tal que a ningú se li caigui la cara de vergonya, sinó que demostra de forma clara i contundent la falta d’arguments que tenen els afeccionats a la tauromàquia.
Estic convençut que entre els signants del manifest hi haurà veritables afeccionats a la tauromàquia, altres que defenen fonamentalment interessos econòmics, però també hi haurà aquells que han estat induïts a una creuada en pro de la defensa de les llibertats. Hi ha alguna creuada més emblemàtica que la defensa de la llibertat?
Però que ningú s’enganyi, aquí no es defensa la llibertat dels esclaus, ni la del sufragi universal, ni tan sols la d’un poble oprimit, el que aquí s’està defenent és la llibertat d’una minoria per tal que pugui continuar amb la transgressió del sentiment ètic i la moral d’una majoria.
Prohibir, “un verb que tan sovint ens ha vingut de fora”, tal i com diu el manifest. Però que aquesta vegada arriba de dins, de les mateixes entranyes de la societat civil catalana. Més de 180.000 persones de totes les professions, estatus socials, creences i colors, es varen mobilitzar en contra d’allò que consideren una barbàrie totalment anacrònica, un atemptat a la ètica, i una crueltat contra un esser viu totalment innecessària.
Entre els, un amunt un avall, 277 signants que segons Rosa Gil son “personas de valiosa valía cultural y peso internacional”, podem trobar tot tipus de professions, entre les que abunden els empresaris, advocats i metges, però a on també podem trobar algun cuiner, auditor de comptes, dissenyador gràfic, oficial de notaria, funcionari, jugador de handbol, ramader, interiorista, agent de viatges, industrial, logopeda, comerciant, viticultor i altres oficis igualment respectables, però que disten molt de ser de gran pes internacional. La vàlua cultural ja dependrà en gran mesura de la formació de cada individu, no necessariament de la seva professió.
Malauradament no es varen recollir les dades professionals dels centenars de milers de persones que varem signar la ILP. Però val a dir que a banda d’aquells que han estat les cares de la ILP per ser persones molt conegudes, han signat també un bon grapat de metges, advocats, empresaris, filòsofs, professors universitaris, jutges, artistes, cuiners, funcionaris, i també taxistes, senyores de casa seva, aturats, caixers de supermercat, en definitiva, persones que independentment del seu pes internacional o la seva valua cultural, conformen el teixit de la societat catalana i tenen tan a dir com qualsevol altre català.
No vull treure importància a cap dels signants del manifest, però es tracta de 277 persones. Menys de 300 persones que tenen el pes intrínsec que tenen 277 en front de 180.000, ni més ni menys. Suposo que fins aquesta xifra han pogut arribar en aquests mesos que porten preparant el manifest.
Els signants potser han oblidat que les baralles de gossos i galls estan ja prohibides a Catalunya per la pròpia llei catalana, de la mateixa manera que fumar a determinats indrets, o conduir sense cinturo de seguretat, i tantes i tantes coses més. Perquè la prohibició forma part de la llei i de la mateixa democràcia. Perquè quan els drets xoquen entren en vigor les prohibicions. I aquí estem discutint al voltant de dos drets o llibertats enfrontades, la d’aquells que volen fruir i gaudir amb un espectacle públic, i la d’aquells que considerem aquesta mena d’espectacles quelcom vergonyós i indigne de la nostra societat.
A aquells que han signat l’argument de que “cada cop que la llibertat d’algú es veu negada o limitada, la llibertat de tothom perd pes, es debilita, s’empetiteix”, m’agradaria preguntar-los quan petita senten la seva llibertat pel fet que jo no sigui lliure de circular sense el cinturo de seguretat, o de fumar a un espai públic. A tots ells, especialment als advocats i juristes signants, els vull dir que jo he acceptat les prohibicions com quelcom natural que porta implícita la pròpia democràcia, seran ells tan demòcrates com jo?, o s’estimen més l’argument de facis el que digui jo i no es prohibeixi el que a mi m’agrada.
Molt curts d’arguments han d’anar quan anuncien amb tant de rebombori un manifest ple de vaguetats i inconsistències. De paraules grandiloqüents sobre allò que consideren que és Barcelona, com si Barcelona deixes de ser lliure, ciutat oberta, ciutat de tots, o metròpoli europea, pel fet de deixar de banda un espectacle que avergonyeix a la majoria dels seus ciutadans.
Una cosa es ben certa, i és que un cop llegit el manifest, no tan sols no se m’ha caigut la cara de vergonya, sinó que les meves conviccions han quedat intactes, i inclús en certa mida reforçades.
¿Este es el manifiesto con el que se nos iba caer la cara de vergüenza?
Rosa Gil, Presidenta de la Plataforma para la Defensa de la Fiesta, nos avisó hace algún mes que iba a aparecer un manifiesto, y cito textualmente, “de personas de valiosa valía cultura y de peso internacional para que en el momento oportuno digan dónde está esa Barcelona abierta a todos para ver si se les cae la cara de vergüenza a los políticos que tenemos por estos pagos".
Con todos mis respetos para los “ilustres” firmantes del mismo, y para Rosa Gil, que piensa que todos los políticos que están en contra de la tauromaquia son, y cito sus palabras, “unos chupaculos, una indecencia de personajes, y unos políticos de mierda”, este manifiesto anunciado a bombo y platillo, no solo no es vehículo para que a nadie se le caiga la cara de vergüenza, sino que demuestra de una forma clara y contundente la falta de argumentos de los que adolecen los aficionados a la tauromaquia.
Estoy convencido de que entre los firmantes del manifiesto habrá verdaderos aficionados a la tauromaquia, otros que defienden fundamentalmente intereses económicos, pero también habrá aquellos que han sido inducidos a una cruzada en pro de la defensa de las libertades. ¿Hay alguna cruzada más emblemática que la defensa de la libertad?.
Pero que nadie se engañe, aquí no están defendiendo la libertad de los esclavos, ni la del sufragio universal, ni siquiera la de un pueblo oprimido, lo que aquí se está defendiendo es la libertad de una minoría para poder continuar con la transgresión del sentimiento ético y la moral de una mayoría.
Prohibir, “un verbo que tan a menudo nos ha venido de fuera”, como reza el manifiesto. Pero que esta vez llega de dentro, de las mismas entrañas de la sociedad civil catalana. Más de 180.000 personas de todas las profesiones, estatus sociales, credos y colores, se movilizaron en contra de lo que consideran una barbarie totalmente anacrónica, un atentado a la ética, y una crueldad contra un ser vivo totalmente innecesaria.
Entre los, uno arriba uno abajo, 277 firmantes que según Rosa Gil son “personas de valiosa valía cultural y peso internacional”, podemos encontrar todo tipo de profesiones, entre las que abundan los empresarios, abogados y médicos, pero donde también encontramos algún cocinero, auditor de cuentas, diseñador gráfico, oficial de notaría, funcionario, jugador de balonmano, ganadero, interiorista, agente de viajes, industrial, logopeda, comerciante, viticultor y otros oficios igualmente respetables, pero que distan mucho de ser de gran peso internacional. La valía cultural ya dependerá en mayor medida de la formación de cada individuo, no necesariamente de su profesión.
Desgraciadamente no se recogieron los datos profesionales de los centenares de miles de personas que firmamos la ILP. Sin embargo baste decir que al margen de aquellos que han sido las caras de la ILP por tratarse de personas muy conocidas, han firmado también un buen número de médicos, abogados, empresarios, filósofos, profesores universitarios, jueces, artistas, cocineros, funcionarios, y también taxistas, amas de casa, parados, cajeros de supermercado, en definitiva, personas que independientemente de su peso internacional o su valía cultural, forman el tejido de la sociedad catalana y tienen tanto que decir como cualquier otro catalán.
No pretendo restar importancia a ninguno de los firmantes del manifiesto, pero se trata de 277 personas. Menos de 300 personas que tienen el peso que intrínsecamente tienen 277 frente a 180.000, ni más ni menos. Supongo que hasta esa cifra han podido llegar en estos meses que llevan preparando el manifiesto.
Los firmantes tal vez hayan olvidado que las peleas de perros y gallos están ya prohibidas en Catalunya por la propia ley catalana, al igual que fumar en determinados espacios, o conducir sin cinturón de seguridad, y tantas y tantas cosas. Porque la prohibición forma parte de la ley y de la propia democracia. Porque cuando los derechos colisionan entran en vigor las prohibiciones. Y aquí estamos discutiendo sobre dos derechos o libertades confrontadas, la del que quiere gozar y disfrutar con un espectáculo público, y la de aquel que considera al citado espectáculo algo vergonzoso e indigno de nuestra sociedad.
A los firmantes del argumento de que “cada vez que la libertad de alguien se ve negada o limitada, la libertad de todos pierde peso, se debilita, se empequeñece”, me gustaría preguntarles cuan pequeña sienten su libertad por el hecho de que yo no sea libre de circular sin el cinturón de seguridad, o de fumar en un espacio público. A ellos, especialmente a los abogados y juristas firmantes, les quiero decir que yo he aceptado las prohibiciones como algo natural que lleva implícita la propia democracia, ¿serán ellos tan demócratas como yo?, o prefieren el argumento de hágase lo que yo digo y no se prohíba lo que a mí me gusta.
Muy escasos de argumentos andan cuando anuncian con tanto esmero un manifiesto repleto de vaguedades e inconsistencias. De palabras grandilocuentes sobre lo que consideran que es Barcelona, como si Barcelona dejase de ser libre, ciudad abierta, ciudad de todos, o metrópolis europea, por el hecho de dejar a un lado un espectáculo que avergüenza a la mayoría de sus ciudadanos.
Una cosa es cierta, y es que tras leer el manifiesto, no solo no se me ha caído la cara de vergüenza, sino que mis convicciones han quedado intactas, y en cierta medida incluso reforzadas.
divendres, 11 de desembre del 2009
Un excelente escrito de Julio Ortega Fraile
Avui em vull fer ressò d’un excel•lent escrit de Julio Ortega Fraile, que en el moment que estem vivint, a les portes de la votació de les esmenes a la totalitat de la ILP PROU, té un a especial rellevància per la seva interessant i verídica visió de la historia de la humanitat. Donada la transcendència històrica del tema no podem admetre ni permetre que cap partit polític negui el dret, clarament expressat pels ciutadans que han signat, a que aquesta ILP sigui àmpliament debatuda al Parlament.
Hoy quiero hacerme eco de un excelente escrito de Julio Ortega Fraile, que dado el importante momento que vivimos, a las puertas de la votación de las enmiendas a la totalidad de la ILP PROU, tiene especial relevancia por su interesante y veraz visión de la historia de la humanidad. Vista la trascendencia histórica del asunto no podemos admitir ni permitir que ningún partido político niegue el derecho, expresado claramente por los ciudadanos que han firmado, a que esta ILP sea ampliamente debatida en el Parlament.
Del inmovilismo esclavista, antisufragista y taurino
(Per Julio Ortega Fraile)
El proceso para la derogación legal de la esclavitud en el Planeta tuvo que enfrentarse a una feroz oposición: conspiraciones, campañas de prensa y manifestaciones fueron algunas estrategias empleadas por el movimiento antiabolicionista, temeroso de que se perdiese el “privilegio” de la dominación absoluta de unos individuos sobre otros.
La lucha por el derecho de la mujer a ejercer el sufragio, también hubo de vérselas con una enconada resistencia por parte de aquellos que se negaban a tan digna y necesaria reivindicación, y no fueron pocas mujeres las que afrontaron graves consecuencias por pretender alterar el “orden establecido”.
A lo largo de la Historia, cualquier iniciativa tendente a superar situaciones de desigualdad, de injusticia o de sometimiento, ha sido presentada a la Sociedad por sus detractores como una amenaza que de consumarse, supondría el origen de terribles males. Y en esa dinámica torticera, los que defendían tales avances han sido tachados por los inmovilistas de elementos nocivos y subversivos instigadores de la catástrofe.
Hoy en día, continuamos siendo presa de egoísmos y de intereses similares a los de nuestros antecesores, un egocentrismo cuya prevalencia significó tantos borrones rojos de vileza y sangre en la crónica de la Humanidad; así, por eso de la casi imperceptible inmutabilidad en la naturaleza del hombre, la reacción actual de los que supeditan el respeto a terceros y la libertad ajena a su propio bienestar, sea económico o pasional, no difiere de la de aquellos que en siglos pasados, pusieron todas las trabas posibles a la evolución moral del ser humano.
La Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que se está desarrollando en Cataluña y cuyo objetivo es acabar con las corridas de toros, está soportando las iras de algunos sectores como en el pasado le ocurrió a los movimientos abolicionista y sufragista. Una campaña cuidadosamente organizada desde determinados medios e inspirada por ciertos grupos de presión, intenta trasladar a los ciudadanos la idea de que el fin de la lidia es un atentado contra la cultura y el arte, que vulnera el concepto de tradición y la más peregrina - y perversa - de las afirmaciones: que menoscaba la libertad.
Si torturar a un animal es pedagógico y hermoso, si merece la pena conservar como costumbre el sufrimiento de un toro, y si su derecho como ser vivo a no ser agredido es algo despreciable, entonces los promotores de la tauromaquia tienen razón. En caso contrario, nos estamos enfrentando una vez más a los herederos de los esclavistas a tenor de la raza o de la clase social y de los discriminadores en función del sexo; en este caso, ambas actitudes por mor de la especie de la víctima. En lo que no existe ninguna diferencia, es en que sucumbir a tan retorcidos argumentos es pecar de cobardes, afianzarnos en el atraso y prolongar la vergüenza de una ignominia subvencionada, porque en definitiva y todos lo sabemos, las corridas de toros serán abolidas antes o después. Sólo se trata de comprobar quién tendrá la dignidad, la valentía y la ética suficientes como para no dejar pasar más tiempo.
Hoy quiero hacerme eco de un excelente escrito de Julio Ortega Fraile, que dado el importante momento que vivimos, a las puertas de la votación de las enmiendas a la totalidad de la ILP PROU, tiene especial relevancia por su interesante y veraz visión de la historia de la humanidad. Vista la trascendencia histórica del asunto no podemos admitir ni permitir que ningún partido político niegue el derecho, expresado claramente por los ciudadanos que han firmado, a que esta ILP sea ampliamente debatida en el Parlament.
Del inmovilismo esclavista, antisufragista y taurino
(Per Julio Ortega Fraile)
El proceso para la derogación legal de la esclavitud en el Planeta tuvo que enfrentarse a una feroz oposición: conspiraciones, campañas de prensa y manifestaciones fueron algunas estrategias empleadas por el movimiento antiabolicionista, temeroso de que se perdiese el “privilegio” de la dominación absoluta de unos individuos sobre otros.
La lucha por el derecho de la mujer a ejercer el sufragio, también hubo de vérselas con una enconada resistencia por parte de aquellos que se negaban a tan digna y necesaria reivindicación, y no fueron pocas mujeres las que afrontaron graves consecuencias por pretender alterar el “orden establecido”.
A lo largo de la Historia, cualquier iniciativa tendente a superar situaciones de desigualdad, de injusticia o de sometimiento, ha sido presentada a la Sociedad por sus detractores como una amenaza que de consumarse, supondría el origen de terribles males. Y en esa dinámica torticera, los que defendían tales avances han sido tachados por los inmovilistas de elementos nocivos y subversivos instigadores de la catástrofe.
Hoy en día, continuamos siendo presa de egoísmos y de intereses similares a los de nuestros antecesores, un egocentrismo cuya prevalencia significó tantos borrones rojos de vileza y sangre en la crónica de la Humanidad; así, por eso de la casi imperceptible inmutabilidad en la naturaleza del hombre, la reacción actual de los que supeditan el respeto a terceros y la libertad ajena a su propio bienestar, sea económico o pasional, no difiere de la de aquellos que en siglos pasados, pusieron todas las trabas posibles a la evolución moral del ser humano.
La Iniciativa Legislativa Popular (ILP) que se está desarrollando en Cataluña y cuyo objetivo es acabar con las corridas de toros, está soportando las iras de algunos sectores como en el pasado le ocurrió a los movimientos abolicionista y sufragista. Una campaña cuidadosamente organizada desde determinados medios e inspirada por ciertos grupos de presión, intenta trasladar a los ciudadanos la idea de que el fin de la lidia es un atentado contra la cultura y el arte, que vulnera el concepto de tradición y la más peregrina - y perversa - de las afirmaciones: que menoscaba la libertad.
Si torturar a un animal es pedagógico y hermoso, si merece la pena conservar como costumbre el sufrimiento de un toro, y si su derecho como ser vivo a no ser agredido es algo despreciable, entonces los promotores de la tauromaquia tienen razón. En caso contrario, nos estamos enfrentando una vez más a los herederos de los esclavistas a tenor de la raza o de la clase social y de los discriminadores en función del sexo; en este caso, ambas actitudes por mor de la especie de la víctima. En lo que no existe ninguna diferencia, es en que sucumbir a tan retorcidos argumentos es pecar de cobardes, afianzarnos en el atraso y prolongar la vergüenza de una ignominia subvencionada, porque en definitiva y todos lo sabemos, las corridas de toros serán abolidas antes o después. Sólo se trata de comprobar quién tendrá la dignidad, la valentía y la ética suficientes como para no dejar pasar más tiempo.
dilluns, 30 de novembre del 2009
¿Quién analiza al psiquiatra?
El “prestigioso” psiquiatra Leopoldo Ortega Monasterio participó en una Mesa Redonda acerca del futuro de la Fiesta en Catalunya organizada por la Casa de Madrid en Barcelona.
Ortega Monasterio 'tiró' el argumento de quienes relacionan la fiesta de los toros con la tortura: "En el toreo no hay tortura ya que para ello sería requisito una inmovilización". En su opinión durante la lidia el toro sufre un estrés y una fatiga similar a la que sufre un jugador de rugby en un partido.
Esta noticia completa puede leerse en el siguiente enlace: http://www.burladero.com/noticias/008727/leopoldo/ortega/el/toreo/nunca/tortura/inmovilizacion
Y un servidor, que por fortuna no se dedica a la difícil tarea de investigar en los recovecos de la mente humana, no puede por menos que preguntarse, ¿y quién analiza al psiquiatra?, porqué me da la sensación que al prestigioso psiquiatra se le ha ido un poco la cabeza, cosa a la que últimamente uno empieza a acostumbrarse a fuerza de leer las más estrambóticas y esperpénticas justificaciones que intentan dotar a “la fiesta” de algún sentido, de alguna justificación éticamente válida.
José Enrique Zaldívar Laguía, veterinario y vicepresidente de AVAT, que sin duda ha quedado tan perplejo como yo ante esta afirmación, expone en su blog http://www.blogveterinario.com/ :
Como puede apreciarse en la definición de tortura, no aparece en ningún lugar referencia alguna a la necesidad de que el torturado haya sido previamente inmovilizado. Sin embargo sí se hace referencia al grave dolor físico o psicológico infligido, así como a los utensilios diversos utilizados para ello.
Es posible que el ínclito psiquiatra pretenda ostentar un sillón en la Real Academia de la Lengua Española para poder limpiar, fijar y dar esplendor a nuestra lengua, y así poder ampliar y enriquecer la definición de la palabra en cuestión. Claro que más bien parece que todo se deba a una interpretación libre e interesada de la palabra tortura, una interpretación hecha a la medida para poder llevar la contra a cuantos pensamos que lo que sufre un toro en la arena es una auténtica tortura.
Y es que puestos a enriquecer nuestra lengua, porqué en definitiva es de todos, a mí también me gustaría hacer una humilde aportación. En la definición se habla tan solo de dos posibles fines, a saber, la obtención de una confesión, o la imposición de un castigo.
Seguro que cuando se creó el diccionario y en las sucesivas revisiones, nadie ha pensado en que el objeto de la tortura no tiene porqué ser necesariamente un ser humano, nadie ha pensado que también se puede torturar a un animal, al que lógicamente es imposible arrancarle confesión alguna, y al que tampoco necesariamente se le desee infligir ningún castigo. Tampoco nadie ha pensado en la tortura que desgraciadamente sufren demasiadas mujeres, tortura física o psíquica que muchas veces sufren calladamente, tortura que no busca confesión, que no responde a ningún castigo, solo a patrones enfermizos que buscan en la tortura la afirmación de su superioridad, incluso la pura diversión.
Diversión que quedó patente en la guerra de Irak al descubrirse como los soldados invasores torturaban a los invadidos mediante todo tipo de vejaciones. No buscaban confesión ni pretendían castigar, solo lo hacían por pura diversión. La misma diversión que buscaban los quintos de Torreorgaz cuando torturaron a una burrita hasta causarle la muerte.
Sí, definitivamente falta una finalidad más en la definición de tortura. La diversión. Lo llaman arte y lo visten de cultura, pero no deja de ser un pasatiempo más para los aficionados que acuden a un coso, una forma de pasar una tarde agradable, de divertirse a costa del sufrimiento de un animal. Y prefieren no ver el sufrimiento, prefieren acabar creyendo que el animal no es más que un objeto, porqué si lo pensasen con frialdad, con objetividad, acabarían por darse asco a sí mismos.
No, señor Ortega Monasterio, no hace falta que alguien esté inmovilizado para que sea torturado. Porqué al margen del evidente daño físico, al toro, también se le propina un importante dolor psicológico, y todo el mundo, salvo usted y cuatro taurinos más, es capaz de entender que el dolor psicológico no requiere de ataduras físicas. Todo el mundo, salvo usted y cuatro taurinos más, es capaz de comprender que el toro, pese a no pertenecer a la raza humana, es un ser vivo dotado de una sensibilidad y de un sistema nervioso capaz de sentir dolor cuando lo pinchan.
Un jugador de rugby puede sentir estrés durante un partido, pero estoy seguro que prefiere jugar con la pelota ovalada a ser atravesado una y otra vez por el frío acero de las banderillas, de la pica, de la espada y del descabello. No compare por favor, no compare, o es que se cree que todos los que lo escuchan o lo leen tienen la misma incapacidad que usted para ver aquello que es evidente.
No pretenda insultar la inteligencia ajena. Tal vez fuera bueno que antes de analizar las mentes ajenas dedicara unos minutos a auto psicoanalizarse. A lo mejor descubre que su pasión por la tauromaquia no le deja pensar con la objetividad que se le supone a un buen psiquiatra.
¿Quién analiza al psiquiatra?
Ortega Monasterio 'tiró' el argumento de quienes relacionan la fiesta de los toros con la tortura: "En el toreo no hay tortura ya que para ello sería requisito una inmovilización". En su opinión durante la lidia el toro sufre un estrés y una fatiga similar a la que sufre un jugador de rugby en un partido.
Esta noticia completa puede leerse en el siguiente enlace: http://www.burladero.com/noticias/008727/leopoldo/ortega/el/toreo/nunca/tortura/inmovilizacion
Y un servidor, que por fortuna no se dedica a la difícil tarea de investigar en los recovecos de la mente humana, no puede por menos que preguntarse, ¿y quién analiza al psiquiatra?, porqué me da la sensación que al prestigioso psiquiatra se le ha ido un poco la cabeza, cosa a la que últimamente uno empieza a acostumbrarse a fuerza de leer las más estrambóticas y esperpénticas justificaciones que intentan dotar a “la fiesta” de algún sentido, de alguna justificación éticamente válida.
José Enrique Zaldívar Laguía, veterinario y vicepresidente de AVAT, que sin duda ha quedado tan perplejo como yo ante esta afirmación, expone en su blog http://www.blogveterinario.com/ :
Digamos entonces que cuando un maltratador le pega una paliza a su mujer, o que cuando se maltrata a un perro, si no están inmovilizados, no se puede llamar tortura.
Me temo que el "intelectual" de turno no sabe lo que significa la palabra:
tortura.
(Del lat. tortūra).
1. f. Grave dolor físico o psicológico infligido a alguien, con métodos y utensilios diversos, con el fin de obtener de él una confesión, o como medio de castigo.
Como puede apreciarse en la definición de tortura, no aparece en ningún lugar referencia alguna a la necesidad de que el torturado haya sido previamente inmovilizado. Sin embargo sí se hace referencia al grave dolor físico o psicológico infligido, así como a los utensilios diversos utilizados para ello.
Es posible que el ínclito psiquiatra pretenda ostentar un sillón en la Real Academia de la Lengua Española para poder limpiar, fijar y dar esplendor a nuestra lengua, y así poder ampliar y enriquecer la definición de la palabra en cuestión. Claro que más bien parece que todo se deba a una interpretación libre e interesada de la palabra tortura, una interpretación hecha a la medida para poder llevar la contra a cuantos pensamos que lo que sufre un toro en la arena es una auténtica tortura.
Y es que puestos a enriquecer nuestra lengua, porqué en definitiva es de todos, a mí también me gustaría hacer una humilde aportación. En la definición se habla tan solo de dos posibles fines, a saber, la obtención de una confesión, o la imposición de un castigo.
Seguro que cuando se creó el diccionario y en las sucesivas revisiones, nadie ha pensado en que el objeto de la tortura no tiene porqué ser necesariamente un ser humano, nadie ha pensado que también se puede torturar a un animal, al que lógicamente es imposible arrancarle confesión alguna, y al que tampoco necesariamente se le desee infligir ningún castigo. Tampoco nadie ha pensado en la tortura que desgraciadamente sufren demasiadas mujeres, tortura física o psíquica que muchas veces sufren calladamente, tortura que no busca confesión, que no responde a ningún castigo, solo a patrones enfermizos que buscan en la tortura la afirmación de su superioridad, incluso la pura diversión.
Diversión que quedó patente en la guerra de Irak al descubrirse como los soldados invasores torturaban a los invadidos mediante todo tipo de vejaciones. No buscaban confesión ni pretendían castigar, solo lo hacían por pura diversión. La misma diversión que buscaban los quintos de Torreorgaz cuando torturaron a una burrita hasta causarle la muerte.
Sí, definitivamente falta una finalidad más en la definición de tortura. La diversión. Lo llaman arte y lo visten de cultura, pero no deja de ser un pasatiempo más para los aficionados que acuden a un coso, una forma de pasar una tarde agradable, de divertirse a costa del sufrimiento de un animal. Y prefieren no ver el sufrimiento, prefieren acabar creyendo que el animal no es más que un objeto, porqué si lo pensasen con frialdad, con objetividad, acabarían por darse asco a sí mismos.
No, señor Ortega Monasterio, no hace falta que alguien esté inmovilizado para que sea torturado. Porqué al margen del evidente daño físico, al toro, también se le propina un importante dolor psicológico, y todo el mundo, salvo usted y cuatro taurinos más, es capaz de entender que el dolor psicológico no requiere de ataduras físicas. Todo el mundo, salvo usted y cuatro taurinos más, es capaz de comprender que el toro, pese a no pertenecer a la raza humana, es un ser vivo dotado de una sensibilidad y de un sistema nervioso capaz de sentir dolor cuando lo pinchan.
Un jugador de rugby puede sentir estrés durante un partido, pero estoy seguro que prefiere jugar con la pelota ovalada a ser atravesado una y otra vez por el frío acero de las banderillas, de la pica, de la espada y del descabello. No compare por favor, no compare, o es que se cree que todos los que lo escuchan o lo leen tienen la misma incapacidad que usted para ver aquello que es evidente.
No pretenda insultar la inteligencia ajena. Tal vez fuera bueno que antes de analizar las mentes ajenas dedicara unos minutos a auto psicoanalizarse. A lo mejor descubre que su pasión por la tauromaquia no le deja pensar con la objetividad que se le supone a un buen psiquiatra.
¿Quién analiza al psiquiatra?
dimarts, 24 de novembre del 2009
Libertad sí, crueldad no
Mucho están hablando ahora los taurinos del respeto a la libertad, del respeto a las minorías. Y es que parece que por fin ya no se atreven a discutir que más del 70% de los catalanes no quiere saber nada de la tauromaquia.
Parece que ya han asumido que “la fiesta” es un acontecimiento solo para una minoría. Y como minoría exigen respeto para su minoritaria “afición”.
Pero como el argumento se les queda corto enarbolan la bandera del “respeto a la libertad”, incluso algunos entonan el tan manido tópico de “prohibido prohibir”.
Minorías hay muchas, por ejemplo, los fumadores empezamos ya a ser una minoría en vías de extinción, una minoría que ve como año tras año, ley tras ley, prohibición tras prohibición, se le va acotando y restringiendo el espacio en el que puede ejercitar su afición a fumar. Sí, ya sé, fumar perjudica la salud, y nada más lejos de mi intención que hacer apología de la afición al tabaco, sin embargo no puedo evitar pensar en 1.980 cuando a mis 20 años, la sociedad, la tradición social, me inició en esto que ahora es un terrible y execrable vicio.
Y es que si hace 29 años fumar en la oficina, en los edificios oficiales, en los aviones, incluso en el ascensor, estaba permitido y nada mal visto, ahora es una especie de lacra social, y los fumadores una especie de leprosos que hay que ir repudiando de todo espacio público.
¿Dónde está el respeto a la libertad?, ah, claro, es que el respeto a la libertad de los fumadores choca frontalmente con el respeto a la libertad de los no fumadores. Y llegados a este punto en que para que unos gocen de su libertad otros tienen que renunciar a la suya, ¿que hace el estado?, ¿que hacen los políticos?, pues lo que deben hacer, legislar.
Porqué legislar no es otra cosa que educar. Legislar es validar aquello que socialmente es aceptable, y condenar aquello que no lo es. Legislar es en muchos, muchísimos casos, prohibir. Si siguiéramos al pie de la letra aquello de “prohibido prohibir”, no existirían las leyes.
El respeto a las minorías está muy bien, pero para que tales minorías sean merecedoras de respeto es imprescindible que sus actos, sus aficiones, sus gustos, sean aceptados mayoritariamente por la sociedad, y no hablo de que sean compartidos mayoritariamente, hablo de aceptación y respeto.
Los fumadores hemos pasado de ser mayoría, a ser minoría, y hemos pasado de ser socialmente aceptados, e incluso bien vistos, a ser una especie de carcinoma andante, una versión moderna de los apestados de la edad media. Y es que las sociedades avanzan. Lo que ayer era bueno, hoy puede no serlo. Lo que fue un hecho socialmente aceptado y fomentado, es hoy motivo de múltiples prohibiciones.
Hay que aceptarlo porqué vivimos en democracia, y ello no implica precisamente que cada cual pueda hacer lo que le plazca, implica que hay normas y leyes, y hay que respetarlas.
En este punto más de un taurino debe estar pensando que no puede compararse el tema del tabaco, que afecta a derechos de personas contra otros derechos también de personas, con el tema de la tauromaquia, que en principio afecta a los derechos de unas personas contra los derechos de los animales. Incluso habrá quien tirando de manuales de filosofía plantee la conveniencia de dotar de derechos a los animales, y podríamos entrar en disquisiciones bizantinas e interminables sobre derechos y deberes. Pero la realidad se impone. Y la realidad es que desde 2003 la ley catalana ya dota de derechos a los animales.
Pero es que al margen de los derechos de los que ya gozan los demás animales, para poder establecer el límite a la libertad individual o colectiva, en el caso de la tauromaquia, también hay que tener en cuenta el grado de aceptación o rechazo del resto de la sociedad. Y en estos momentos la sociedad, de forma mayoritaria, ha evolucionado en su percepción ética respecto al trato que hay que dispensar a los animales. La sociedad exige que se les dispense un trato digno.
Es por ello que Catalunya ya aprobó su ley de protección animal, una ley pionera en todo el estado, pero como suele pasar en muchas ocasiones la ley quedó coja. Y sin duda lo hizo porqué en aquel momento, y por motivos obvios que no hace falta reproducir, los políticos no tuvieron, o no se atrevieron a tener, la percepción de que el toro era merecedor de quedar amparado por la nueva ley.
Sin embargo a día de hoy es la sociedad civil catalana la que está solicitando mayoritariamente a los políticos que eliminen dicha excepción, porqué entiende que el toro es un animal, porqué no entiende que las peleas de gallos y perros sean ilegales, pero un espectáculo en el que se tortura y da muerte a un toro sea, no solo legal, sino que además goce de las más variopintas subvenciones públicas.
También había una notable afición a las peleas de perros y gallos. Al entrar en vigor la ley también hubo personas que se quedaron sin su diversión, sin su afición y sin su negocio. ¿Habrá alguna diferencia entre un perro o un gallo, y un toro?.
Es un tremendo contrasentido intentar educar a nuestros menores y jóvenes en el respeto hacia la naturaleza y los seres vivos que en ella habitamos, y permitir que se sigan produciendo eventos públicos en los que para disfrute y enriquecimiento de una minoría, se cause sufrimiento a un ser vivo, a un mamífero. Es una tremenda perversión moral que evidentemente tiene sus consecuencias. Por un lado la cosificación del animal, por otro una peligrosa insensibilidad hacia el sufrimiento del animal que sin duda va calando en los más jóvenes
Esta es la disyuntiva a la que se enfrentan nuestros políticos; los diputados y diputadas del parlamento catalán.
En este sentido nuestros parlamentarios tienen ante sí un cambio social profundo. Un cambio que ha dejado a la tauromaquia agonizante. En una agonía largamente prolongada mediante subvenciones. Una agonía artificial que no acabará en encefalograma plano mientras se la mantenga a golpe de talonario. Los aficionados no son suficientes como para que la actividad se sostenga por sí sola, algo totalmente opuesto a lo que pasa con los clubes de fútbol, reconvertidos en sociedades anónimas.
Y como algunos no quieren aceptar el cambio ético de la sociedad, lo disfrazan de independentismo, y no quieren darse cuenta que entre siete y ocho de cada diez personas no entienden que para goce y disfrute de unos pocos se destinen tantos recursos públicos, no entienden que la cultura o el arte se asocie al sufrimiento de un animal.
Ya sabemos que la sociedad siempre va un paso por delante de las leyes, en mano de nuestros políticos está el llegar a ese equilibrio necesario entre una y otras. La Juventudes Socialistas han sido muy claras en las decisiones que han adoptado. Nuestros jóvenes socialistas no quieren que la tauromaquia se perpetúe. En manos de sus mayores está entregarles el testigo con este tema resuelto, en nuestras manos está el acercar las leyes a aquello que ellos quieren para dejarles un mundo más acorde a su moral.
Podemos esperar a que ellos tomen el relevo para que acometan esos cambios, pero mientras tanto miles de toros seguirán sufriendo cada año un dolor innecesario e inmerecido, y aquellos que ya no somos jóvenes tampoco lo vamos a entender.
La pelota está en el tejado de nuestros políticos, y la sociedad permanece muy atenta a aquello que vayan a decidir. Queremos saber quienes son dignos representantes de nuestro sentir, porqué ello trazará el mapa que regirá los resultados de las próximas elecciones al Parlament de Catalunya.
Parece que ya han asumido que “la fiesta” es un acontecimiento solo para una minoría. Y como minoría exigen respeto para su minoritaria “afición”.
Pero como el argumento se les queda corto enarbolan la bandera del “respeto a la libertad”, incluso algunos entonan el tan manido tópico de “prohibido prohibir”.
Minorías hay muchas, por ejemplo, los fumadores empezamos ya a ser una minoría en vías de extinción, una minoría que ve como año tras año, ley tras ley, prohibición tras prohibición, se le va acotando y restringiendo el espacio en el que puede ejercitar su afición a fumar. Sí, ya sé, fumar perjudica la salud, y nada más lejos de mi intención que hacer apología de la afición al tabaco, sin embargo no puedo evitar pensar en 1.980 cuando a mis 20 años, la sociedad, la tradición social, me inició en esto que ahora es un terrible y execrable vicio.
Y es que si hace 29 años fumar en la oficina, en los edificios oficiales, en los aviones, incluso en el ascensor, estaba permitido y nada mal visto, ahora es una especie de lacra social, y los fumadores una especie de leprosos que hay que ir repudiando de todo espacio público.
¿Dónde está el respeto a la libertad?, ah, claro, es que el respeto a la libertad de los fumadores choca frontalmente con el respeto a la libertad de los no fumadores. Y llegados a este punto en que para que unos gocen de su libertad otros tienen que renunciar a la suya, ¿que hace el estado?, ¿que hacen los políticos?, pues lo que deben hacer, legislar.
Porqué legislar no es otra cosa que educar. Legislar es validar aquello que socialmente es aceptable, y condenar aquello que no lo es. Legislar es en muchos, muchísimos casos, prohibir. Si siguiéramos al pie de la letra aquello de “prohibido prohibir”, no existirían las leyes.
El respeto a las minorías está muy bien, pero para que tales minorías sean merecedoras de respeto es imprescindible que sus actos, sus aficiones, sus gustos, sean aceptados mayoritariamente por la sociedad, y no hablo de que sean compartidos mayoritariamente, hablo de aceptación y respeto.
Los fumadores hemos pasado de ser mayoría, a ser minoría, y hemos pasado de ser socialmente aceptados, e incluso bien vistos, a ser una especie de carcinoma andante, una versión moderna de los apestados de la edad media. Y es que las sociedades avanzan. Lo que ayer era bueno, hoy puede no serlo. Lo que fue un hecho socialmente aceptado y fomentado, es hoy motivo de múltiples prohibiciones.
Hay que aceptarlo porqué vivimos en democracia, y ello no implica precisamente que cada cual pueda hacer lo que le plazca, implica que hay normas y leyes, y hay que respetarlas.
En este punto más de un taurino debe estar pensando que no puede compararse el tema del tabaco, que afecta a derechos de personas contra otros derechos también de personas, con el tema de la tauromaquia, que en principio afecta a los derechos de unas personas contra los derechos de los animales. Incluso habrá quien tirando de manuales de filosofía plantee la conveniencia de dotar de derechos a los animales, y podríamos entrar en disquisiciones bizantinas e interminables sobre derechos y deberes. Pero la realidad se impone. Y la realidad es que desde 2003 la ley catalana ya dota de derechos a los animales.
Pero es que al margen de los derechos de los que ya gozan los demás animales, para poder establecer el límite a la libertad individual o colectiva, en el caso de la tauromaquia, también hay que tener en cuenta el grado de aceptación o rechazo del resto de la sociedad. Y en estos momentos la sociedad, de forma mayoritaria, ha evolucionado en su percepción ética respecto al trato que hay que dispensar a los animales. La sociedad exige que se les dispense un trato digno.
Es por ello que Catalunya ya aprobó su ley de protección animal, una ley pionera en todo el estado, pero como suele pasar en muchas ocasiones la ley quedó coja. Y sin duda lo hizo porqué en aquel momento, y por motivos obvios que no hace falta reproducir, los políticos no tuvieron, o no se atrevieron a tener, la percepción de que el toro era merecedor de quedar amparado por la nueva ley.
Sin embargo a día de hoy es la sociedad civil catalana la que está solicitando mayoritariamente a los políticos que eliminen dicha excepción, porqué entiende que el toro es un animal, porqué no entiende que las peleas de gallos y perros sean ilegales, pero un espectáculo en el que se tortura y da muerte a un toro sea, no solo legal, sino que además goce de las más variopintas subvenciones públicas.
También había una notable afición a las peleas de perros y gallos. Al entrar en vigor la ley también hubo personas que se quedaron sin su diversión, sin su afición y sin su negocio. ¿Habrá alguna diferencia entre un perro o un gallo, y un toro?.
Es un tremendo contrasentido intentar educar a nuestros menores y jóvenes en el respeto hacia la naturaleza y los seres vivos que en ella habitamos, y permitir que se sigan produciendo eventos públicos en los que para disfrute y enriquecimiento de una minoría, se cause sufrimiento a un ser vivo, a un mamífero. Es una tremenda perversión moral que evidentemente tiene sus consecuencias. Por un lado la cosificación del animal, por otro una peligrosa insensibilidad hacia el sufrimiento del animal que sin duda va calando en los más jóvenes
Esta es la disyuntiva a la que se enfrentan nuestros políticos; los diputados y diputadas del parlamento catalán.
En este sentido nuestros parlamentarios tienen ante sí un cambio social profundo. Un cambio que ha dejado a la tauromaquia agonizante. En una agonía largamente prolongada mediante subvenciones. Una agonía artificial que no acabará en encefalograma plano mientras se la mantenga a golpe de talonario. Los aficionados no son suficientes como para que la actividad se sostenga por sí sola, algo totalmente opuesto a lo que pasa con los clubes de fútbol, reconvertidos en sociedades anónimas.
Y como algunos no quieren aceptar el cambio ético de la sociedad, lo disfrazan de independentismo, y no quieren darse cuenta que entre siete y ocho de cada diez personas no entienden que para goce y disfrute de unos pocos se destinen tantos recursos públicos, no entienden que la cultura o el arte se asocie al sufrimiento de un animal.
Ya sabemos que la sociedad siempre va un paso por delante de las leyes, en mano de nuestros políticos está el llegar a ese equilibrio necesario entre una y otras. La Juventudes Socialistas han sido muy claras en las decisiones que han adoptado. Nuestros jóvenes socialistas no quieren que la tauromaquia se perpetúe. En manos de sus mayores está entregarles el testigo con este tema resuelto, en nuestras manos está el acercar las leyes a aquello que ellos quieren para dejarles un mundo más acorde a su moral.
Podemos esperar a que ellos tomen el relevo para que acometan esos cambios, pero mientras tanto miles de toros seguirán sufriendo cada año un dolor innecesario e inmerecido, y aquellos que ya no somos jóvenes tampoco lo vamos a entender.
La pelota está en el tejado de nuestros políticos, y la sociedad permanece muy atenta a aquello que vayan a decidir. Queremos saber quienes son dignos representantes de nuestro sentir, porqué ello trazará el mapa que regirá los resultados de las próximas elecciones al Parlament de Catalunya.
diumenge, 22 de novembre del 2009
Ya nos avisó Rosa Gil
Efectivamente en el programa radiofónico “El Albero”, la flamante presidenta de la Plataforma para la Defensa de la Fiesta, además de llamar a los políticos “chupaculos” y “políticos de mierda”, nos avisó de que aparecería un manifiesto en defensa de la continuidad de la fiesta apoyado por gente “muy importante”.
En este sentido empiezan a manifestarse en los medios algunos de esos importantes personajes. Ahora ha sido el escritor, y miembro de la Real Academia de la Lengua, Pere Gimferrer, que con la entrevista recogida en el diario pro-taurino ABC, pretende vender la posible prohibición de “la fiesta” como un atentado a la libertad http://www.abc.es/20091122/toros-toros/prohibir-toros-atenta-contra-20091122.html
Vaya por delante mi respeto por el literato y académico. Otra cosa es que esté de acuerdo con sus tesis, o que no considere que, como decimos en Catalunya, “esta pixant fora de test”, expresión que se utiliza cuando una persona está diciendo cosas que no tienen nada que ver con la realidad, y está quedando en ridículo.
Y es que parece que lo único que son capaces de esgrimir, aquellos que quieren perpetuar la tauromaquia por los siglos de siglos, es lo de españolismo versus catalanismo. Pero por favor, ya basta de querer politizar el sentimiento moral y ético de las personas. No se deshagan en explicaciones de cuan catalana es “la fiesta”, que no queremos discutirlo, nos lo creemos. Pero no por catalana es merecedora de continuidad, porqué atenta contra la ética de una inmensa parte de la población.
La ILP refleja el sentir mayoritario de la población y ninguna organización, ningún partido político, ni ningún colectivo, puede adueñarse de su espíritu. Es por ello que está iniciativa no es ni de derechas, ni de izquierdas, ni de independentistas, ni de españolistas, es una iniciativa del pueblo, por el pueblo, y para el pueblo.
El discurso sobre las libertades también es recursivo, y no por ello menos falaz. Se acepta la prohibición de circular sin cinturón de seguridad o casco, la prohibición de fumar en determinados espacios, e incluso la prohibición de las peleas de perros y gallos, y nadie se rasga las vestiduras. Sin embargo hace algunas décadas todo ello no estaba prohibido, había quien incluso fumaba en el ascensor.
Pero es que las leyes tienen la facultad de legitimar o deslegitimar aquellas conductas, aquellas costumbres, que han de ser socialmente aceptadas o condenadas. La ley sirve de referencia de aquello que la ética y la moral social mayoritaria está en disposición de aceptar o rechazar. Hoy nadie se cuestiona ya que fumar un puro dentro de un ascensor es una falta de respeto. No basta con decir, si no te gusta el humo del tabaco, no fumes.
A mí tampoco me gusta el fútbol, y evidentemente ello no es motivo suficiente para querer que sea prohibido. Existe una diferencia abismal entre el fútbol y una corrida de toros, Sr. Gimferrer, y estoy seguro que a Vd. como persona inteligente no se le escapa, ¿verdad?. En el campo de fútbol se maltrata a un balón, a un objeto, en la plaza de toros se maltrata y da muerte a un ser vivo, a un mamífero. Y no podemos equiparar a un objeto con un animal, no en Catalunya, porque la ley catalana dota a todos los animales, a todos, de una naturaleza mixta que, sin equipararla a la de las personas, la diferencia de las cosas.
Sr. Gimferrer, no voy a entrar a valorar ahora y aquí lo que muchos pensamos acerca de la ganadería intensiva, acerca del maltrato animal que supone mantener un animal en pésimas condiciones de vida para posteriormente matarlo y comerlo. Baste con ver el exponencial avance de las opciones personales hacia el vegetarianismo o el veganismo. No nos gustan las corridas de toros, pero tampoco nos gusta comer rabo de toro, y muchos de nosotros no comemos ni solomillo de ternera, ni embutidos.
La ILP solo pretende equiparar el toro al resto de animales, porqué nadie duda que se trata de un animal, sin embargo, en pro del mantenimiento de la fiesta se está permitiendo un tremendo agravio comparativo con respecto a este animal. Ni siquiera se puede matar públicamente a un conejo porqué la ley catalana prohíbe la ejecución de cualquier animal en un espectáculo público.
Sr. Gimferrer si se hizo en su día una excepción con el toro, fue a causa de los intereses económicos que se esconden tras la fiesta, a causa del poder de aquellos a quienes interesa su existencia. Pero la sociedad no quiere ya convivir con esta excepción. Hay una parte muy importante de ciudadanos que ya no queremos ser cómplices del sufrimiento “público” del toro.
No busque más allá, no hay nada. No hay intereses ni políticos, ni independentistas. Solo un interés por la coherencia, por la ética. Y por favor, intente huir de los discursos demagógicos, creo que usted tiene mayor capacidad intelectual. No se puede reducir la discusión taurina a un mero problema de independentismo, porqué le recuerdo que en Canarias, que no es Catalunya, hace ya años que se abolió la tauromaquia.
Si todos los ilustres personajes, que Rosa Gil aseguró se iban a pronunciar en un impresionante manifiesto, no son capaces de aportar algo de mayor peso en defensa de la fiesta, es porqué realmente la fiesta ya está agonizante, y solo se mantiene porqué está conectada al suero de las subvenciones millonarias.
La tauromaquia se mantiene a golpe de talonario para disfrute y enriquecimiento de una minoría, mientras mayoritariamente la sociedad exige su fin. Ahora veremos cuales son los políticos y los grupos que escuchan el clamor social, y cuales escuchan solo el tintineo de las monedas.
Los políticos decidirán, pues en ellos se ha depositado ahora esa responsabilidad, pero la sociedad sabrá juzgarlos, y emitirá su veredicto en las próximas elecciones al Parlament. Que no lo dude nadie.
En este sentido empiezan a manifestarse en los medios algunos de esos importantes personajes. Ahora ha sido el escritor, y miembro de la Real Academia de la Lengua, Pere Gimferrer, que con la entrevista recogida en el diario pro-taurino ABC, pretende vender la posible prohibición de “la fiesta” como un atentado a la libertad http://www.abc.es/20091122/toros-toros/prohibir-toros-atenta-contra-20091122.html
Vaya por delante mi respeto por el literato y académico. Otra cosa es que esté de acuerdo con sus tesis, o que no considere que, como decimos en Catalunya, “esta pixant fora de test”, expresión que se utiliza cuando una persona está diciendo cosas que no tienen nada que ver con la realidad, y está quedando en ridículo.
Y es que parece que lo único que son capaces de esgrimir, aquellos que quieren perpetuar la tauromaquia por los siglos de siglos, es lo de españolismo versus catalanismo. Pero por favor, ya basta de querer politizar el sentimiento moral y ético de las personas. No se deshagan en explicaciones de cuan catalana es “la fiesta”, que no queremos discutirlo, nos lo creemos. Pero no por catalana es merecedora de continuidad, porqué atenta contra la ética de una inmensa parte de la población.
La ILP refleja el sentir mayoritario de la población y ninguna organización, ningún partido político, ni ningún colectivo, puede adueñarse de su espíritu. Es por ello que está iniciativa no es ni de derechas, ni de izquierdas, ni de independentistas, ni de españolistas, es una iniciativa del pueblo, por el pueblo, y para el pueblo.
El discurso sobre las libertades también es recursivo, y no por ello menos falaz. Se acepta la prohibición de circular sin cinturón de seguridad o casco, la prohibición de fumar en determinados espacios, e incluso la prohibición de las peleas de perros y gallos, y nadie se rasga las vestiduras. Sin embargo hace algunas décadas todo ello no estaba prohibido, había quien incluso fumaba en el ascensor.
Pero es que las leyes tienen la facultad de legitimar o deslegitimar aquellas conductas, aquellas costumbres, que han de ser socialmente aceptadas o condenadas. La ley sirve de referencia de aquello que la ética y la moral social mayoritaria está en disposición de aceptar o rechazar. Hoy nadie se cuestiona ya que fumar un puro dentro de un ascensor es una falta de respeto. No basta con decir, si no te gusta el humo del tabaco, no fumes.
A mí tampoco me gusta el fútbol, y evidentemente ello no es motivo suficiente para querer que sea prohibido. Existe una diferencia abismal entre el fútbol y una corrida de toros, Sr. Gimferrer, y estoy seguro que a Vd. como persona inteligente no se le escapa, ¿verdad?. En el campo de fútbol se maltrata a un balón, a un objeto, en la plaza de toros se maltrata y da muerte a un ser vivo, a un mamífero. Y no podemos equiparar a un objeto con un animal, no en Catalunya, porque la ley catalana dota a todos los animales, a todos, de una naturaleza mixta que, sin equipararla a la de las personas, la diferencia de las cosas.
Sr. Gimferrer, no voy a entrar a valorar ahora y aquí lo que muchos pensamos acerca de la ganadería intensiva, acerca del maltrato animal que supone mantener un animal en pésimas condiciones de vida para posteriormente matarlo y comerlo. Baste con ver el exponencial avance de las opciones personales hacia el vegetarianismo o el veganismo. No nos gustan las corridas de toros, pero tampoco nos gusta comer rabo de toro, y muchos de nosotros no comemos ni solomillo de ternera, ni embutidos.
La ILP solo pretende equiparar el toro al resto de animales, porqué nadie duda que se trata de un animal, sin embargo, en pro del mantenimiento de la fiesta se está permitiendo un tremendo agravio comparativo con respecto a este animal. Ni siquiera se puede matar públicamente a un conejo porqué la ley catalana prohíbe la ejecución de cualquier animal en un espectáculo público.
Sr. Gimferrer si se hizo en su día una excepción con el toro, fue a causa de los intereses económicos que se esconden tras la fiesta, a causa del poder de aquellos a quienes interesa su existencia. Pero la sociedad no quiere ya convivir con esta excepción. Hay una parte muy importante de ciudadanos que ya no queremos ser cómplices del sufrimiento “público” del toro.
No busque más allá, no hay nada. No hay intereses ni políticos, ni independentistas. Solo un interés por la coherencia, por la ética. Y por favor, intente huir de los discursos demagógicos, creo que usted tiene mayor capacidad intelectual. No se puede reducir la discusión taurina a un mero problema de independentismo, porqué le recuerdo que en Canarias, que no es Catalunya, hace ya años que se abolió la tauromaquia.
Si todos los ilustres personajes, que Rosa Gil aseguró se iban a pronunciar en un impresionante manifiesto, no son capaces de aportar algo de mayor peso en defensa de la fiesta, es porqué realmente la fiesta ya está agonizante, y solo se mantiene porqué está conectada al suero de las subvenciones millonarias.
La tauromaquia se mantiene a golpe de talonario para disfrute y enriquecimiento de una minoría, mientras mayoritariamente la sociedad exige su fin. Ahora veremos cuales son los políticos y los grupos que escuchan el clamor social, y cuales escuchan solo el tintineo de las monedas.
Los políticos decidirán, pues en ellos se ha depositado ahora esa responsabilidad, pero la sociedad sabrá juzgarlos, y emitirá su veredicto en las próximas elecciones al Parlament. Que no lo dude nadie.
dimarts, 10 de novembre del 2009
Carta als Parlamentaris Catalans en relació a la ILP PROU
Em permeto adreçar-me a vosaltres davant la proximitat de la votació de la ILP que pretén abolir les curses de braus a Catalunya. Qui us escriu és un militant del PSC alhora que regidor d’un poblet del Maresme. No pertanyo a cap executiva, ni tinc cap càrrec dintre del partit. Soc simplement un militant.
Però tot i així us escric amb la plena convicció que parlo en nom de molts militants i simpatitzants dels diferents partits que integren el Parlament de Catalunya. Només cal donar un cop d’ull a qualsevol de les moltes enquestes fetes a Catalunya per adonar-se’n que entre el 70 i el 80% dels Catalans, depenent de les fonts, son contraris a la mal anomenada “festa nacional”. Evidentment els partits, com a reflex de la nostra societat, tenen a les seves files un nombre molt important de persones contraries al patiment del brau.
De ben segur algun de vosaltres sou afeccionats a aquest espectacle, d’altres potser sereu crítics amb el patiment que sofreix el brau durant l’espectacle, i també n’hi haurà que ni tan sols us heu plantejat el que és una “corrida”, simplement perquè mai us ha interessat aquest espectacle.
Abans d’entrar en matèria, però, m’agradaria fer una reflexió en veu alta.
Cada cop, a la nostra societat, hi ha més preocupació pel benestar animal. Els animalistes ja fa anys que han deixat de ser quatre penjats anti-sistema, i han passat a ser una xarxa important de persones de tots els nivells culturals, professions, i estatus socials, entre els que m’incloc, que entenen que els animals mereixen un tracte digne per part de l’esser humà.
Als que us agradi la tauromàquia no tinc res a dir-vos perquè segurament entraríem en un discurs estèril. Sembla ser que això dels braus es porta a la sang, és un tema visceral. Darrerament aquells que volem un tracte digne pels animals, aquells que rebutgem el patiment gratuït d’un mamífer, estem acostumats a sentir-nos de tot, inclús en boca de càrrecs polítics i institucionals de rellevància, però no és la meva intenció assumir cap paper de víctima, perquè en tot aquest afer de la tauromàquia de víctima nomes n’hi ha una, els animals. El brau per motius obvis, i també, tot i que sovint s’oblida, el propi cavall del picador.
Per suposat tots esteu assabentats de la llei 22/2003 de protecció animal de Catalunya. Llei aprovada el seu dia al Parlament del qual en sou membres. Llei que la ILP pretén modificar per tal de no excloure el brau de la seva protecció.
Només llegint el tercer punt de l’article 2 (Finalitat i principis) ja queda ben palès el que aquesta llei persegueix : “Ningú no ha de provocar sofriments o maltractaments als animals o causar-los estats d’ansietat o por”.
Llavors, perquè fem una única i exclusiva excepció amb el brau?.
Hi ha hagut un intent d’un veterinari tauri, el professor Illera, d’intentar demostrar que el brau no pateix dolor. Intent que ha estat rebatut de forma solvent per altres professionals. Però fixeu-vos-hi que l’argument del veterinari per assegurar que el brau no sent dolor es basa en la brutal alliberació de betaendorfines que es produeix en el brau durant la lidia. Segons ell aquesta substancia impedeix que senti el dolor (cosa que s’ha demostrat no ser certa).
Casualment aquestes hormones son secretades en tasses altíssimes quan es donen estats aguts d’ansietat, por i/o dolor. Només us transcric, per no avorrir-vos, el darrer paràgraf d’una conferencia, en resposta a aquest controvertit estudi, del veterinari José Enrique Zaldivar :
“En cuanto al dolor que se infringe al toro, las altas tasas de betaendorfinas que se han detectado en sus cadáveres dejan claro que ha sido enorme, considerando a estas hormonas como lo que son, es decir, mediadoras y medidoras del dolor y del estrés, y de ninguna manera neutralizadoras de los mismos.”
(si voleu llegir la conferencia sencera a on es rebat punt per punt l’estudi d’Illera la trobareu a http://www.avatau.com/elsufrimientodeltoroenlalidia)
És a dir, que creieu a qui us creieu no queda més remei que admetre que el brau, o pateix dolor, o pateix ansietat, o totes dues coses.
Llavors sembla ser que l’única resposta, a la pregunta de perquè fem una excepció amb el brau, és perquè es tracta d’una tradició, no pas perquè l’animal no pateixi d’una o altre forma, i en conseqüència no sigui mereixedor de la protecció de la llei.
En aquest escenari ens trobem que tots aquells que no sentiu aquest visceral plaer contemplant la lidia i mort d’un brau, podeu tenir els següents arguments per votar en contra de l’abolició de la tauromàquia a Catalunya :
A.- És una tradició centenària que ens identifica com a poble
Evidentment de tradicions hi ha moltes. Els Nadals, l’ou com balla, les sardanes, els castellers. S’ha de mantenir la tauromàquia pel simple fet que fa anys i anys que es duu a terme, independentment del patiment provocat a l’animal ?
Les baralles de gossos i galls també eren tradicions centenàries, tot i així la llei Catalana de protecció animal les va prohibir. És perquè aquests animals patien dolor i/o ansietat, i el brau no?, com ja he explicat no és així, el brau també pateix.
Ens identifica com a poble la tauromàquia ?, dit d’una altre manera, volem ser reconeguts a la resta del món per aquest costum, ple de sang i patiment, que escandalitza i horroritza, no tan sols a un gran nombre de Catalans, sinó també a la immensa majoria d’Europeus ?
Penso que ni els Catalans majoritàriament ens identifiquem com a tals a ran dels costums taurins, ni tampoc volem ser coneguts i reconeguts per la pràctica d’aquesta “festa”.
B.- Hi ha tota una economia que gira al voltant de la festa
És cert. Però concretament a Catalunya això es circumscriu a la Monumental de Barcelona, que ha arribat a ser tant deficitària que els propietaris la van vendre. Només es veuen plens en comptades ocasions, com quan ve en José Tomás i afeccionats de tot l’estat venen a Barcelona a veure’l.
D’altre banda, i si parlem a nivell de tot l’estat, no és menys cert que és una activitat que per la seva subsistència requereix ser fortament subvencionada per les administracions.
M’estalviaré entrar en un ball de números perquè és un tema tant àmpliament debatut, que inclús hi ha molta gent que sol•licita una casella especifica a la declaració de la renda per tal de poder decidir si amb els seus impostos s’ha de sufragar o no aquesta activitat.
Es mouen xifres molt altes que, com en el cas del futbol, per posar un exemple, acaben en mans d’uns pocs. La diferencia és que els clubs de futbol son societats anònimes que es sostenen per si soles, i la tauromàquia requereix de subvencions i ajuts públics que paguem entre tots.
C.- Encara que a mi no m’agradi, no tinc perquè prohibir quelcom que agrada a determinades persones.
Aquest és un argument que he escoltat en alguna ocasió.
A mi personalment el futbol no m’agrada, però no se m’acudiria mai prohibir-lo, entre d’altres coses perquè aquestes 22 persones que estan sobre la gespa maltracten i donen cops de peu i cap a un objecte, però no ho fan amb un esser viu. La pilota no pateix, el brau si.
És per aquest mateix motiu que no em val allò que diuen els taurins, a qui no li agradi que no hi vagi, però que ens deixin a nosaltres gaudir de l’espectacle. Si no vaig al futbol ningú pateix, però encara que no hi vagi a la plaça de toros, el brau seguirà patint.
D’altre banda torno a recordar que les baralles de gossos i galls van ser prohibides i en aquest cas també hi havia persones a les que l’espectacle els hi agradava. Tornem a lo de sempre, és diferent el brau ?.
La tauromàquia com a art
Podríem acabar parlant de si la tauromàquia s’ha de mantenir per sempre donat que se li atribueix la categoria d’art, però potser cauríem en unes disquisicions tant increïbles com el que reflecteixen aquestes paraules de Fernando Sanchez Dragó, qui en un intent de justificar la grandesa del moment de la mort del brau escriu el següent :
“El torero, tras consumar así el matrimonio, se yergue, jaquetón, y el toro, convertido en esposa desflorada, se derrumba con las patas por alto mientras los ojos se le vidrian al sentir que lo inunda el orgasmo de la muerte. De la herida, por cierto, brota sangre: la del himen”
De ben segur que es tracta d’una gran construcció literària que conté unes metàfores precioses, però a mi personalment em fa molta pena que una persona culta i intel•ligent acabi escrivint coses així per intentar justificar el patiment d’un esser viu com si fos una obra d’art o una experiència mística.
La tauromàquia com a educació i els valors que transmet
Afortunadament a Catalunya ja es va prohibir l’entrada a les places de toros als menors de 14 anys. És sens dubte una mostra del seny Català que tant ens apreciem. Però els nens de 14 i 15 anys, adolescents, i els joves, hi poden accedir.
Potser ens hauríem de preguntar quins valors pot transmetre la “fiesta” als més joves. Potser ens hauríem de preguntar si veure a un mamífer sagnant i vomitant sang fins a morir, és un espectacle edificant. Potser hauríem de començar a pensar que no podem intentar educar als nens i joves en el respecte per la natura i els essers vius, si per altre banda mantenim un costum, que per molt ancestral que pugui ser, no deixa de ser el que és, una carnisseria amb espectacle i musica inclosos.
El progrés de vegades pot suposar, i així ha estat històricament, trencar amb determinats costums i tradicions ancestrals, que esdevenen incompatibles amb l’evolució de la consciencia de la ciutadania. És veritablement incomprensible i totalment anacrònic mantenir en ple segle XXI aquesta tradició.
Si heu arribat fins aquí, en primer lloc us dono les gràcies per la vostra atenció, i en segon lloc, a no ser que sigueu taurins fins a la medul•la, us prego com a persona que vol el progrés de la nostra societat, que voteu a favor de la ILP per tal d’abolir definitivament, de la nostra terra, aquesta tradició que a una immensa majoria de Catalans ens avergonyeix.
Moltes gràcies.
Carles Marco Morellón
Regidor PSC | Ajuntament de Sant Cebrià de Vallalta
Però tot i així us escric amb la plena convicció que parlo en nom de molts militants i simpatitzants dels diferents partits que integren el Parlament de Catalunya. Només cal donar un cop d’ull a qualsevol de les moltes enquestes fetes a Catalunya per adonar-se’n que entre el 70 i el 80% dels Catalans, depenent de les fonts, son contraris a la mal anomenada “festa nacional”. Evidentment els partits, com a reflex de la nostra societat, tenen a les seves files un nombre molt important de persones contraries al patiment del brau.
De ben segur algun de vosaltres sou afeccionats a aquest espectacle, d’altres potser sereu crítics amb el patiment que sofreix el brau durant l’espectacle, i també n’hi haurà que ni tan sols us heu plantejat el que és una “corrida”, simplement perquè mai us ha interessat aquest espectacle.
Abans d’entrar en matèria, però, m’agradaria fer una reflexió en veu alta.
Cada cop, a la nostra societat, hi ha més preocupació pel benestar animal. Els animalistes ja fa anys que han deixat de ser quatre penjats anti-sistema, i han passat a ser una xarxa important de persones de tots els nivells culturals, professions, i estatus socials, entre els que m’incloc, que entenen que els animals mereixen un tracte digne per part de l’esser humà.
Als que us agradi la tauromàquia no tinc res a dir-vos perquè segurament entraríem en un discurs estèril. Sembla ser que això dels braus es porta a la sang, és un tema visceral. Darrerament aquells que volem un tracte digne pels animals, aquells que rebutgem el patiment gratuït d’un mamífer, estem acostumats a sentir-nos de tot, inclús en boca de càrrecs polítics i institucionals de rellevància, però no és la meva intenció assumir cap paper de víctima, perquè en tot aquest afer de la tauromàquia de víctima nomes n’hi ha una, els animals. El brau per motius obvis, i també, tot i que sovint s’oblida, el propi cavall del picador.
Per suposat tots esteu assabentats de la llei 22/2003 de protecció animal de Catalunya. Llei aprovada el seu dia al Parlament del qual en sou membres. Llei que la ILP pretén modificar per tal de no excloure el brau de la seva protecció.
Només llegint el tercer punt de l’article 2 (Finalitat i principis) ja queda ben palès el que aquesta llei persegueix : “Ningú no ha de provocar sofriments o maltractaments als animals o causar-los estats d’ansietat o por”.
Llavors, perquè fem una única i exclusiva excepció amb el brau?.
Hi ha hagut un intent d’un veterinari tauri, el professor Illera, d’intentar demostrar que el brau no pateix dolor. Intent que ha estat rebatut de forma solvent per altres professionals. Però fixeu-vos-hi que l’argument del veterinari per assegurar que el brau no sent dolor es basa en la brutal alliberació de betaendorfines que es produeix en el brau durant la lidia. Segons ell aquesta substancia impedeix que senti el dolor (cosa que s’ha demostrat no ser certa).
Casualment aquestes hormones son secretades en tasses altíssimes quan es donen estats aguts d’ansietat, por i/o dolor. Només us transcric, per no avorrir-vos, el darrer paràgraf d’una conferencia, en resposta a aquest controvertit estudi, del veterinari José Enrique Zaldivar :
“En cuanto al dolor que se infringe al toro, las altas tasas de betaendorfinas que se han detectado en sus cadáveres dejan claro que ha sido enorme, considerando a estas hormonas como lo que son, es decir, mediadoras y medidoras del dolor y del estrés, y de ninguna manera neutralizadoras de los mismos.”
(si voleu llegir la conferencia sencera a on es rebat punt per punt l’estudi d’Illera la trobareu a http://www.avatau.com/elsufrimientodeltoroenlalidia)
És a dir, que creieu a qui us creieu no queda més remei que admetre que el brau, o pateix dolor, o pateix ansietat, o totes dues coses.
Llavors sembla ser que l’única resposta, a la pregunta de perquè fem una excepció amb el brau, és perquè es tracta d’una tradició, no pas perquè l’animal no pateixi d’una o altre forma, i en conseqüència no sigui mereixedor de la protecció de la llei.
En aquest escenari ens trobem que tots aquells que no sentiu aquest visceral plaer contemplant la lidia i mort d’un brau, podeu tenir els següents arguments per votar en contra de l’abolició de la tauromàquia a Catalunya :
A.- És una tradició centenària que ens identifica com a poble
Evidentment de tradicions hi ha moltes. Els Nadals, l’ou com balla, les sardanes, els castellers. S’ha de mantenir la tauromàquia pel simple fet que fa anys i anys que es duu a terme, independentment del patiment provocat a l’animal ?
Les baralles de gossos i galls també eren tradicions centenàries, tot i així la llei Catalana de protecció animal les va prohibir. És perquè aquests animals patien dolor i/o ansietat, i el brau no?, com ja he explicat no és així, el brau també pateix.
Ens identifica com a poble la tauromàquia ?, dit d’una altre manera, volem ser reconeguts a la resta del món per aquest costum, ple de sang i patiment, que escandalitza i horroritza, no tan sols a un gran nombre de Catalans, sinó també a la immensa majoria d’Europeus ?
Penso que ni els Catalans majoritàriament ens identifiquem com a tals a ran dels costums taurins, ni tampoc volem ser coneguts i reconeguts per la pràctica d’aquesta “festa”.
B.- Hi ha tota una economia que gira al voltant de la festa
És cert. Però concretament a Catalunya això es circumscriu a la Monumental de Barcelona, que ha arribat a ser tant deficitària que els propietaris la van vendre. Només es veuen plens en comptades ocasions, com quan ve en José Tomás i afeccionats de tot l’estat venen a Barcelona a veure’l.
D’altre banda, i si parlem a nivell de tot l’estat, no és menys cert que és una activitat que per la seva subsistència requereix ser fortament subvencionada per les administracions.
M’estalviaré entrar en un ball de números perquè és un tema tant àmpliament debatut, que inclús hi ha molta gent que sol•licita una casella especifica a la declaració de la renda per tal de poder decidir si amb els seus impostos s’ha de sufragar o no aquesta activitat.
Es mouen xifres molt altes que, com en el cas del futbol, per posar un exemple, acaben en mans d’uns pocs. La diferencia és que els clubs de futbol son societats anònimes que es sostenen per si soles, i la tauromàquia requereix de subvencions i ajuts públics que paguem entre tots.
C.- Encara que a mi no m’agradi, no tinc perquè prohibir quelcom que agrada a determinades persones.
Aquest és un argument que he escoltat en alguna ocasió.
A mi personalment el futbol no m’agrada, però no se m’acudiria mai prohibir-lo, entre d’altres coses perquè aquestes 22 persones que estan sobre la gespa maltracten i donen cops de peu i cap a un objecte, però no ho fan amb un esser viu. La pilota no pateix, el brau si.
És per aquest mateix motiu que no em val allò que diuen els taurins, a qui no li agradi que no hi vagi, però que ens deixin a nosaltres gaudir de l’espectacle. Si no vaig al futbol ningú pateix, però encara que no hi vagi a la plaça de toros, el brau seguirà patint.
D’altre banda torno a recordar que les baralles de gossos i galls van ser prohibides i en aquest cas també hi havia persones a les que l’espectacle els hi agradava. Tornem a lo de sempre, és diferent el brau ?.
La tauromàquia com a art
Podríem acabar parlant de si la tauromàquia s’ha de mantenir per sempre donat que se li atribueix la categoria d’art, però potser cauríem en unes disquisicions tant increïbles com el que reflecteixen aquestes paraules de Fernando Sanchez Dragó, qui en un intent de justificar la grandesa del moment de la mort del brau escriu el següent :
“El torero, tras consumar así el matrimonio, se yergue, jaquetón, y el toro, convertido en esposa desflorada, se derrumba con las patas por alto mientras los ojos se le vidrian al sentir que lo inunda el orgasmo de la muerte. De la herida, por cierto, brota sangre: la del himen”
De ben segur que es tracta d’una gran construcció literària que conté unes metàfores precioses, però a mi personalment em fa molta pena que una persona culta i intel•ligent acabi escrivint coses així per intentar justificar el patiment d’un esser viu com si fos una obra d’art o una experiència mística.
La tauromàquia com a educació i els valors que transmet
Afortunadament a Catalunya ja es va prohibir l’entrada a les places de toros als menors de 14 anys. És sens dubte una mostra del seny Català que tant ens apreciem. Però els nens de 14 i 15 anys, adolescents, i els joves, hi poden accedir.
Potser ens hauríem de preguntar quins valors pot transmetre la “fiesta” als més joves. Potser ens hauríem de preguntar si veure a un mamífer sagnant i vomitant sang fins a morir, és un espectacle edificant. Potser hauríem de començar a pensar que no podem intentar educar als nens i joves en el respecte per la natura i els essers vius, si per altre banda mantenim un costum, que per molt ancestral que pugui ser, no deixa de ser el que és, una carnisseria amb espectacle i musica inclosos.
El progrés de vegades pot suposar, i així ha estat històricament, trencar amb determinats costums i tradicions ancestrals, que esdevenen incompatibles amb l’evolució de la consciencia de la ciutadania. És veritablement incomprensible i totalment anacrònic mantenir en ple segle XXI aquesta tradició.
Si heu arribat fins aquí, en primer lloc us dono les gràcies per la vostra atenció, i en segon lloc, a no ser que sigueu taurins fins a la medul•la, us prego com a persona que vol el progrés de la nostra societat, que voteu a favor de la ILP per tal d’abolir definitivament, de la nostra terra, aquesta tradició que a una immensa majoria de Catalans ens avergonyeix.
Moltes gràcies.
Carles Marco Morellón
Regidor PSC | Ajuntament de Sant Cebrià de Vallalta
dimarts, 3 de novembre del 2009
Torreorgaz. Unas reflexiones en voz alta
Una docena de jóvenes de 17 años de Torreorgaz mataron a una burra a puñetazos, patadas e insertándole un palo en el recto hasta dejarla reventada por dentro. Ocurrió de madrugada, tras celebrar una noche de juerga, la noche de los quintos.
Según una nota leída por la alcaldesa de Torreorgaz, que condena enérgicamente los hechos, los padres de los autores de tal proeza piden disculpas y asumen la responsabilidad que les pueda corresponder.
El presidente Extremeño, Guillermo Fernandez Vara, se suma a la repulsa pero pide indulgencia para los quintos, aduciendo que la culpa es más profunda.
Y de momento a los menores se les acusa de un delito de daños, ya que según los veterinarios de la Junta de Extremadura, la burra, la pobre burra, murió de un infarto. Lo que no explican, de momento, es si el infarto le sobrevino al pobre animal a causa del inmenso sufrimiento que le estaban causando los jóvenes.
El Sr.Vara tiene toda la razón en una cosa, la culpa es profunda, tan profunda como una parte de nuestra España, que no ceja en su empeño de maltratar animales, de verlos como meros objetos a su servicio, para disfrute y diversión de unos cuantos cafres que han perdido la noción de lo que verdaderamente puede entenderse por diversión.
Una sociedad que permite que niños pequeños asistan y convivan con las becerradas y novilladas donde se da muerte pública, por aprendices de matador, a un novillo que apenas ha desarrollado mínimamente la cornamenta, donde se clava la espada una y otra vez al pobre animal, donde el menor aprende a ser insensible al tremendo sufrimiento de un mamífero, donde el pequeño, aún sin un carácter formado, aprende que los animales pueden ser utilizados y masacrados públicamente para el disfrute y diversión del ser humano, una sociedad así tiene lo que cosecha, menores y jóvenes insensibles al sufrimiento de todo animal, que disfrutan viendo el dolor ajeno, que crecen con una distorsión cognitiva que, en función de su evolución, puede llegar a generar deseos de violencia y sufrimiento también a sus congéneres.
Numerosos estudios en psicología, sociología y criminología relacionan el maltrato hacia los animales con comportamientos violentos entre personas. Luego, ¿nos extrañamos de que vivamos en una sociedad con un incremento alarmante de casos de violencia de todo tipo?
Es necesario erradicar todas las fiestas crueles con animales, no hay cosa peor que presentar ante un menor un maltrato animal permitido por la ley, institucionalizado y vestido de fiesta y divertimento para los adultos, es una grave perversión ética que puede marcarlo para el resto de su vida.
Debemos educar en el respeto a la naturaleza y a los seres vivos que la comparten con nosotros, y no nos podemos permitir el lujo de enviar mensajes contradictorios a nuestros niños y jóvenes.
Pero también debemos ser inflexibles con los casos de maltrato, y debemos serlo porqué existe una ley que los prohíbe, porque casos como este crean alarma social, porque todo caso de maltrato impune es una invitación a perseverar en la brutalidad, y concretamente en este caso en el que los imputados son menores, hay que actuar todavía con más firmeza, puesto que de no hacerlo podemos estar dando alas a un futuro asesino en serie, a un maltratador patológico, o a un violador en serie.
La sociedad, y todos los estamentos implicados, no pueden menospreciar las claras advertencias que un caso como este u otros nos están dando. Hay un problema y hay que poner los medios para atajarlo. Medios educativos y de asistencia psicológica a los maltratadores, pero también punitivos.
No caigamos repetidamente en los mismos errores, no justifiquemos la barbarie como si de una chiquillada se tratase, no seamos indulgentes con los menores pensando que la culpa no es enteramente suya, porqué aunque así fuere, los menores ya han iniciado un peligroso camino, el de la insensibilidad hacia el sufrimiento ajeno, el de la diversión mediante la tortura de un ser indefenso. Y les debe quedar meridianamente claro que es un camino equivocado, al igual que lo es una violación, un atraco a mano armada o el asesinato de un congénere.
Espero y deseo que las autoridades y el poder judicial estén a la altura de los retos que a esta sociedad se le están planteando con este triste caso. Espero y deseo que por fin hayamos aprendido que la indulgencia, en este tipo de hechos, genera mayor violencia.
Según una nota leída por la alcaldesa de Torreorgaz, que condena enérgicamente los hechos, los padres de los autores de tal proeza piden disculpas y asumen la responsabilidad que les pueda corresponder.
El presidente Extremeño, Guillermo Fernandez Vara, se suma a la repulsa pero pide indulgencia para los quintos, aduciendo que la culpa es más profunda.
Y de momento a los menores se les acusa de un delito de daños, ya que según los veterinarios de la Junta de Extremadura, la burra, la pobre burra, murió de un infarto. Lo que no explican, de momento, es si el infarto le sobrevino al pobre animal a causa del inmenso sufrimiento que le estaban causando los jóvenes.
El Sr.Vara tiene toda la razón en una cosa, la culpa es profunda, tan profunda como una parte de nuestra España, que no ceja en su empeño de maltratar animales, de verlos como meros objetos a su servicio, para disfrute y diversión de unos cuantos cafres que han perdido la noción de lo que verdaderamente puede entenderse por diversión.
Una sociedad que permite que niños pequeños asistan y convivan con las becerradas y novilladas donde se da muerte pública, por aprendices de matador, a un novillo que apenas ha desarrollado mínimamente la cornamenta, donde se clava la espada una y otra vez al pobre animal, donde el menor aprende a ser insensible al tremendo sufrimiento de un mamífero, donde el pequeño, aún sin un carácter formado, aprende que los animales pueden ser utilizados y masacrados públicamente para el disfrute y diversión del ser humano, una sociedad así tiene lo que cosecha, menores y jóvenes insensibles al sufrimiento de todo animal, que disfrutan viendo el dolor ajeno, que crecen con una distorsión cognitiva que, en función de su evolución, puede llegar a generar deseos de violencia y sufrimiento también a sus congéneres.
Numerosos estudios en psicología, sociología y criminología relacionan el maltrato hacia los animales con comportamientos violentos entre personas. Luego, ¿nos extrañamos de que vivamos en una sociedad con un incremento alarmante de casos de violencia de todo tipo?
Es necesario erradicar todas las fiestas crueles con animales, no hay cosa peor que presentar ante un menor un maltrato animal permitido por la ley, institucionalizado y vestido de fiesta y divertimento para los adultos, es una grave perversión ética que puede marcarlo para el resto de su vida.
Debemos educar en el respeto a la naturaleza y a los seres vivos que la comparten con nosotros, y no nos podemos permitir el lujo de enviar mensajes contradictorios a nuestros niños y jóvenes.
Pero también debemos ser inflexibles con los casos de maltrato, y debemos serlo porqué existe una ley que los prohíbe, porque casos como este crean alarma social, porque todo caso de maltrato impune es una invitación a perseverar en la brutalidad, y concretamente en este caso en el que los imputados son menores, hay que actuar todavía con más firmeza, puesto que de no hacerlo podemos estar dando alas a un futuro asesino en serie, a un maltratador patológico, o a un violador en serie.
La sociedad, y todos los estamentos implicados, no pueden menospreciar las claras advertencias que un caso como este u otros nos están dando. Hay un problema y hay que poner los medios para atajarlo. Medios educativos y de asistencia psicológica a los maltratadores, pero también punitivos.
No caigamos repetidamente en los mismos errores, no justifiquemos la barbarie como si de una chiquillada se tratase, no seamos indulgentes con los menores pensando que la culpa no es enteramente suya, porqué aunque así fuere, los menores ya han iniciado un peligroso camino, el de la insensibilidad hacia el sufrimiento ajeno, el de la diversión mediante la tortura de un ser indefenso. Y les debe quedar meridianamente claro que es un camino equivocado, al igual que lo es una violación, un atraco a mano armada o el asesinato de un congénere.
Espero y deseo que las autoridades y el poder judicial estén a la altura de los retos que a esta sociedad se le están planteando con este triste caso. Espero y deseo que por fin hayamos aprendido que la indulgencia, en este tipo de hechos, genera mayor violencia.
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