dilluns, 30 de novembre del 2009

¿Quién analiza al psiquiatra?

El “prestigioso” psiquiatra Leopoldo Ortega Monasterio participó en una Mesa Redonda acerca del futuro de la Fiesta en Catalunya organizada por la Casa de Madrid en Barcelona.

Ortega Monasterio 'tiró' el argumento de quienes relacionan la fiesta de los toros con la tortura: "En el toreo no hay tortura ya que para ello sería requisito una inmovilización". En su opinión durante la lidia el toro sufre un estrés y una fatiga similar a la que sufre un jugador de rugby en un partido.

Esta noticia completa puede leerse en el siguiente enlace: http://www.burladero.com/noticias/008727/leopoldo/ortega/el/toreo/nunca/tortura/inmovilizacion

Y un servidor, que por fortuna no se dedica a la difícil tarea de investigar en los recovecos de la mente humana, no puede por menos que preguntarse, ¿y quién analiza al psiquiatra?, porqué me da la sensación que al prestigioso psiquiatra se le ha ido un poco la cabeza, cosa a la que últimamente uno empieza a acostumbrarse a fuerza de leer las más estrambóticas y esperpénticas justificaciones que intentan dotar a “la fiesta” de algún sentido, de alguna justificación éticamente válida.

José Enrique Zaldívar Laguía, veterinario y vicepresidente de AVAT, que sin duda ha quedado tan perplejo como yo ante esta afirmación, expone en su blog http://www.blogveterinario.com/ :

Digamos entonces que cuando un maltratador le pega una paliza a su mujer, o que cuando se maltrata a un perro, si no están inmovilizados, no se puede llamar tortura.

Me temo que el "intelectual" de turno no sabe lo que significa la palabra:

tortura.

(Del lat. tortūra).

1. f. Grave dolor físico o psicológico infligido a alguien, con métodos y utensilios diversos, con el fin de obtener de él una confesión, o como medio de castigo.

Como puede apreciarse en la definición de tortura, no aparece en ningún lugar referencia alguna a la necesidad de que el torturado haya sido previamente inmovilizado. Sin embargo sí se hace referencia al grave dolor físico o psicológico infligido, así como a los utensilios diversos utilizados para ello.

Es posible que el ínclito psiquiatra pretenda ostentar un sillón en la Real Academia de la Lengua Española para poder limpiar, fijar y dar esplendor a nuestra lengua, y así poder ampliar y enriquecer la definición de la palabra en cuestión. Claro que más bien parece que todo se deba a una interpretación libre e interesada de la palabra tortura, una interpretación hecha a la medida para poder llevar la contra a cuantos pensamos que lo que sufre un toro en la arena es una auténtica tortura.

Y es que puestos a enriquecer nuestra lengua, porqué en definitiva es de todos, a mí también me gustaría hacer una humilde aportación. En la definición se habla tan solo de dos posibles fines, a saber, la obtención de una confesión, o la imposición de un castigo.

Seguro que cuando se creó el diccionario y en las sucesivas revisiones, nadie ha pensado en que el objeto de la tortura no tiene porqué ser necesariamente un ser humano, nadie ha pensado que también se puede torturar a un animal, al que lógicamente es imposible arrancarle confesión alguna, y al que tampoco necesariamente se le desee infligir ningún castigo. Tampoco nadie ha pensado en la tortura que desgraciadamente sufren demasiadas mujeres, tortura física o psíquica que muchas veces sufren calladamente, tortura que no busca confesión, que no responde a ningún castigo, solo a patrones enfermizos que buscan en la tortura la afirmación de su superioridad, incluso la pura diversión.

Diversión que quedó patente en la guerra de Irak al descubrirse como los soldados invasores torturaban a los invadidos mediante todo tipo de vejaciones. No buscaban confesión ni pretendían castigar, solo lo hacían por pura diversión. La misma diversión que buscaban los quintos de Torreorgaz cuando torturaron a una burrita hasta causarle la muerte.

Sí, definitivamente falta una finalidad más en la definición de tortura. La diversión. Lo llaman arte y lo visten de cultura, pero no deja de ser un pasatiempo más para los aficionados que acuden a un coso, una forma de pasar una tarde agradable, de divertirse a costa del sufrimiento de un animal. Y prefieren no ver el sufrimiento, prefieren acabar creyendo que el animal no es más que un objeto, porqué si lo pensasen con frialdad, con objetividad, acabarían por darse asco a sí mismos.

No, señor Ortega Monasterio, no hace falta que alguien esté inmovilizado para que sea torturado. Porqué al margen del evidente daño físico, al toro, también se le propina un importante dolor psicológico, y todo el mundo, salvo usted y cuatro taurinos más, es capaz de entender que el dolor psicológico no requiere de ataduras físicas. Todo el mundo, salvo usted y cuatro taurinos más, es capaz de comprender que el toro, pese a no pertenecer a la raza humana, es un ser vivo dotado de una sensibilidad y de un sistema nervioso capaz de sentir dolor cuando lo pinchan.

Un jugador de rugby puede sentir estrés durante un partido, pero estoy seguro que prefiere jugar con la pelota ovalada a ser atravesado una y otra vez por el frío acero de las banderillas, de la pica, de la espada y del descabello. No compare por favor, no compare, o es que se cree que todos los que lo escuchan o lo leen tienen la misma incapacidad que usted para ver aquello que es evidente.

No pretenda insultar la inteligencia ajena. Tal vez fuera bueno que antes de analizar las mentes ajenas dedicara unos minutos a auto psicoanalizarse. A lo mejor descubre que su pasión por la tauromaquia no le deja pensar con la objetividad que se le supone a un buen psiquiatra.

¿Quién analiza al psiquiatra?

dimarts, 24 de novembre del 2009

Libertad sí, crueldad no

Mucho están hablando ahora los taurinos del respeto a la libertad, del respeto a las minorías. Y es que parece que por fin ya no se atreven a discutir que más del 70% de los catalanes no quiere saber nada de la tauromaquia.

Parece que ya han asumido que “la fiesta” es un acontecimiento solo para una minoría. Y como minoría exigen respeto para su minoritaria “afición”.

Pero como el argumento se les queda corto enarbolan la bandera del “respeto a la libertad”, incluso algunos entonan el tan manido tópico de “prohibido prohibir”.

Minorías hay muchas, por ejemplo, los fumadores empezamos ya a ser una minoría en vías de extinción, una minoría que ve como año tras año, ley tras ley, prohibición tras prohibición, se le va acotando y restringiendo el espacio en el que puede ejercitar su afición a fumar. Sí, ya sé, fumar perjudica la salud, y nada más lejos de mi intención que hacer apología de la afición al tabaco, sin embargo no puedo evitar pensar en 1.980 cuando a mis 20 años, la sociedad, la tradición social, me inició en esto que ahora es un terrible y execrable vicio.

Y es que si hace 29 años fumar en la oficina, en los edificios oficiales, en los aviones, incluso en el ascensor, estaba permitido y nada mal visto, ahora es una especie de lacra social, y los fumadores una especie de leprosos que hay que ir repudiando de todo espacio público.

¿Dónde está el respeto a la libertad?, ah, claro, es que el respeto a la libertad de los fumadores choca frontalmente con el respeto a la libertad de los no fumadores. Y llegados a este punto en que para que unos gocen de su libertad otros tienen que renunciar a la suya, ¿que hace el estado?, ¿que hacen los políticos?, pues lo que deben hacer, legislar.

Porqué legislar no es otra cosa que educar. Legislar es validar aquello que socialmente es aceptable, y condenar aquello que no lo es. Legislar es en muchos, muchísimos casos, prohibir. Si siguiéramos al pie de la letra aquello de “prohibido prohibir”, no existirían las leyes.

El respeto a las minorías está muy bien, pero para que tales minorías sean merecedoras de respeto es imprescindible que sus actos, sus aficiones, sus gustos, sean aceptados mayoritariamente por la sociedad, y no hablo de que sean compartidos mayoritariamente, hablo de aceptación y respeto.

Los fumadores hemos pasado de ser mayoría, a ser minoría, y hemos pasado de ser socialmente aceptados, e incluso bien vistos, a ser una especie de carcinoma andante, una versión moderna de los apestados de la edad media. Y es que las sociedades avanzan. Lo que ayer era bueno, hoy puede no serlo. Lo que fue un hecho socialmente aceptado y fomentado, es hoy motivo de múltiples prohibiciones.

Hay que aceptarlo porqué vivimos en democracia, y ello no implica precisamente que cada cual pueda hacer lo que le plazca, implica que hay normas y leyes, y hay que respetarlas.

En este punto más de un taurino debe estar pensando que no puede compararse el tema del tabaco, que afecta a derechos de personas contra otros derechos también de personas, con el tema de la tauromaquia, que en principio afecta a los derechos de unas personas contra los derechos de los animales. Incluso habrá quien tirando de manuales de filosofía plantee la conveniencia de dotar de derechos a los animales, y podríamos entrar en disquisiciones bizantinas e interminables sobre derechos y deberes. Pero la realidad se impone. Y la realidad es que desde 2003 la ley catalana ya dota de derechos a los animales.

Pero es que al margen de los derechos de los que ya gozan los demás animales, para poder establecer el límite a la libertad individual o colectiva, en el caso de la tauromaquia, también hay que tener en cuenta el grado de aceptación o rechazo del resto de la sociedad. Y en estos momentos la sociedad, de forma mayoritaria, ha evolucionado en su percepción ética respecto al trato que hay que dispensar a los animales. La sociedad exige que se les dispense un trato digno.

Es por ello que Catalunya ya aprobó su ley de protección animal, una ley pionera en todo el estado, pero como suele pasar en muchas ocasiones la ley quedó coja. Y sin duda lo hizo porqué en aquel momento, y por motivos obvios que no hace falta reproducir, los políticos no tuvieron, o no se atrevieron a tener, la percepción de que el toro era merecedor de quedar amparado por la nueva ley.

Sin embargo a día de hoy es la sociedad civil catalana la que está solicitando mayoritariamente a los políticos que eliminen dicha excepción, porqué entiende que el toro es un animal, porqué no entiende que las peleas de gallos y perros sean ilegales, pero un espectáculo en el que se tortura y da muerte a un toro sea, no solo legal, sino que además goce de las más variopintas subvenciones públicas.

También había una notable afición a las peleas de perros y gallos. Al entrar en vigor la ley también hubo personas que se quedaron sin su diversión, sin su afición y sin su negocio. ¿Habrá alguna diferencia entre un perro o un gallo, y un toro?.

Es un tremendo contrasentido intentar educar a nuestros menores y jóvenes en el respeto hacia la naturaleza y los seres vivos que en ella habitamos, y permitir que se sigan produciendo eventos públicos en los que para disfrute y enriquecimiento de una minoría, se cause sufrimiento a un ser vivo, a un mamífero. Es una tremenda perversión moral que evidentemente tiene sus consecuencias. Por un lado la cosificación del animal, por otro una peligrosa insensibilidad hacia el sufrimiento del animal que sin duda va calando en los más jóvenes

Esta es la disyuntiva a la que se enfrentan nuestros políticos; los diputados y diputadas del parlamento catalán.

En este sentido nuestros parlamentarios tienen ante sí un cambio social profundo. Un cambio que ha dejado a la tauromaquia agonizante. En una agonía largamente prolongada mediante subvenciones. Una agonía artificial que no acabará en encefalograma plano mientras se la mantenga a golpe de talonario. Los aficionados no son suficientes como para que la actividad se sostenga por sí sola, algo totalmente opuesto a lo que pasa con los clubes de fútbol, reconvertidos en sociedades anónimas.

Y como algunos no quieren aceptar el cambio ético de la sociedad, lo disfrazan de independentismo, y no quieren darse cuenta que entre siete y ocho de cada diez personas no entienden que para goce y disfrute de unos pocos se destinen tantos recursos públicos, no entienden que la cultura o el arte se asocie al sufrimiento de un animal.

Ya sabemos que la sociedad siempre va un paso por delante de las leyes, en mano de nuestros políticos está el llegar a ese equilibrio necesario entre una y otras. La Juventudes Socialistas han sido muy claras en las decisiones que han adoptado. Nuestros jóvenes socialistas no quieren que la tauromaquia se perpetúe. En manos de sus mayores está entregarles el testigo con este tema resuelto, en nuestras manos está el acercar las leyes a aquello que ellos quieren para dejarles un mundo más acorde a su moral.

Podemos esperar a que ellos tomen el relevo para que acometan esos cambios, pero mientras tanto miles de toros seguirán sufriendo cada año un dolor innecesario e inmerecido, y aquellos que ya no somos jóvenes tampoco lo vamos a entender.

La pelota está en el tejado de nuestros políticos, y la sociedad permanece muy atenta a aquello que vayan a decidir. Queremos saber quienes son dignos representantes de nuestro sentir, porqué ello trazará el mapa que regirá los resultados de las próximas elecciones al Parlament de Catalunya.

diumenge, 22 de novembre del 2009

Ya nos avisó Rosa Gil

Efectivamente en el programa radiofónico “El Albero”, la flamante presidenta de la Plataforma para la Defensa de la Fiesta, además de llamar a los políticos “chupaculos” y “políticos de mierda”, nos avisó de que aparecería un manifiesto en defensa de la continuidad de la fiesta apoyado por gente “muy importante”.

En este sentido empiezan a manifestarse en los medios algunos de esos importantes personajes. Ahora ha sido el escritor, y miembro de la Real Academia de la Lengua, Pere Gimferrer, que con la entrevista recogida en el diario pro-taurino ABC, pretende vender la posible prohibición de “la fiesta” como un atentado a la libertad http://www.abc.es/20091122/toros-toros/prohibir-toros-atenta-contra-20091122.html

Vaya por delante mi respeto por el literato y académico. Otra cosa es que esté de acuerdo con sus tesis, o que no considere que, como decimos en Catalunya, “esta pixant fora de test”, expresión que se utiliza cuando una persona está diciendo cosas que no tienen nada que ver con la realidad, y está quedando en ridículo.

Y es que parece que lo único que son capaces de esgrimir, aquellos que quieren perpetuar la tauromaquia por los siglos de siglos, es lo de españolismo versus catalanismo. Pero por favor, ya basta de querer politizar el sentimiento moral y ético de las personas. No se deshagan en explicaciones de cuan catalana es “la fiesta”, que no queremos discutirlo, nos lo creemos. Pero no por catalana es merecedora de continuidad, porqué atenta contra la ética de una inmensa parte de la población.

La ILP refleja el sentir mayoritario de la población y ninguna organización, ningún partido político, ni ningún colectivo, puede adueñarse de su espíritu. Es por ello que está iniciativa no es ni de derechas, ni de izquierdas, ni de independentistas, ni de españolistas, es una iniciativa del pueblo, por el pueblo, y para el pueblo.

El discurso sobre las libertades también es recursivo, y no por ello menos falaz. Se acepta la prohibición de circular sin cinturón de seguridad o casco, la prohibición de fumar en determinados espacios, e incluso la prohibición de las peleas de perros y gallos, y nadie se rasga las vestiduras. Sin embargo hace algunas décadas todo ello no estaba prohibido, había quien incluso fumaba en el ascensor.

Pero es que las leyes tienen la facultad de legitimar o deslegitimar aquellas conductas, aquellas costumbres, que han de ser socialmente aceptadas o condenadas. La ley sirve de referencia de aquello que la ética y la moral social mayoritaria está en disposición de aceptar o rechazar. Hoy nadie se cuestiona ya que fumar un puro dentro de un ascensor es una falta de respeto. No basta con decir, si no te gusta el humo del tabaco, no fumes.

A mí tampoco me gusta el fútbol, y evidentemente ello no es motivo suficiente para querer que sea prohibido. Existe una diferencia abismal entre el fútbol y una corrida de toros, Sr. Gimferrer, y estoy seguro que a Vd. como persona inteligente no se le escapa, ¿verdad?. En el campo de fútbol se maltrata a un balón, a un objeto, en la plaza de toros se maltrata y da muerte a un ser vivo, a un mamífero. Y no podemos equiparar a un objeto con un animal, no en Catalunya, porque la ley catalana dota a todos los animales, a todos, de una naturaleza mixta que, sin equipararla a la de las personas, la diferencia de las cosas.

Sr. Gimferrer, no voy a entrar a valorar ahora y aquí lo que muchos pensamos acerca de la ganadería intensiva, acerca del maltrato animal que supone mantener un animal en pésimas condiciones de vida para posteriormente matarlo y comerlo. Baste con ver el exponencial avance de las opciones personales hacia el vegetarianismo o el veganismo. No nos gustan las corridas de toros, pero tampoco nos gusta comer rabo de toro, y muchos de nosotros no comemos ni solomillo de ternera, ni embutidos.

La ILP solo pretende equiparar el toro al resto de animales, porqué nadie duda que se trata de un animal, sin embargo, en pro del mantenimiento de la fiesta se está permitiendo un tremendo agravio comparativo con respecto a este animal. Ni siquiera se puede matar públicamente a un conejo porqué la ley catalana prohíbe la ejecución de cualquier animal en un espectáculo público.

Sr. Gimferrer si se hizo en su día una excepción con el toro, fue a causa de los intereses económicos que se esconden tras la fiesta, a causa del poder de aquellos a quienes interesa su existencia. Pero la sociedad no quiere ya convivir con esta excepción. Hay una parte muy importante de ciudadanos que ya no queremos ser cómplices del sufrimiento “público” del toro.

No busque más allá, no hay nada. No hay intereses ni políticos, ni independentistas. Solo un interés por la coherencia, por la ética. Y por favor, intente huir de los discursos demagógicos, creo que usted tiene mayor capacidad intelectual. No se puede reducir la discusión taurina a un mero problema de independentismo, porqué le recuerdo que en Canarias, que no es Catalunya, hace ya años que se abolió la tauromaquia.

Si todos los ilustres personajes, que Rosa Gil aseguró se iban a pronunciar en un impresionante manifiesto, no son capaces de aportar algo de mayor peso en defensa de la fiesta, es porqué realmente la fiesta ya está agonizante, y solo se mantiene porqué está conectada al suero de las subvenciones millonarias.

La tauromaquia se mantiene a golpe de talonario para disfrute y enriquecimiento de una minoría, mientras mayoritariamente la sociedad exige su fin. Ahora veremos cuales son los políticos y los grupos que escuchan el clamor social, y cuales escuchan solo el tintineo de las monedas.

Los políticos decidirán, pues en ellos se ha depositado ahora esa responsabilidad, pero la sociedad sabrá juzgarlos, y emitirá su veredicto en las próximas elecciones al Parlament. Que no lo dude nadie.

dimarts, 10 de novembre del 2009

Carta als Parlamentaris Catalans en relació a la ILP PROU

Em permeto adreçar-me a vosaltres davant la proximitat de la votació de la ILP que pretén abolir les curses de braus a Catalunya. Qui us escriu és un militant del PSC alhora que regidor d’un poblet del Maresme. No pertanyo a cap executiva, ni tinc cap càrrec dintre del partit. Soc simplement un militant.

Però tot i així us escric amb la plena convicció que parlo en nom de molts militants i simpatitzants dels diferents partits que integren el Parlament de Catalunya. Només cal donar un cop d’ull a qualsevol de les moltes enquestes fetes a Catalunya per adonar-se’n que entre el 70 i el 80% dels Catalans, depenent de les fonts, son contraris a la mal anomenada “festa nacional”. Evidentment els partits, com a reflex de la nostra societat, tenen a les seves files un nombre molt important de persones contraries al patiment del brau.

De ben segur algun de vosaltres sou afeccionats a aquest espectacle, d’altres potser sereu crítics amb el patiment que sofreix el brau durant l’espectacle, i també n’hi haurà que ni tan sols us heu plantejat el que és una “corrida”, simplement perquè mai us ha interessat aquest espectacle.

Abans d’entrar en matèria, però, m’agradaria fer una reflexió en veu alta.

Cada cop, a la nostra societat, hi ha més preocupació pel benestar animal. Els animalistes ja fa anys que han deixat de ser quatre penjats anti-sistema, i han passat a ser una xarxa important de persones de tots els nivells culturals, professions, i estatus socials, entre els que m’incloc, que entenen que els animals mereixen un tracte digne per part de l’esser humà.

Als que us agradi la tauromàquia no tinc res a dir-vos perquè segurament entraríem en un discurs estèril. Sembla ser que això dels braus es porta a la sang, és un tema visceral. Darrerament aquells que volem un tracte digne pels animals, aquells que rebutgem el patiment gratuït d’un mamífer, estem acostumats a sentir-nos de tot, inclús en boca de càrrecs polítics i institucionals de rellevància, però no és la meva intenció assumir cap paper de víctima, perquè en tot aquest afer de la tauromàquia de víctima nomes n’hi ha una, els animals. El brau per motius obvis, i també, tot i que sovint s’oblida, el propi cavall del picador.

Per suposat tots esteu assabentats de la llei 22/2003 de protecció animal de Catalunya. Llei aprovada el seu dia al Parlament del qual en sou membres. Llei que la ILP pretén modificar per tal de no excloure el brau de la seva protecció.

Només llegint el tercer punt de l’article 2 (Finalitat i principis) ja queda ben palès el que aquesta llei persegueix : “Ningú no ha de provocar sofriments o maltractaments als animals o causar-los estats d’ansietat o por”.

Llavors, perquè fem una única i exclusiva excepció amb el brau?.

Hi ha hagut un intent d’un veterinari tauri, el professor Illera, d’intentar demostrar que el brau no pateix dolor. Intent que ha estat rebatut de forma solvent per altres professionals. Però fixeu-vos-hi que l’argument del veterinari per assegurar que el brau no sent dolor es basa en la brutal alliberació de betaendorfines que es produeix en el brau durant la lidia. Segons ell aquesta substancia impedeix que senti el dolor (cosa que s’ha demostrat no ser certa).

Casualment aquestes hormones son secretades en tasses altíssimes quan es donen estats aguts d’ansietat, por i/o dolor. Només us transcric, per no avorrir-vos, el darrer paràgraf d’una conferencia, en resposta a aquest controvertit estudi, del veterinari José Enrique Zaldivar :

En cuanto al dolor que se infringe al toro, las altas tasas de betaendorfinas que se han detectado en sus cadáveres dejan claro que ha sido enorme, considerando a estas hormonas como lo que son, es decir, mediadoras y medidoras del dolor y del estrés, y de ninguna manera neutralizadoras de los mismos.”

(si voleu llegir la conferencia sencera a on es rebat punt per punt l’estudi d’Illera la trobareu a http://www.avatau.com/elsufrimientodeltoroenlalidia)

És a dir, que creieu a qui us creieu no queda més remei que admetre que el brau, o pateix dolor, o pateix ansietat, o totes dues coses.

Llavors sembla ser que l’única resposta, a la pregunta de perquè fem una excepció amb el brau, és perquè es tracta d’una tradició, no pas perquè l’animal no pateixi d’una o altre forma, i en conseqüència no sigui mereixedor de la protecció de la llei.

En aquest escenari ens trobem que tots aquells que no sentiu aquest visceral plaer contemplant la lidia i mort d’un brau, podeu tenir els següents arguments per votar en contra de l’abolició de la tauromàquia a Catalunya :

A.- És una tradició centenària que ens identifica com a poble

Evidentment de tradicions hi ha moltes. Els Nadals, l’ou com balla, les sardanes, els castellers. S’ha de mantenir la tauromàquia pel simple fet que fa anys i anys que es duu a terme, independentment del patiment provocat a l’animal ?

Les baralles de gossos i galls també eren tradicions centenàries, tot i així la llei Catalana de protecció animal les va prohibir. És perquè aquests animals patien dolor i/o ansietat, i el brau no?, com ja he explicat no és així, el brau també pateix.

Ens identifica com a poble la tauromàquia ?, dit d’una altre manera, volem ser reconeguts a la resta del món per aquest costum, ple de sang i patiment, que escandalitza i horroritza, no tan sols a un gran nombre de Catalans, sinó també a la immensa majoria d’Europeus ?

Penso que ni els Catalans majoritàriament ens identifiquem com a tals a ran dels costums taurins, ni tampoc volem ser coneguts i reconeguts per la pràctica d’aquesta “festa”.


B.- Hi ha tota una economia que gira al voltant de la festa

És cert. Però concretament a Catalunya això es circumscriu a la Monumental de Barcelona, que ha arribat a ser tant deficitària que els propietaris la van vendre. Només es veuen plens en comptades ocasions, com quan ve en José Tomás i afeccionats de tot l’estat venen a Barcelona a veure’l.

D’altre banda, i si parlem a nivell de tot l’estat, no és menys cert que és una activitat que per la seva subsistència requereix ser fortament subvencionada per les administracions.

M’estalviaré entrar en un ball de números perquè és un tema tant àmpliament debatut, que inclús hi ha molta gent que sol•licita una casella especifica a la declaració de la renda per tal de poder decidir si amb els seus impostos s’ha de sufragar o no aquesta activitat.

Es mouen xifres molt altes que, com en el cas del futbol, per posar un exemple, acaben en mans d’uns pocs. La diferencia és que els clubs de futbol son societats anònimes que es sostenen per si soles, i la tauromàquia requereix de subvencions i ajuts públics que paguem entre tots.


C.- Encara que a mi no m’agradi, no tinc perquè prohibir quelcom que agrada a determinades persones.

Aquest és un argument que he escoltat en alguna ocasió.

A mi personalment el futbol no m’agrada, però no se m’acudiria mai prohibir-lo, entre d’altres coses perquè aquestes 22 persones que estan sobre la gespa maltracten i donen cops de peu i cap a un objecte, però no ho fan amb un esser viu. La pilota no pateix, el brau si.

És per aquest mateix motiu que no em val allò que diuen els taurins, a qui no li agradi que no hi vagi, però que ens deixin a nosaltres gaudir de l’espectacle. Si no vaig al futbol ningú pateix, però encara que no hi vagi a la plaça de toros, el brau seguirà patint.

D’altre banda torno a recordar que les baralles de gossos i galls van ser prohibides i en aquest cas també hi havia persones a les que l’espectacle els hi agradava. Tornem a lo de sempre, és diferent el brau ?.

La tauromàquia com a art

Podríem acabar parlant de si la tauromàquia s’ha de mantenir per sempre donat que se li atribueix la categoria d’art, però potser cauríem en unes disquisicions tant increïbles com el que reflecteixen aquestes paraules de Fernando Sanchez Dragó, qui en un intent de justificar la grandesa del moment de la mort del brau escriu el següent :

El torero, tras consumar así el matrimonio, se yergue, jaquetón, y el toro, convertido en esposa desflorada, se derrumba con las patas por alto mientras los ojos se le vidrian al sentir que lo inunda el orgasmo de la muerte. De la herida, por cierto, brota sangre: la del himen

De ben segur que es tracta d’una gran construcció literària que conté unes metàfores precioses, però a mi personalment em fa molta pena que una persona culta i intel•ligent acabi escrivint coses així per intentar justificar el patiment d’un esser viu com si fos una obra d’art o una experiència mística.

La tauromàquia com a educació i els valors que transmet

Afortunadament a Catalunya ja es va prohibir l’entrada a les places de toros als menors de 14 anys. És sens dubte una mostra del seny Català que tant ens apreciem. Però els nens de 14 i 15 anys, adolescents, i els joves, hi poden accedir.

Potser ens hauríem de preguntar quins valors pot transmetre la “fiesta” als més joves. Potser ens hauríem de preguntar si veure a un mamífer sagnant i vomitant sang fins a morir, és un espectacle edificant. Potser hauríem de començar a pensar que no podem intentar educar als nens i joves en el respecte per la natura i els essers vius, si per altre banda mantenim un costum, que per molt ancestral que pugui ser, no deixa de ser el que és, una carnisseria amb espectacle i musica inclosos.

El progrés de vegades pot suposar, i així ha estat històricament, trencar amb determinats costums i tradicions ancestrals, que esdevenen incompatibles amb l’evolució de la consciencia de la ciutadania. És veritablement incomprensible i totalment anacrònic mantenir en ple segle XXI aquesta tradició.

Si heu arribat fins aquí, en primer lloc us dono les gràcies per la vostra atenció, i en segon lloc, a no ser que sigueu taurins fins a la medul•la, us prego com a persona que vol el progrés de la nostra societat, que voteu a favor de la ILP per tal d’abolir definitivament, de la nostra terra, aquesta tradició que a una immensa majoria de Catalans ens avergonyeix.

Moltes gràcies.

Carles Marco Morellón
Regidor PSC | Ajuntament de Sant Cebrià de Vallalta

dimarts, 3 de novembre del 2009

Torreorgaz. Unas reflexiones en voz alta

Una docena de jóvenes de 17 años de Torreorgaz mataron a una burra a puñetazos, patadas e insertándole un palo en el recto hasta dejarla reventada por dentro. Ocurrió de madrugada, tras celebrar una noche de juerga, la noche de los quintos.

Según una nota leída por la alcaldesa de Torreorgaz, que condena enérgicamente los hechos, los padres de los autores de tal proeza piden disculpas y asumen la responsabilidad que les pueda corresponder.

El presidente Extremeño, Guillermo Fernandez Vara, se suma a la repulsa pero pide indulgencia para los quintos, aduciendo que la culpa es más profunda.

Y de momento a los menores se les acusa de un delito de daños, ya que según los veterinarios de la Junta de Extremadura, la burra, la pobre burra, murió de un infarto. Lo que no explican, de momento, es si el infarto le sobrevino al pobre animal a causa del inmenso sufrimiento que le estaban causando los jóvenes.

El Sr.Vara tiene toda la razón en una cosa, la culpa es profunda, tan profunda como una parte de nuestra España, que no ceja en su empeño de maltratar animales, de verlos como meros objetos a su servicio, para disfrute y diversión de unos cuantos cafres que han perdido la noción de lo que verdaderamente puede entenderse por diversión.

Una sociedad que permite que niños pequeños asistan y convivan con las becerradas y novilladas donde se da muerte pública, por aprendices de matador, a un novillo que apenas ha desarrollado mínimamente la cornamenta, donde se clava la espada una y otra vez al pobre animal, donde el menor aprende a ser insensible al tremendo sufrimiento de un mamífero, donde el pequeño, aún sin un carácter formado, aprende que los animales pueden ser utilizados y masacrados públicamente para el disfrute y diversión del ser humano, una sociedad así tiene lo que cosecha, menores y jóvenes insensibles al sufrimiento de todo animal, que disfrutan viendo el dolor ajeno, que crecen con una distorsión cognitiva que, en función de su evolución, puede llegar a generar deseos de violencia y sufrimiento también a sus congéneres.

Numerosos estudios en psicología, sociología y criminología relacionan el maltrato hacia los animales con comportamientos violentos entre personas. Luego, ¿nos extrañamos de que vivamos en una sociedad con un incremento alarmante de casos de violencia de todo tipo?

Es necesario erradicar todas las fiestas crueles con animales, no hay cosa peor que presentar ante un menor un maltrato animal permitido por la ley, institucionalizado y vestido de fiesta y divertimento para los adultos, es una grave perversión ética que puede marcarlo para el resto de su vida.

Debemos educar en el respeto a la naturaleza y a los seres vivos que la comparten con nosotros, y no nos podemos permitir el lujo de enviar mensajes contradictorios a nuestros niños y jóvenes.

Pero también debemos ser inflexibles con los casos de maltrato, y debemos serlo porqué existe una ley que los prohíbe, porque casos como este crean alarma social, porque todo caso de maltrato impune es una invitación a perseverar en la brutalidad, y concretamente en este caso en el que los imputados son menores, hay que actuar todavía con más firmeza, puesto que de no hacerlo podemos estar dando alas a un futuro asesino en serie, a un maltratador patológico, o a un violador en serie.

La sociedad, y todos los estamentos implicados, no pueden menospreciar las claras advertencias que un caso como este u otros nos están dando. Hay un problema y hay que poner los medios para atajarlo. Medios educativos y de asistencia psicológica a los maltratadores, pero también punitivos.

No caigamos repetidamente en los mismos errores, no justifiquemos la barbarie como si de una chiquillada se tratase, no seamos indulgentes con los menores pensando que la culpa no es enteramente suya, porqué aunque así fuere, los menores ya han iniciado un peligroso camino, el de la insensibilidad hacia el sufrimiento ajeno, el de la diversión mediante la tortura de un ser indefenso. Y les debe quedar meridianamente claro que es un camino equivocado, al igual que lo es una violación, un atraco a mano armada o el asesinato de un congénere.

Espero y deseo que las autoridades y el poder judicial estén a la altura de los retos que a esta sociedad se le están planteando con este triste caso. Espero y deseo que por fin hayamos aprendido que la indulgencia, en este tipo de hechos, genera mayor violencia.

diumenge, 1 de novembre del 2009

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SANT CEBRIÀ DE VALLALTA - APRUEBA POR UNANIMIDAD UNA MOCIÓN QUE PROHÍBE LOS CIRCOS CON ANIMALES - VA APROVAR PER UNANIMITAT UNA MOCIÓ QUE PROHIBEX ELS CIRCS AMB ANIMALS

La moción, presentada por el Grupo Municipal del PSC, se aprobó por unanimidad en el pleno ordinario celebrado el pasado jueves 29 de octubre.

La moción presentada se basa en un modelo preparado por la Asociación Animalista LIBERA!, que está llevando a cabo una campaña para conseguir la desaparición en Cataluña de los circos que utilizan animales salvajes en sus espectáculos.

Durante la discusión de la moción se argumentaron todos los motivos éticos y de maltrato físico y psíquico que desaconsejan la continuidad de este tipo de espectáculos, que son incompatibles con la creciente sensibilización de la sociedad sobre el sufrimiento animal. También se argumentó sobre el peligro que representa la instalación en el municipio de circos con animales salvajes que pueden escaparse, tal como ya pasó el pasado verano en L’Escala con una elefanta del Circo Americano.

Los animales salvajes deben vivir en su hábitat y no tenemos ningún derecho a usarlos para nuestro entretenimiento. Máximo cuando esta actividad no implica ninguna tarea de conservación de las especies, al contrario, ya está comprobado que, por ejemplo, un elefante que puede vivir más de 60 años en estado de libertad, difícilmente llega a los 25 años de vida en los circos.

La moción del PSC que ya contaba con la simpatía de ICV y de ERC, generaba dudas en algunos regidores de CiU, dudas que se desvanecieron cuando dos días antes del pleno el Grupo Municipal del PSC remitió a todos los regidores un dossier de la Asociación Animalista LIBERA!, en el que quedan perfectamente explicados todos los argumentos en contra de este tipo de circos.

El PSC de Sant Cebrià agradece a la Asociación Animalista LIBERA! su soporte, que ha sido clave para conseguir este consenso del pleno, así como a los regidores de los distintos grupos municipales por su sensibilidad hacia el sufrimiento animal y por el interés mostrado en el estudio de esta moción.



La moció, presentada per el Grup Municipal del PSC, va ser aprovada per unanimitat en el ple ordinari celebrat el dijous 29 de octubre.

La moció presentada es basa en un model preparat per l’associació animalista Libera, que està fent una campanya per aconseguir la desaparició de Catalunya dels circs que utilitzen animals salvatges en el seu espectacle.

Durant la discussió de la moció es varen argumentar tots els motius ètics i de maltractament físic i psíquic que desaconsellen la continuïtat d’aquest tipus d’espectacles i que son incompatibles amb la creixent sensibilització de la societat vers el patiment animal. També es va argumentar el perill que representa la instal•lació al municipi d’un circ amb animals salvatges que poden escapar-se, tal i com va passar fa ben poc a l’Escala amb una elefanta del Circo Americano.

Els animals salvatges han de viure al seu habitat i no tenim cap dret a fer-los servir pel nostre entreteniment. Màxim quan aquesta activitat no implica cap tasca de manteniment de les especies, ans al contrari, ja que està comprovat que per exemple un elefant que pot viure més de 60 anys en estat de llibertat, difícilment arriba als 25 anys de vida en els circs.

La moció del PSC que ja contava amb la simpatia d’ICV i d’ERC, va generar dubtes en el si d’alguns dels regidors de CiU, dubtes que es van esvair quan dos dies abans del ple el grup municipal del PSC va trametre a tots el regidors un dossier de la associació animalista Libera, a on queden perfectament explicats tots els arguments en contra d’aquest tipus de circs.

El PSC de Sant Cebrià agraeix a la associació animalista Libera tot el seu suport, que ha estat clau per la consecució d’aquest consens del ple, així com als regidors del diferents grups municipals per la seva sensibilitat vers el patiment animal i per l’interès mostrat en l’estudi d’aquesta moció.