diumenge, 13 de febrer del 2011

A ran de les declaracions del president de l’ACM sobre gossos, gats, i la llei de protecció d’animals

Quina manca d’imaginació, quina manca d’empatia. Hi ha crisi, no ens arriben els diners...matem els gossos de les gosseres.

Entenc que no digui “matem els avis” per tal d’estalviar despesa, però el que no entenc és que si s’atreveixi a dir-ho dels gossos i gats que han estat abandonats, que ja han patit en carn pròpia la crueltat i l'egoisme de l’esser humà.

Sobre tot no cerquem altres solucions, no cerquem les arrels del problema. Que no se’ns acudeixi perseguir i castigar aquells que fan negoci fent criar els seus gossos sense control. No investiguem l’origen d’aquells cadells tan macos que venen a les botigues, no fos cas que descobríssim que a països de l’est tenen fabriques cruels de falses i passatgeres il•lusions d’infants amb pares irresponsables.

No pensem primer en l’esterilització obligatòria, en el xipat obligatori, en que les multes serveixin per el manteniment d’aquests pobres animals fins que una família els adopti, no pensem en multar de veritat, però de veritat i amb duresa, els casos de maltractament i abandonament.

Tampoc pensem en establir canals de col•laboració entre els ajuntaments i les protectores d’animals, no home no, que això dona feina, i de feina i mals de cap ja en tenim prou, és més fàcil matar, segurament –fent les coses bé- no és més econòmic, però si més fàcil. Per arribar a aquesta conclusió no s’ha de fer servir gaire el cervell.

Sento vergonya de veure com un representant dels ajuntaments catalans converteix un greuge polític i institucional –la manca de recursos dels ajuntaments per fer front a totes les competències que els fan assumir sense dotar-los de recursos adients- en una teoria de la derogació de la llei de protecció animal catalana.

Necessitem urgentment responsables politics amb més cervell i una mica més de sensibilitat i empatia vers els essers vius. Necessitem responsables politics que deixin de banda el full de càlcul i pensin amb el cap i el cor, i no tan sols amb la cartera.

dissabte, 11 de setembre del 2010

Harto ya de estar harto!

Por multitud de pueblos de nuestra geografía nacional se siguen organizando festejos de alto riesgo basados en la suelta de uno o varios toros, llamados encierros, o encierros en el campo, donde sigue muriendo y accidentándose gente.

Durante estas últimas semanas raro es el día en que alguna persona no resulta herida de diversa consideración, o muerta por asta de toro o por un traumatismo grave.

A un empresario que tiene cinco trabajadores en una oficina, donde el mayor peligro es que una mosca despistada le impacte en la cara a alguno de ellos, se le obliga a gastar una ingente cantidad de dinero en un plan de prevención de riesgos laborales.

Y yo pregunto, ¿acaso el ganadero invierte un solo euro en un sistema de prevención de riesgos?, ¿lo hace el ayuntamiento que organiza el evento?

A todos los ocupantes de un automóvil nos obligan a llevar el cinturón de seguridad para minimizar riesgos en caso de colisión, al tiempo que los motoristas y ciclistas deben ir obligatoriamente equipados con un casco.

Y yo pregunto, ¿están obligados cuantos corren ante el toro, so pena de multa en caso de incumplimiento, a utilizar cascos o dispositivos que minimicen las lesiones en caso de alcance por parte del toro?

A cuantos somos fumadores se nos invita de forma constante y tozuda a que abandonemos ese hábito tan poco saludable que nos puede llevar a la muerte, o lo que es peor, a un gasto extraordinario para la sanidad pública, esa que pagamos entre todos, y a la que sin duda contribuimos los fumadores con los abusivos impuestos que pagamos con cada cajetilla. Es una especie de “tour de force” psicológico con los fumadores, muchos de los cuales acaban por intentar abandonar el hábito bajo el influjo de un grave sentimiento de culpabilidad inducido.

Y yo pregunto, ¿han sido advertidos corredores y espectadores, de forma insistente y machacona, llegando a la más extrema manipulación psicológica, de los riesgos que puede implicar para su salud y su propia vida la asistencia a tales acontecimientos, digamos, festivos?

Los alpinistas y deportistas en general están obligados a federarse y a pagar un seguro que cubra los gastos médicos en caso de accidente.

Y yo pregunto, ¿están los corredores y asistentes a los encierros obligados a estar federados?, ¿pagan los que corren ante el toro algún seguro obligatorio de accidentes?.

Obviamente las repuestas a todas mis retóricas preguntas son negativas. Como dice aquella letra del tema vagabundear, “Harto ya de estar harto, ya me cansé de preguntarle al mundo por qué y por qué”.

Y es que parece que en todo cuanto rodea al toro no existe la más mínima lógica.

Los toreros ponen en riesgo su vida. Los corredores en los encierros ponen en riesgo su vida. Muchos espectadores, aún sin ser conscientes de ello, ponen en riesgo su vida. Y todo ello sin medios de prevención de riesgos, al contrario, el torero cuanto más se acerque al toro y más riesgos asuma, más vitoreado.

Y no es que el toro sea un asesino en potencia. No nos confundamos, es un mamífero herbívoro. Pero claro es que pesa más de 400 kilogramos, y además tiene cuernos. Cuernos que utiliza para defenderse cuando se siente intimidado o acosado, aunque si encuentra unos matorrales corre a esconderse, y si ve campo por delante, no duda en huir.

Y ya no voy a hablar de ética, para que no me acusen de repartir carnets de ética, ni tampoco lo haré de sufrimiento del toro, porqué la mayoría de aficionados parece no verlo, e incluso muchos lo niegan vehementemente, eso sí, sin ninguna base científica en sus negaciones.

Pero lo cierto es que mueren personas, otras quedan tullidas de por vida, y las hay que sufren graves lesiones que requieren de intervenciones quirúrgicas urgentes y meses de convalecencia.

Sinceramente creo que las autoridades de este país deben hacer algo para evitar ese alto precio en vidas humanas y todo ese sufrimiento a las familias de las víctimas y heridos. Lo hacen para evitar los accidentes laborales, para evitar los accidentes de tráfico, para evitar las muertes prematuras por tabaquismo. ¿Porqué no hacerlo también con la tauromaquia y esas fiestas populares tan sangrientas?.

Lo agradeceríamos muchos ciudadanos que no entendemos como tales actos se permiten e incluso subvencionan. Lo agradecerían muchas madres y padres que ven a sus hijos arriesgar la vida por una tradición o una incomprensible diversión, o por demostrar una extraña hombría que, todo sea dicho de paso, quedó enterrada por la gente normal al tiempo que aquél machismo ya caduco que imperó en otros tiempos.

Ah!, se me olvidaba, seguro que el toro también lo agradece.



Relación de los últimos fallecidos en las fiestas de este verano:

9 de septiembre de 2010 - Una mujer de 48 años muere en Arganda del Rey al asomarse por la talanquera del recorrido del encierro y ser envestida por un toro rezagado.

8 de septiembre de 2010 - Un hombre de 70 años muere tras ser embestido por un toro en las fiestas de La Losa (Castellón)

1 de agosto de 2010 - Un toro embolado mata a un hombre de 46 años en Godella (Valencia). Le seccionó el cuello una anilla sujeta al cuerno del animal

3 de julio de 2010 - Muere un vecino de San Sebastián de los Reyes (Madrid) de 19 años corneado por un toro en los encierros de Fuentesaúco (Zamora)

25 de julio de 2010 - Un novillo mata a un hombre de 65 años en Hellín (Albacete) durante un encierro
 
La relación de heridos de diversa consideración del último año, contando con los famosos San Fermines, sería un verdadero rosario.

divendres, 3 de setembre del 2010

Un país de chulos, violentos, crueles y descerebrados

En más de una ocasión, viendo en las noticias como se comporta una turba enfurecida de personas de algún país Islámico, he oído términos despectivos hacia su forma de proceder, respecto de la forma de exteriorizar sus sentimientos y sus creencias.

Ciertamente hay en nuestro país muchas personas que se creen moralmente superiores. Legitimadas plenamente para criticar a aquellos por su proceder tumultuoso y borreguil. Y no seré yo quién intente disculpar la violencia gratuita o ese lenguaje corporal más propio de hombres prehistóricos que se puede apreciar en los reportajes, pero si recomendaría a más de uno que antes de hacer notar la paja en el ojo ajeno, tenga a bien examinar la viga del suyo propio.

Y es que viendo imágenes de cómo año tras año se comportan algunos españoles en parajes que ya forman parte de la vergüenza colectiva de nuestro país, como los encierros en el campo de Galápagos (Guadalajara), o el toro alanceado de la Vega en Tordesillas (Valladolid), uno no puede por menos que establecer ciertas comparaciones y similitudes. Y he citado dos ejemplos, conocidos ampliamente, por no querer citar tantos y tantos pueblos donde tienen por costumbre emprenderla a patadas y puñetazos con vaquillas o becerros, con verdaderos preadolescentes de toro, e incluso donde chavales sin experiencia los perforan una y otra vez por cualquier sitio.

Algún lector avezado, llegados a este punto, me querrá espetar que no es comparable la pública lapidación de una mujer, o el apaleamiento hasta la muerte de dos adolescentes confundidos con ladrones, con la tortura de un toro perseguido e instigado con vehículos de todo tipo y recibiendo toda suerte de golpes, o la de otro perseguido también por una turba a caballo y a pié, eso si, armados ellos con unas lanzas de más de dos metros. Ciertamente la especie del torturado y asesinado no es la misma, pero no tengo duda de que las connotaciones violentas son idénticas, y el componente de aborregamiento también. Es evidente que una sola persona, sin el soporte de otras muchas igualmente cegadas y jaleadas mutuamente, no se atrevería ni a una cosa ni a la otra.

Pero es que tampoco hay que ser muy agudo para entender que la violencia engendra violencia. Que la permisividad, y porqué no decirlo, la promoción pública también, de espectáculos y fiestas en que se maltrata hasta la muerte a un ser vivo, son un caldo de cultivo excelente para alimentar otros comportamientos violentos, para justificar que determinada violencia es lícita, para elevar el umbral de lo permitido hasta un nivel peligroso.

Solo así puede entenderse lo que ha sucedido en Sacedón (Guadalajara), donde unas doscientas personas que participaban en otro de esos encierros en el campo, han estado a punto de linchar a tres activistas de Igualdad Animal que desplegaron una pancarta contra este tipo de “fiesta”, y a dos periodistas de Telecinco que cubrían la noticia. Los dos Guardias Civiles presentes en el lugar se tuvieron que emplear a fondo para que una turba de borregos enloquecidos no causase mayores males a esas personas. Tanto los reporteros (a uno de ellos lo tiraron por un terraplén de unos 100 metros) como los activistas, sufrieron daños físicos, además de insultos y daños en uno de los vehículos.

Eso es lo que tiene elevar el umbral de la violencia permisible, que hay personas que se confunden y se creen que todo el monte es orégano. Porqué realmente viendo esas imágenes de un intento de linchamiento público en Sacedón y la de los dos adolescentes de Sialkot (Pakistán) apaleados hasta morir, a uno le queda la sensación de estar viviendo dos historias de similar calado, eso si, con una diferencia, a los jóvenes Paquistaníes los confundieron con unos atracadores a mano armada, a los activistas y reporteros de Sacedón los atacaron por hacer uso de su libertad de expresión, por mostrar una pancarta con su disconformidad, y por dar cobertura informativa al acto.

Las imágenes de Sialkot han indignado y angustiado a los pakistaníes, que se preguntan si años de descuido por parte del Estado han brutalizado a la sociedad.

Aquí debiéramos preguntarnos si años de promoción pública de corridas de toros y fiestas en que se tortura y mata a un ser vivo, no han contribuido también a brutalizar a una parte de la población. O eso, o es que realmente vivimos en un país de chulos, violentos, crueles y descerebrados, que no dudan en utilizar la violencia cuando carecen de argumentos, o capacidad para esgrimirlos de forma civilizada, y sobre todo, cuando se sienten respaldados por unos cuantos más de su misma catadura moral.

Espero que sea lo primero, pues tiene solución: legislar para abolir ese tipo de divertimentos. Si fuese lo segundo, solo cabe esperar que las nuevas generaciones sean más cerebrales y menos violentas. Claro que para conseguirlo habrá que esmerarse en la educación de los jóvenes, entre otras cosas, no lanzando mensajes contradictorios que los confundan. En consecuencia también sería deseable abolir y prohibir ese tipo de festejos incomprensibles en la época que estamos viviendo.

Es decir, que al final, sea cual fuere el problema de este país respecto a las conductas violentas y descerebradas de algunos, la solución siempre parece pasar por lo mismo: no permitir espectáculos públicos donde se maltrate a un ser vivo, sea de la especie que sea. Legislar para dejar claro que la violencia gratuita hacia cualquier ser dotado de vida no es tolerable, no es ética, y es condenable.



dissabte, 7 d’agost del 2010

Respuesta a Juan Soler, diputado autonómico por Madrid

Como muestra de lo que comentaba en mi anterior post (Ahí les duele) aquí dejo lo que un diputado de la comunidad de Madrid se permite escribir en su blog :

http://opinionenvanguardia.blogspot.com/2010/08/no-prohibiremos-la-sardana.html

Y esta es la respuesta que le he enviado por correo electrónico:

Señor Juan Soler,

El que le escribe además de modesto Blogger como usted, también es concejal por el PSC en el ayuntamiento de un pueblecito de poco más de tres mil habitantes situado a escasos 50 kilómetros de Barcelona.

Comparto pues con usted, salvando las muchas diferencias de orientación política y de ámbito, el dudoso honor de ser también un político. Y digo dudoso honor porqué entre los muchos casos de corrupción, que por cierto se dan también en las filas de su partido, y escritos como el de su blog, amén de otras vicisitudes, resulta que la gente está hasta las narices de los políticos, y de verdad que no me extraña.

Hombre, yo la verdad es que si quiere prohibir la sardana en la comunidad de Madrid tampoco creo que se vaya a unir el cielo con la tierra, pero quiero dejar constancia que la comparación que usted propone es del todo inadecuada. Prohibir la sardana en la comunidad de Madrid sería equivalente a prohibir el chotis en Cataluña, o a que en Galicia se prohibieran las sevillanas. Pero es que lo que ha pasado en Cataluña con las corridas de toros no tiene absolutamente nada que ver con la tontería que usted propone.

Y no me malinterprete, no quiero insinuar que sea usted tonto. Que se ha ido por los cerros de Úbeda, sí, que ha escrito un artículo claramente ofensivo para con Cataluña y los catalanes, también. Pero no por tonto, seguro, sino más bien por alguna especie de aversión irracional hacia lo catalán.

Mire, la sardana puede ser aburrida para usted y para un buen número de catalanes, pero de ahí a escribir en su blog que lo es y que mata de aburrimiento, media un abismo. Sinceramente me parece una broma de muy mal gusto. Es como si yo le dijese que el chotis refleja una chulería barata fruto de una sociedad carente de valores más altos. Y conste que aunque lo haya escrito, ni lo pienso ni me atrevería a ser tan descortés con el pueblo de Madrid. Solo lo cito a modo de ejemplo para que se de usted cuenta de lo inapropiado y desafortunado de su aseveración.

En Cataluña no se ha prohibido la fiesta nacional de España, no señor. Las corridas de toros tal vez fueron una fiesta popular y de gran arraigo en nuestra sociedad hace muchos años, pero le aseguro que eso ya pasó a la historia. Entendería que me dijese que la fiesta nacional de España es el fútbol, o el baloncesto, incluso las carreras de formula 1, pero las corridas de toros, venga hombre, es que no se lee usted las estadísticas.

A lo mejor a usted le gusta y enorgullece que se identifique a España con las corridas de toros. A usted y a unos cuantos más, sobre todo a los toreros, ganaderos y a cuantos sacan tajada del espectáculo, pero debe usted saber que una gran parte de la sociedad aborrece ya ese tópico, y hay quien incluso siente verdadera vergüenza por ello.

En Cataluña se ha prohibido una actividad por el hecho de ser considerada éticamente reprobable. Se ha prohibido una actividad que de ninguna manera puede ser considerada como una fiesta. Una fiesta es una actividad alegre, y el sufrimiento de un animal no puede generar alegría a personas normales. Y tampoco me malinterprete. No quiero decir que todo aficionado a las corridas sea una persona anormal, no. Lo que quiero transmitirle es que la inmensa mayoría de los que disfrutan con ese espectáculo, lo hacen ajenos al sufrimiento del animal, lo hacen centrándose en la liturgia del toreo. Pero es que una buena parte de la sociedad catalana tenemos una sana sensibilidad que nos impide gozar con el arte del torero porqué no pasamos de ver a un animal masacrado y torturado.

Los políticos tan solo han tomado buena nota de ese sentir social. De este modo una mayoría de ellos, concretamente la mayoría absoluta del parlamento catalán, han concluido tras escuchar las magníficas intervenciones que tuvieron lugar durante las comparecencias, que en los tiempos que corren no es de recibo permitir ese tipo de espectáculos. Del mismo modo que muchos ayuntamientos, incluidos los de las cuatro capitales de provincia, han considerado oportuno vetar a los circos que usan animales en sus espectáculos, por considerar indigno de una sociedad moderna y respetuosa con los animales ese tipo de espectáculos que conllevan el sufrimiento y esclavitud de unos animales que no merecen vivir así.

El antiespañolismo de que nos acusa no existe. Es una retórica ya habitual entre las filas del PP, es moneda habitual de las intervenciones de sus cargos electos fuera y dentro de Cataluña. Tienen especial interés en enfrentar a la sociedad y enfrentar a las comunidades. Me da mucha pena esta forma de proceder, y no dudo que les servirá para afianzar una parte de su electorado, que disfruta con estas confrontaciones, pero también deben tener claro que les invalidará para recibir el voto de muchas personas que están hastiadas de este discurso. Yo tengo muy buenos amigos en muchas autonomías españolas, personas que aborrecen este discurso confrontador.

Dado que por lo visto usted reflexiona desde una actitud cultural y cosmopolita y no identitaria y aldeana, debo suponer que me considera usted aldeano y nada cosmopolita por aborrecer las corridas de toros y todo espectáculo que conlleve o implique sufrimiento de un ser vivo. Seguramente seré a sus ojos un provinciano más, como les gustaba llamar antaño a todo aquél que no vivía en Madrid, en la capital del reino. Pero créame, los tiempos avanzan que da gusto.

Cita usted a unos cuantos ilustres aficionados a las corridas, ¿Cuántos quiere que le cite yo totalmente contrarios a ellas?. Ya estamos con los tópicos. Se citan cuatro nombres ilustres y ya está, como por arte de magia una actividad ya tiene toda la cultura del mundo. De verdad que pena que se perdiese usted las comparecencias ante el Parlament. Ya solo le falta esgrimir el tópico por antonomasia, decir que el toro no sufre.

En fin señor Soler, dicho sea con todos mis respetos, con escritos como el suyo vamos apañados. ¡Viva la confrontación estéril!, ¡viva la buena educación!, y ¡viva la ofensa gratuita!.

Carles Marco
Regidor PSC ajuntament Sant Cebrià de Vallalta

dijous, 5 d’agost del 2010

Ahí les duele!

Estamos asistiendo impávidos a una cantidad ingente de noticias y artículos de opinión, tanto en la prensa escrita como en la televisión, en que se ataca a Catalunya y a los políticos catalanes por haber aprobado la modificación legislativa que prohibirá las corridas de toros a partir de 2012.

Es imposible reflejar la ingente cantidad de barbaridades y aspavientos airados que se están vertiendo en los medios, pero sirva como muestra lo que un torero como Curro Romero es capaz de decir públicamente en el periódico ABC: “Esto ha sido un atentado diabólico para la libertad”.“Esto nace de unos ignorantes y la ignorancia es muy atrevida. Esto es de gente con la mente muy retorcida, gente que, además, de sensibilidad están cero total. Y eso es grave. La sensibilidad es una característica básica del ser humano”.

Yo no sé hasta que punto toda esta gente que hace declaraciones públicas de este tipo son conscientes de lo que están diciendo, pero en general me parece extremadamente grave lo que están haciendo, me parece una seria irresponsabilidad.

Y lo es tanto en cuanto no cesan en su empeño de cuestionar y deslegitimar la decisión de un Parlamento legalmente constituido, democrático y libre. Libre para legislar en materia de espectáculos. Democrático en tanto que surgido de la voluntad del pueblo catalán reflejada en las urnas. Y tan legal como pueda ser el congreso de los diputados o el senado de España.

En realidad sea cual fuere la motivación que ha llevado al Parlament a la prohibición de las corridas de toros, esta es legítima y respetable. Tanto si es por una cuestión ética o por una cuestión estética. Tanto si es por rechazo del sufrimiento público de un animal, como por un intento de diferenciación de la sociedad catalana. ¿Qué más da?, la legitimidad de la decisión es la misma.

El PP ha contribuido sobremanera en ese intento de deslegitimación, intentando que el estado legisle para dejar sin efecto la modificación de la ley. Es una vergüenza. El PP está constantemente atentando contra las decisiones que no son de su gusto. Está permanentemente usando y abusando del Tribunal Constitucional, del Parlamento Español e incluso del Tribunal de Garantías Estatutarias catalán. Usa y abusa de las instituciones para intentar que unos y otros desdigan las decisiones soberanas del pueblo catalán.

Desde los ámbitos más taurinos de la sociedad no se quedan cortos. A la salida del Parlament, el día en que se aprobó la modificación legislativa, un grupúsculo de aficionados taurinos, y algún torero que por la tarde se dedicó a destrozar un local de ERC en el eixample Barcelonés, no paraban de gritar y vociferar llamando dictadores a los políticos catalanes. Es decir, que cuando un Parlamento aprueba una ley que no te gusta, deja de ser un estamento democrático para convertirse en un grupo de dictadores. Al final va a resultar que lo de la democracia lo hemos soñado, porqué entre prohibiciones de un tipo y de otro, seguro que no encontramos a nadie que no se sienta afectado y disgustado por alguna de ellas.

Para acabarlo de arreglar, famosos, famosillos, y personajes diversos, se dedican a desautorizar la decisión del Parlament. Unos tildan la decisión de atentado a la libertad, otros de intento de separatismo, hay quien incluso se refiere al hecho de la prohibición como un cáncer que se puede ir extendiendo, y hay quién ya en el colmo de la sinrazón exclama un “a la mierda los catalanes”.

Pero más allá de cualquier otra consideración hay un hecho irrefutable. El Parlament ha seguido un trámite ejemplar. Admitió a trámite una Iniciativa Legislativa Popular amparada por casi cuatro veces las firmas requeridas. En comisión se llevaron a cabo unas comparecencias que han sido un ejemplo de educación, corrección, y argumentación. Y finalmente votó públicamente y a cara descubierta.

Les duele el fin de las corridas en Cataluña, pero más allá del poco negocio que se va a perder, más allá de los 108 toros anuales que dejaran de sufrir públicamente, lo que les duele es la regañina moral. Les duele que algo que para ellos es arte y cultura, y no sé cuantas cosas más, en Cataluña pase a ser algo indeseable, algo prohibido por ley. Sí, les duele porqué las leyes tienen un importante componente pedagógico para la sociedad. Les duele que su afición sea considerada en Cataluña una abominación.

Han perdido reiteradamente el debate. Nada, absolutamente nada de lo que han ido esgrimiendo, ha servido para convencer de la bondad del mantenimiento de la fiesta. Ni la tradición, ni la supuesta cultura, ni el arte, siempre tan subjetivo, ni los beneficios económicos, ni ese constante alegato a la libertad con esa frase vacía y carente de sentido de “prohibido prohibir” como sonata de fondo, han podido contra la fuerza de la ética, contra ese convencimiento racional de que una fiesta no puede basarse en el sufrimiento de un ser vivo.

Ahí les duele. Les duele la proyección internacional de este fin de fiesta. Les duele el profundo debate social que se ha suscitado. Les duele porqué hasta ahora nadie, salvo lo que ellos consideraban una panda de animalistas sin soporte social, se había atrevido a poner en tela de juicio su negocio o su diversión. Y les duele porque realmente esto ya es imparable. El debate ha llegado a lo más profundo de la sociedad. Gracias a esta ILP miles de ciudadanos ajenos por completo a la fiesta han tomado partido, y muchos lo han hecho en favor del toro, en favor de esa humanidad que se nos atribuye y que no deja de ser una carga de responsabilidad para con el resto de seres vivos. Porqué ser la especie más evolucionada no nos da patente de Corso para usar y abusar del resto del mundo animal.

Seguiremos pues mucho tiempo oyendo hablar del tema. Cataluña es y será ejemplo para unos, y objeto de odio desmesurado y ciego para otros. Seguirán diciendo que lo que aquí pasó es fruto del independentismo catalán, de las ganas de diferenciarse del resto de España, como si Canarias, con los toros prohibidos desde hace muchos años, fuese una mera provincia catalana.

Me parece simplemente vergonzoso todo cuanto estoy leyendo y escuchando estos días. Es como la pataleta de un niño mal educado y mal criado a quien han quitado un juguete. Sinceramente con el nivel de las declaraciones en favor de los toros y en contra de Cataluña que me están llegando, no me cabe duda que el poderoso lobby taurino está quedando bien retratado. Resulta que ni siquiera la ley que establece cuotas de pantalla al 50% para el catalán en los cines, ha levantado ni una cuarta parte de polvareda, aunque ello implique que determinadas películas nos lleguen solo en V.O. inglesa.

¿Cuál es entonces el problema con los toros?, ¿por qué afecta tanto la pérdida de 18 corridas en Barcelona? Sin duda es por el ejemplo, por la posibilidad de que esto pase en otras comunidades. Ahí les duele. No es un problema catalán, es un debate internacional. La tauromaquia se siente tocada de muerte. La sociedad cambió y ellos ni siquiera se dieron cuenta.

Carles Marco

dimecres, 28 de juliol del 2010

Avui ha guanyat el toro!

A partir d’avui Catalunya és una mica més ètica. Al Parlament de Catalunya ha guanyat el toro, a diferencia del que passa cada tarda de toros a la Monumental, avui ha guanyat el toro.

I ho ha fet amb l’ajut de la societat catalana, que majoritàriament s’ha posicionat en contra de la barbàrie, en contra d’una tortura evitable. Els catalans som un poble eminentment ètic, i Catalunya vol ser un país ètic. El Parlament català no ha fet altre cosa que donar resposta adequada a aquest clam social.

Estic feliç i content. Feliç pels braus que deixaran de patir a Catalunya en un futur molt proper, i content de ser català. Espero i desitjo que més aviat que tard els ciutadans d’altres parts d’Espanya també puguin estar feliços i contents com jo.

He tingut que esperar uns 40 anys. Des de la meva infantesa, quan veient les corrides a la televisió en blanc i negre, li preguntava al meu avi que quan guanyaria el toro, i avui per fi, ha guanyat. Per a mi és un moment molt intens. El desig d’aquell infant fet realitat. Les conviccions d’aquest adult elevades a rang de llei.

Ara sí, Catalunya ha dit PROU!

Gràcies de tot cor a totes les persones que han posat el seu gra de sorra per poder viure avui aquest moment tan especial.

dimarts, 27 de juliol del 2010

Tan sols un guanyador o un perdedor

Demà és el dia. Hi ha qui diu que demà tan sols hi haurà un guanyador i un perdedor. Però el cert és que en realitat hi haurà un guanyador o un perdedor. Demà els braus guanyaran el dret a no ser torturats públicament o seguiran sense tenir-lo. Demà els braus guanyaran o perdran.

M’agradaria que els diputats i diputades que han de votar demà, i que encara no tenen gaire clar el sentit del seu vot, o que ja l’han decidit en funció de simpaties o prejudicis, es plantegin, abans de prémer el botó del si o el no, que no han de pensar ni en la llibertat dels taurins ni en el patiment moral dels abolicionistes. Demà han de pensar en el patiment del brau, que és l’únic que de veritat s’hi juga quelcom important en tot això, si juga més que la vida, s’hi juga tenir dret a una mort digna i amb el mínim patiment possible.

Demà abans de votar han de tenir clar que Catalunya vol ser un país ètic, els catalans som un poble ètic, i és evident que el patiment gratuït d’un animal i la ètica tenen ben poc a veure.

Desitjo fermament que demà guanyi el brau, que guanyi la ètica per damunt de qualsevol altre consideració o interès.

divendres, 23 de juliol del 2010

Carta abierta a mundotoro a raíz de la publicación de su artículo “Pero qué golfos sois”

Señores de mundotoro es necesario tener muy poca vergüenza y una elevada dosis de irresponsabilidad, amén de otras “gracias”, como un mínimo sentido de la ética periodística, para insultar a todo un colectivo, en este caso a todos cuantos formamos parte del PSC, llamándonos “golfos” por el hecho de que nuestros diputados y diputadas vayan a poder ejercer su libertad de voto el miércoles 28 en la votación de la ILP PROU.

El texto entero del artículo editorial es un dechado de virtudes periodísticas, pero quiero destacar por encima de otras consideraciones todo lo referente al PSC, y muy especialmente cuanto dedican a nuestro diputado David Pérez.

Empezaré por la frase que cierra el escrito, y cito textualmente, “Socialistas del PSC, sois unos golfos”. La frase me retrotrae al discurso de Carlos Herrera en el auditorio Lope de Vega de Sevilla, en abril de 2009, cuando tildó a todos aquellos que luchamos por la abolición de la tauromaquia de “golfos”, amén de otras lindezas que me voy a ahorrar en esta ocasión.

¿Pero como se atreven insultar de esta manera a tantas personas?. ¿Es que no les han enseñado unas mínimas reglas de educación en la carrera?, ¿o simplemente es que se han ofuscado?.

Llamar golfos públicamente a los integrantes de un partido político por el mero hecho de haber discutido y dilucidado su postura ante un tema que no aparece en ningún acuerdo congresual ni en ningún programa electoral, me parece cuanto menos una tanto aventurado. Se me antoja una pataleta estéril por no haber sabido digerir un acto de normalidad democrática. Pero es que la normalidad democrática hay que digerirla y hay que aceptarla. Puede gustar más o menos, pero es que la democracia tiene estas cosas.

Más sangrante si cabe es el trato que dispensan a David Pérez. A estas alturas nadie dudará que las tesis de David y las mías, o las de otros socialistas, no son en absoluto concordantes en este tema. Pero créanme que se me revuelven los intestinos al ver como lo vilipendian públicamente.

David Pérez ha luchado por aquello en lo que ha creído, y lo ha hecho con todas sus fuerzas, doy fe. Se deben creer muy graciosos poniéndole el mote de “Pinocho Pinochote David”, y tildándolo de mentiroso y vendido, pero están cometiendo una gran injusticia con una persona que, como cualquiera, habrá podido cometer errores, pero que evidentemente no puede ser acusado de no haber dado la cara por ustedes y por cuantos como ustedes tienen intereses económicos en la continuidad de la tauromaquia.

Sepan que aún teniendo puntos de vista distintos, aún defendiendo posturas contrarias, siento un profundo respeto por David, y considero intolerable el trato que le dispensan. Creo que le están haciendo un flaco favor a su fiesta con este tipo de manifestaciones públicas. Y también creo, aunque sé que David no lo compartirá porqué es sin duda un hombre de convicciones, que se equivocó de compañeros de viaje.

Ustedes sí han confundido los “collons” con la mala educación, del mismo modo que confunden la normalidad democrática, la pluralidad y la libertad de voto con una especie de maquinación judeo-masónica para finiquitar la “fiesta”.

No se confundan, la fiesta no la va a matar ni David Pérez, ni el PSC, ni ningún partido político, ni siquiera aquellos que lo intentamos con todas nuestras fuerzas desde hace años; la fiesta la matan ustedes mismos, porqué solo ustedes son capaces de arremeter y pisotear incluso a aquellos que más han luchado por defenderla.

Pero tampoco se preocupen, porqué la fiesta murió hace ya muchos años. El avance ético de la sociedad la mató en Canarias y también en Cataluña, ahora solo pretendemos que esta muerte quede escrita en la ley Catalana, porqué no olvidemos que la ley también tiene un componente educativo, y no queremos que nuestros hijos alberguen duda alguna sobre la ética de sus padres.

Estoy convencido que también la tienen muerta en otros rincones de nuestra geografía, pero la mantienen comatosa a base de subvenciones y dinero público. No duden que lo que el miércoles pase en Cataluña tendrá una continuidad en otros lares, supongo que en cada lugar buscarán un cabeza de turco para cargar sobre él su frustración, igual que hacen en Cataluña con David Pérez y con el PSC.

Atentamente,

Carles Marco
Un golfo del PSC

dijous, 22 de juliol del 2010

Reflexions i més reflexions

En el sí del PSC es van succeint les reflexions al voltant de la ILP que vol abolir les matances públiques i festives dels braus, que es votarà al Parlament aquest proper dimecres.

Avui vull destacar-ne una de recent per tal que els nostres companys i companyes diputats tinguin un feedback del que pensa una part de la militància, una part dels seus companys de partit.

Es tracta del blog d’en F. Xavier Marín, Director de l’escola de formació del PSC (Xavier Soto), també signant de la plataforma psc-diu-prou. En F. Xavier amb un estil directe i clar fa unes reflexions sense embuts, sense ambigüitats. Us recomano la seva lectura.

També us podeu llegir el meu post anterior (si se’m permet), encara que sospito que dels meus escrits ja n’esteu un mica tips.
 
En qualsevol cas no vull deixar escapar la ocasió sense recomanar a aquells que encara no tinguin molt clar la orientació del seu vot que, a banda de llegir el claríssim escrit del company F. Xavier, que visionin i escoltin el següent vídeo.
 
Es tracta d’una part de la compareixença de Javier de Lucas al Parlament, qui d’una forma clara i brillant desgrana totes les intencionalitats del dret. No en va es Doctor en Dret, Catedràtic de Filosofia del Dret i Filosofia Política, i en aquest moments és el Director del Col•legi d’Espanya a Paris. És un veritable luxe escoltar-lo.

Javier de Lucas compareix al Parlament from Carles Marco on Vimeo.
Javier de Lucas, un home brillant que fa una exposició a l'alçada de la seva intel•ligència i els seus ingents coneixements del dret.

dilluns, 5 de juliol del 2010

Si se’m permet...

Avui vull fer una darrera petició als meus companys de partit, a les diputades i diputats dels PSC que el 28 de juliol tenen la responsabilitat i la possibilitat de representar el seu electorat, els seus companys.


Més enllà dels gustos i aficions personals, més enllà dels aspectes econòmics, més enllà del veritable sentit de la paraula llibertat, i dels llocs de treball que en puguin dependre. Més enllà de tot està la ètica. Més enllà de tot està aquella consciencia que tots tenim a dintre, i que ens diu de forma clara que causar un dolor i un patiment, quan aquest és evitable, no es correcte.

Qui defèn la continuïtat de les corrides de toros ho fa des de la seva perspectiva interessada, ja sigui pel plaer que li produeix la seva visió, o pels diners que li reporta la seva continuïtat, hi ha inclús qui en un exercici de demagògia, potser per desconeixement, apel•la a la llibertat. Suposo que la llibertat que demana per seguir assistint a aquest grotesc espectacle, és la mateixa llibertat que té per conduir sense cinturó de seguretat, per anar a 180 per l’autopista, per fumar al cinema, o per assistir a veure una baralla de gossos o galls.

No vull repetir allò de que llibertats i limitacions son consubstancials, crec que els conceptes, hores d’ara, tots els hauríem de tenir molt clars. Tots sabem que la nostra llibertat està limitada. Ni ho podem fer tot, ni ho podem dir tot.

Els que demanem la desaparició de la tauromàquia ho fem moguts pel rebuig que ens provoca la visió d’un mamífer patint un maltractament que considerem indigne i evitable. Perquè més enllà de l’espectacle, de la litúrgia, de la tradició, de la plasticitat, o del fet que algú ho consideri cultura, sobre la sorra de la plaça hi ha dos essers vius, un que suposem intel•ligent, l’altre que no ho és tant, però ambdós pateixen si els punxen, els dos son dotats un sistema nerviós pràcticament idèntic. Son dos essers amb capacitats cognitives diferents, però amb la mateixa capacitat de patir dolor.

Si voleu saber el que sentim aquells que lluitem contra la perpetuació d’aquest espectacle, la propera vegada que presencieu imatges d’una corrida no mireu el torero ni la plaça, mireu el toro, mireu els seus ulls, mireu la sang que li brolla del llom, mireu la sang que vomita, mireu-lo quan doblega les potes, mireu quan li tallen una o les dues orelles, mireu com el descabellen, com l’arrosseguen.

Si en algun moment sentiu vergonya que els essers humans facin tot això per diversió, per passar la tarda, per diners, haureu començat a entendre’ns. No es tracta que no hi anem si no ens agrada, és que ens avergonyeix com a persones, com a membres d’aquesta societat, que això segueixi passant cada tarda de diumenge amb sis animals, perquè no aconseguim trobar-li la justificació.

Carles Marco
Afiliat i regidor pel PSC


divendres, 18 de juny del 2010

Descanse en paz Don José

Hoy la cultura ha quedado un poco más huérfana, la cultura se viste de luto. No amigos y amigas, no ha muerto un torero. No doña Esperanza Aguirre, tampoco ha muerto Sara Mago. Hoy falleció Don José Saramago. Y con su muerte también los animales perdieron a un defensor de su dignidad.

José Saramago ha sido un escritor excelente, prolífico y premiado, pero también su integridad moral, su excelente humanidad, en el más amplio sentido de la palabra, lo han caracterizado a él y a su obra. Nos queda su obra y sus reflexiones escritas. Hoy me gustaría recordar una breve nota que escribió en soporte de la elefanta Susi, y que pese a su brevedad destila un profundo respeto por los animales: http://cuaderno.josesaramago.org/2009/02/19/susi/

No es de extrañar que Esperanza Aguirre, tan aficionada a la auténtica cultura que ha declarado la tauromaquia Bien de Interés Cultural en la Comunidad de Madrid, pensase cuando era Ministra de Cultura, que Saramago era una mujer de nombre Sara y apellido Mago. Hay quién dice que es una pura leyenda urbana, que Esperanza jamás cometió tal confusión, sin embargo ahora ha demostrado tener una idea muy peculiar de lo que debe ser un bien de interés cultural, mezclando dolosamente el interés cultural y el comercial.

Descanse en paz Don José, nos queda su obra y su sentimiento, y cada vez seremos más los que no toleraremos que en nombre de la verdadera cultura se siga causando dolor y sufrimiento a seres inocentes.

dimecres, 2 de juny del 2010

Es evidente. Algo falla.

Poco o nada queda ya por decir a raíz de la salvajada acontecida en Alhaurín el Grande (Málaga), donde una horda de salvajes y crueles jóvenes maltrató a una vaquilla hasta la muerte. Las imágenes hablan por sí solas, y nadie en su sano juicio, nadie con un mínimo de corazón, es capaz de justificar tamaña vileza, semejante ensañamiento gratuito y cobarde.


Sin embargo no puedo resistirme a hacer un par de puntualizaciones que creo importantes. La primera es que no es de recibo estigmatizar a un pueblo por lo que unos cuantos jóvenes descerebrados, sean de donde fueren, han sido capaces de protagonizar. La culpa no es del pueblo, es de aquellos que han intervenido directa e indirectamente, de los que pegaron y se ensañaron con un pobre animal que no podía creerse lo que le estaba sucediendo, y de aquellos que lo han fomentado y permitido.

La segunda es más bien una pregunta: ¿Qué es lo que falla en nuestra sociedad para que unos jóvenes sean capaces de actuar con semejante saña contra un animal indefenso?. Yo creo que la respuesta es tan compleja como amplia, aunque se podría resumir en una escueta frase: falla la propia sociedad.

Del mismo modo que un asesino puede considerarse un fracaso de la sociedad, un maltratador de animales también. Cuando hablamos de jóvenes como los de Alhaurín, como los quintos de Torreorgaz, que torturaron y mataron a una burra, o como aquellos niños que dejaron invalido a un gatito, debemos necesariamente examinar las vivencias de esos jóvenes en su corta experiencia vital. Debemos necesariamente analizar la educación que recibieron.

Siempre que se habla de educación se tiene la tendencia a mirar de frente a la comunidad educativa. Y muy a menudo se obvia que la educación que recibe un niño es la suma de múltiples factores, la familia, el centro educativo y algo más complejo que podríamos denominar los patrones socialmente aceptados, y que es todo aquello que la sociedad da a entender al menor que es lícito e incluso bueno. Todo suma y todo influye. Si hay uniformidad en el mensaje hay muchas más posibilidades de que el niño aprenda unos valores sólidos y que estos no lo abandonen ya en toda su vida.

Desgraciadamente la casuística es muy variada, y está claro que esa uniformidad es a día de hoy difícil de conseguir. A un niño le pueden estar dando una exquisita educación en el colegio, pero al llegar a su casa se puede encontrar con una realidad antagónica respecto a aquello que los profesores le intentan inculcar. Es evidente que una sociedad no puede tenerlo todo bajo control. Lo que suceda en un hogar de puertas adentro, escapa prácticamente a toda posibilidad de análisis y enmienda. Pero todo lo demás debe ser coherente. Todo lo demás debe ser profundamente analizado, y en su caso enmendado, empezando por los patrones sociales, sobre los que las leyes tienen mucho que decir.

Enaltecer a la categoría de maestro, y aplaudir públicamente, a una persona que se gana la vida propinando dolor y agonía gratuitos a un toro, es un mensaje claramente contradictorio con aquel que se intenta transmitir en las escuelas, y que muchos padres y madres responsables pretendemos calar en la conciencia de nuestros hijos, que no es otro que el respeto por los seres vivos que nos rodean.

Pretendemos que nuestros hijos crezcan con un sentido de la ética lo más amplio y arraigado posible. El principio de no causar daño cuando ello es evitable debiera ser uno de los hilos conductores de la educación de todo niño.

La tauromaquia, y muchas fiestas populares basadas en el escarnio y tortura pública de un animal, son un claro mensaje contraeducativo. Son la justificación institucional de que propinar daño sin necesidad alguna es algo permisible, incluso bueno. Elevar a la categoría de arte o cultura una actividad que causa sufrimiento a un animal es la excusa perfecta para que aquellos niños que no han conseguido interiorizar con claridad el principio ético que comentaba, piensen que los animales son meros objetos animados al servicio de la diversión humana.

Cuando hay interés, los legisladores envían mensajes claros a la sociedad y a los jóvenes. Todos tenemos claro que quien es interceptado conduciendo con más alcohol del permitido lo paga caro. Sin embargo no existe un mensaje claro que nos indique que quien maltrata a un animal también lo va a pagar caro.

Los legisladores deben legislar sin tibiezas el maltrato animal y deben plantearse muy seriamente que tipo de mensajes quieren que reciban nuestros niños y jóvenes. Me hace mucha gracia ver como algunas cadenas de televisión se han hecho eco de la salvajada de Alhaurín, al tiempo que también informan a todo bombo y platillo de las grandes “hazañas” de los toreros. ¿Cuál es la diferencia?. Unos matan a golpes, otros con espada. Unos dan patadas, otros clavan banderillas. Unos van de calle, otros de luces.

Es execrable la actitud de esos vándalos en Alhaurín, y es especialmente vil y cobarde dada la extrema juventud del astado. Pero es evidente que esos jóvenes tienen un espejo en quién mirarse, se suelen llamar “maestros”, pero sus enseñanzas distan mucho de ser aquello que queremos que nuestros menores aprendan. Ellos enseñan que humillar a un toro es una gesta aplaudida socialmente, que provocarle sufrimiento hasta la muerte reporta dinero y prestigio social. Que quien aparece en la prensa no es precisamente el más inteligente, sino el más “valiente”. Y que el valor no se demuestra tomando arriesgadas decisiones que salvan vidas, el valor se demuestra matando cobardemente a un animal picado, banderilleado, cansado, asustado y acorralado en un ruedo sin salida.

¿Que valores pretendemos que tengan nuestros jóvenes?. ¿Nos tenemos que extrañar que hechos como los de Alhaurín o Torreorgaz existan?