Hem de reflexionar, i molt, al voltant de l’exemple que la nostra societat està donant als nostres menors. I tenim que fer-ho perquè és cada vegada més freqüent veure actes de violència d’adolescents i nens a edats cada cop més primerenques. Violència vers els animals i vers les persones, violència a la fi.
Un país que manté com a suposada festa nacional el maltractament vers un mamífer. Un país que s’aixeca amb galgos, podencos, i d’altres races de gossos aptes per la caça, penjats dels arbres, cremats, llençats a un pou. Un país a on el maltractament vers qualsevol esser viu que no sigui humà és consentit, a on tot i existir unes mínimes lleis de protecció animal, es mira cap un altre banda tot i conèixer a qui maltracta. Un país a on qui maltracta d’ofici es un “maestro” i un exemple a seguir per alguns nois. Un país així té d’acabar patint problemes de violència entre els seus menors i joves.
Perquè els nens i joves tenen un referent, un mirall a on mirar-se, i som tots nosaltres i els nostres fets, la societat a on vivim. Aquest escrit ve a col·lació a ran d’uns fets que han succeït aquest dissabte passat a la piscina de La Puebla de Cazalla (Sevilla).
Uns nens de tan sols 9 ó 10 anys van agafar un gatet de pocs mesos, que sol estar per les instal·lacions, i li van donar un cop a la columna per tal de demostrar, tal i com ells van dir, com es maten els conills. El gatet va quedar greument ferit i invàlid de les seves potes de darrera.
Tal i com es pregunta Mª Carmen, la persona que explica els fets, que estem fent malament per tal que aquest maltractament sigui produït per persones tant joves?. Hem de reflexionar i extreure conclusions.
En aquest sentit m’agradaria recomanar-vos la lectura d’un interesantíssim article de la Dra. Núria Querol Viñas, porta per títol “Violencia hacia los animales por menores... ¿cosas de niños?”, i el podeu trobar al web de Libera seguint el següent enllaç: http://www.liberaong.org/nota_actualidad.php?id=997
Un país que manté com a suposada festa nacional el maltractament vers un mamífer. Un país que s’aixeca amb galgos, podencos, i d’altres races de gossos aptes per la caça, penjats dels arbres, cremats, llençats a un pou. Un país a on el maltractament vers qualsevol esser viu que no sigui humà és consentit, a on tot i existir unes mínimes lleis de protecció animal, es mira cap un altre banda tot i conèixer a qui maltracta. Un país a on qui maltracta d’ofici es un “maestro” i un exemple a seguir per alguns nois. Un país així té d’acabar patint problemes de violència entre els seus menors i joves.
Perquè els nens i joves tenen un referent, un mirall a on mirar-se, i som tots nosaltres i els nostres fets, la societat a on vivim. Aquest escrit ve a col·lació a ran d’uns fets que han succeït aquest dissabte passat a la piscina de La Puebla de Cazalla (Sevilla).
Uns nens de tan sols 9 ó 10 anys van agafar un gatet de pocs mesos, que sol estar per les instal·lacions, i li van donar un cop a la columna per tal de demostrar, tal i com ells van dir, com es maten els conills. El gatet va quedar greument ferit i invàlid de les seves potes de darrera.
Tal i com es pregunta Mª Carmen, la persona que explica els fets, que estem fent malament per tal que aquest maltractament sigui produït per persones tant joves?. Hem de reflexionar i extreure conclusions.
En aquest sentit m’agradaria recomanar-vos la lectura d’un interesantíssim article de la Dra. Núria Querol Viñas, porta per títol “Violencia hacia los animales por menores... ¿cosas de niños?”, i el podeu trobar al web de Libera seguint el següent enllaç: http://www.liberaong.org/nota_actualidad.php?id=997
Tenemos que reflexionar, y mucho, acerca del ejemplo que nuestra sociedad está dando a nuestros menores. Y tenemos que hacerlo porqué es cada vez más frecuente asistir a actos de violencia de adolescentes y niños cada vez a edades más tempranas. Violencia hacia animales y hacia personas, violencia al fin.
Un país que mantiene como supuesta fiesta nacional el maltrato hacia un mamífero. Un país que se desayuna con galgos, podencos, y otras razas caninas aptas para la caza, colgados de un árbol, quemados, tirados a un pozo. Un país en donde el maltrato hacia cualquier ser vivo que no sea humano es consentido, donde aún existiendo unas mínimas leyes de protección animal, se mira hacia otro lado aún conociendo al maltratador. Un país donde un maltratador de oficio es un “maestro” y ejemplo a seguir por algunos muchachos. Un país así tiene que acabar sufriendo problemas de violencia entre sus menores y jóvenes.
Porqué los niños y jóvenes tienen un referente, un espejo donde mirarse, y somos todos nosotros y nuestros actos, la sociedad en que vivimos. Este escrito viene a colación por unos hechos acaecidos este sábado pasado en la piscina de La Puebla de Cazalla (Sevilla).
Unos niños de escasos 9 ó 10 años cogieron a un gatito de pocos meses, que suele estar por las instalaciones, y le dieron un golpe en la columna para demostrar, según ellos, como se mata a los conejos. El gatito quedó mal herido e inválido de sus dos patas posteriores.
Tal y como se pregunta Mª Carmen, la persona que relata los hechos, ¿qué estamos haciendo mal para que este maltrato sea llevado a cabo por personas tan jóvenes?. Tenemos que reflexionar y extraer conclusiones.
En este sentido me gustaría recomendar la lectura de un interesantísimo artículo de la Dra. Núria Querol Viñas, titulado “Violencia hacia los animales por menores... ¿cosas de niños?”, que podréis encontrar en el web de Libera siguiendo el enlace: http://www.liberaong.org/nota_actualidad.php?id=997
Un país que mantiene como supuesta fiesta nacional el maltrato hacia un mamífero. Un país que se desayuna con galgos, podencos, y otras razas caninas aptas para la caza, colgados de un árbol, quemados, tirados a un pozo. Un país en donde el maltrato hacia cualquier ser vivo que no sea humano es consentido, donde aún existiendo unas mínimas leyes de protección animal, se mira hacia otro lado aún conociendo al maltratador. Un país donde un maltratador de oficio es un “maestro” y ejemplo a seguir por algunos muchachos. Un país así tiene que acabar sufriendo problemas de violencia entre sus menores y jóvenes.
Porqué los niños y jóvenes tienen un referente, un espejo donde mirarse, y somos todos nosotros y nuestros actos, la sociedad en que vivimos. Este escrito viene a colación por unos hechos acaecidos este sábado pasado en la piscina de La Puebla de Cazalla (Sevilla).
Unos niños de escasos 9 ó 10 años cogieron a un gatito de pocos meses, que suele estar por las instalaciones, y le dieron un golpe en la columna para demostrar, según ellos, como se mata a los conejos. El gatito quedó mal herido e inválido de sus dos patas posteriores.
Tal y como se pregunta Mª Carmen, la persona que relata los hechos, ¿qué estamos haciendo mal para que este maltrato sea llevado a cabo por personas tan jóvenes?. Tenemos que reflexionar y extraer conclusiones.
En este sentido me gustaría recomendar la lectura de un interesantísimo artículo de la Dra. Núria Querol Viñas, titulado “Violencia hacia los animales por menores... ¿cosas de niños?”, que podréis encontrar en el web de Libera siguiendo el enlace: http://www.liberaong.org/nota_actualidad.php?id=997
1 comentari:
Y los políticos, querido Carles, esos que tan bien conoces y que no comprenden como tú, una molestia entre pares, no callas y miras hacia otro lado, al igual que hacen ellos, poniendo en práctica un laissez faire que en la mayor parte de los casos parece jurado o prometido (en bajito) con el cargo, esos a los que tanto irritas (nada es más peligroso que tener al "enemigo" dentro de casa, porque sabe dónde se esconde la suciedad), ¿qué opinan sobre los efectos que el maltrato a los animales como práctica institucionalizada tiene en los niños?.
Reproduzco el artículo décimo dela Declaración de los Derechos del Niño establecida por la ONU:
"El niño debe ser protegido contra las prácticas que puedan fomentar la discriminación racial, religiosa, o de cualquiera otra índole.
Debe ser educado en un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos, paz y fraternidad universal, y con plena conciencia de que debe consagrar sus energías y aptitudes al servicio de sus semejantes."
Pues nada, que cada uno saque las conclusiones que le parezcan más oportunas, pero si aquellos que han sido elegidos para velar por el cumplimiento de estos principios y cobran por ello, son los que legitiman la violencia y consienten que forme parte de los estímulos que el niño recibe y asume como aceptables, , me parece que su grado de miseria moral es sólo comparable al del resto de los ciudadanos, que nada hacemos por evitarlo y en muchos casos, incluso estamos de acuerdo.
Y eso que estamos hablando de nuestros hijos.
Carles, no quiero ni pensar lo difícil que tiene que ser para ti estar cada día bregando en tales condiciones. Para soportarlo, es necesario poseer tu calidad humana y tu integridad, valores que a algunos les asustan y les molestan, sobre todo viniendo de un "colega".
Gracias una vez más por tu impagable labor y un deseo: ¿nos veremos en Pontevedra el 1 de Agosto?.
Salud Compañero.
Julio Ortega
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